El FC Barcelona se encuentra inmerso en una situación de pérdidas ordinarias desde hace años. El escenario negativo le está complicando la inscripción de nuevos jugadores por el control financiero de la Liga, y no ayuda que las expectativas que se habían presupuestado, como la proyección del primer equipo este curso en competiciones europeas, no se cumplan. La eliminación en dieciseisavos de Europa League frente al Manchester United ha supuesto un nuevo golpe económico, pues el club solo ingresará 70,58 millones de euros, cerca de 26 kilos menos de lo previsto por haber caído antes de tiempo en Europa.
De ahora en adelante, a la entidad culé le toca trabajar a destajo y tirar de imaginación para impulsar nuevas vías de ingresos que ayuden a equilibrar los balances. Unas cuentas que, sin las palancas del último verano, estarían de nuevo en negativo y con el club en la UCI. Resulta necesario, por tanto, encontrar fórmulas que sufraguen parte del dinero que se ha dejado de ganar al no llegar a los cuartos de la Champions League --que era lo que se había presupuestado inicialmente-- ni conquistar tampoco la UEFA Europa League.
Más amistosos para compensar la caída
Teniendo en cuenta que el FC Barcelona dispondrá de seis semanas sin partido intersemanal, desde las oficinas del Camp Nou se trabaja en encontrar amistosos para tratar de compensar las pérdidas. No será la primera vez que el Barça obtiene ingresos a través de amistosos a final de temporada, tras no cumplir con sus presupuestos. Sin ir más lejos, el equipo azulgrana viajó hasta Australia al final de la temporada pasada para jugar un partido contra un combinado de la A-League australiana en Sidney. Los culés cobraron unos cinco millones de euros por aquel encuentro.
Antes de aquel amistoso, el último partido de exhibición que había jugado el Barça se dio en Riad (Arabia Saudí). Tuvo lugar el 14 de diciembre, cuando el equipo de Xavi se enfrentó a Boca Juniors en homenaje a Diego Armando Maradona. La entidad azulgrana cobró algo más de dos millones de euros por el choque, que aunque se dio en plena campaña 2020-21 también se enmarcó como una ganancia de idéntica naturaleza a la cita australiana.
Por ahora, el club está gestando una nueva gira por Estados Unidos para el próximo verano. La del año pasado supuso cobrar 10 millones de euros a cambio de cuatro amistosos de buen nivel competitivo, que llevaron al equipo a jugar en Miami contra el Inter de Beckham; en Las Vegas frente al Real Madrid; en Dallas ante la Juventus; y en Nueva York contra los New York Redbulls. Sumado este ingreso a los siete kilos de los dos amistosos previos, da una cifra de 17 millones a cambio de acumular focos y mostrar al conjunto de Xavi alrededor del globo.
En busca de más patrocinadores
Los amistosos, sin embargo, no son la gallina de los huevos de oro. Y si el Barça desea conseguir unos ingresos ordinarios que le ayuden a salir del pozo, la clave será conseguir aún más acuerdos de patrocinio. De momento, la junta de Laporta se muestra satisfecha por los resultados que se están, poco a poco, obteniendo. Las previsiones de facturación en patrocinios ya ascienden a 212 millones de euros. Una cifra que supone un ligero incremento --23 millones más-- con respecto al presupuesto de ingresos que se marcó a principios de temporada.
Uno de los acuerdos que ayudan a incrementar las cifras es el logrado con Whitebit, una empresa del sector de las criptomonedas que aportará una suma de 10 millones fijos más dos en variables. Recientemente han llegado otros sponsors para el primer equipo como Herno, la nueva marca de vestir del primer equipo, o Vegan Nation. También a través del Barça Femenino se están consiguiendo vías de financiación con Bimbo, Heura Foods o GLS Spain.
El traspaso de actores secundarios
Por último, otra fórmula que no se descarta --en función de las necesidades económicas y deportivas en verano-- es el traspaso de futbolistas que no sean piezas básicas en la plantilla de Xavi. Un ejemplo podría ser Ansu Fati, siempre y cuando siga con la dinámica intermitente en lo que va de curso.
El joven atacante no logra recuperar su mejor nivel por más tiempo que pase, y el hecho de no ser titular indiscutible le convierte en un jugador susceptible de volar al extranjero. Eso, siempre y cuando llegue alguna oferta irrechazable que sirva como palanca extra y, de esta forma, nutra considerablemente las arcas del Camp Nou. De aquí al mes de junio, sin embargo, todo puede cambiar.