Limak Construction, una constructora con escasa implementación en el mundo del fútbol y desconocida por el gran público, se impuso a Ferrovial y FCC en la puja por las obras del Camp Nou, presupuestadas en unos 900 millones de euros. El acuerdo fue anunciado por Elena Fort, vicepresidenta institucional del Barça, el pasado 9 de enero, ante los medios de comunicación. La firma de la entente entre Joan Laporta, presidente azulgrana, y Limak se resolvió en un acto privado, sin periodistas ni preguntas, tras el revuelo generado por la elección de la compañía turca. Un mes después, la elección suscita muchas dudas.
Obras más rápidas a menor coste
Limak fue la única candidata que aceptó todas las condiciones del Barça para remodelar el Camp Nou. El club se marcó un precio máximo de 950 millones de euros y exigía que las obras estuvieran totalmente terminadas en verano de 2026. También pidió que el primer equipo pudiera regresar al estadio azulgrana en noviembre de 2024 para celebrar el 125 aniversario del Barça.
La elección de Limak Construction causó sorpresa, y cierto malestar, en el Col.legi d’Arquitectes de Catalunya, partidarios de que la gran obra del siglo XXI del FC Barcelona la ejecutara una constructora española.
“Laporta entra en contradicciones cuando habla de la eficiencia del proyecto y de un ahorro de los costes y de los tiempos de ejecución de la obra", asegura una fuente del Col.legi a Culemanía. La misma añade: "Su decisión ha sorprendido a todos y genera, en el mejor de los casos, muchas dudas. Esta rebaja en los costes y los tiempos puede ser temeraria”.
El precio se dispara con Laporta
Josep Maria Bartomeu, expresidente del Barça, cifró en 600 millones de euros el coste del Espai Barça, que contemplaba la reforma del Camp Nou, la construcción del nuevo Palau Blaugrana y el reordenamiento del entorno del campo de fútbol. En 2020, Bartomeu ya hablaba de un coste de 815 millones de euros.
El nuevo Espai Barça de Laporta se ha disparado hasta los 1.500 millones de euros, de los que 950 se destinarán a la reforma del Camp Nou y 420 a la construcción del nuevo Palau. Fuentes próximas a Bartomeu reconocieron a Culemanía que los 90 millones presupuestados para el nuevo pabellón polideportivo se habían quedado desfasados.
Bartomeu tenía un acuerdo verbal con Goldman Sachs, banca estadounidense que busca inversores para el Espai Barça, por 815 millones de euros, y que presionó para que Nikken Sekkei volviera a trabajar en su proyecto. Ahora, Laporta prioriza la remodelación del Camp Nou y todavía no tiene atada la financiación. El máximo dirigente confía en anunciar el esperado acuerdo antes del 31 de marzo de este año.
El traslado a Montjuïc
El Barça cambiará el Camp Nou por el Olímpic Lluís Companys. El traslado a Montjuïc, hasta noviembre de 2024, preocupa y molesta a los socios y abonados del club azulgrana. Económicamente, Laporta ha cifrado en 93 millones de euros las pérdidas que ocasionará el cambio de campo.
El Olímpic Lluís Companys tendrá una capacidad mínima para 49.000 espectadores. El Barça tiene, actualmente, 80.000 abonados y el club teme que solo 30.000 retiren sus carnets. El estadio de Montjuïc es frío y los accesos son mucho más complicados que los del Camp Nou.
El primer proyecto de Bartomeu contemplaba que las obras durarían cuatro años y que el primer equipo del Barça jugaría siempre en el Camp Nou. Eso sí, con reducciones de aforo.
Los cambios respecto al primer proyecto
Nikken Sekkei diseñó el primer proyecto de la reforma del Camp Nou bajo la presidencia de Bartomeu. Contemplaba el derribo de la primera grada para construir otra con menor capacidad y más pendiente que favorecía la visibilidad de los espectadores. Al final de la misma se colocaba un anillo de asientos VIP y la tercera grada daba continuidad a la actual y pasaba a ser totalmente simétrica.
Laporta cambió el diseño cuando accedió a la presidencia del club por segunda vez. No quiso recolocar a los 10.000 abonados de la primera grada que perdían su localidad y optó por cambios mínimos en la zona baja del estadio. En cambio, apostó por derribar la tercera grada y construir una totalmente nueva. Alegó que estaba en mal estado.
La otra novedad radica en la construcción de dos anillos de palcos entre la segunda grada y la tercera. Actualmente, el Camp Nou tiene 2.200 localidades VIP y podría llegar hasta las 7.000, una cifra que parece excesiva y que será la guinda de un proyecto con más sombras que luces.