El Barça apostó fuerte por Spotify. La multinacional de música en streaming alcanzó con el club un acuerdo a largo plazo que, en el mejor de los casos, se traducirá en unas ganancias de 435 millones de euros para las arcas del Camp Nou: 57,5+2,5 variables por cuatro temporadas (2022-26) por el frontal de las camisetas masculina y femenina, cinco millones durante tres años (2022-25) por la ropa de entrenamiento, cinco más anuales por los cuatro años de obras en el Camp Nou y 20 kilos extra por cada uno de los ocho siguientes cursos (2026-2034). Por temporada, alrededor de unos 67,5 millones vitales para la supervivencia económica de la entidad.

Resulta lógico, dada la magnitud del partnership establecido con la empresa sueca, que el FC Barcelona quiera estar al tanto de su realidad económica de forma actualizada. El caso es que las últimas noticias que llegan de Spotify son cuanto menos contradictorias, y generan un estado de alarma latente en el seno del club. El último balance anual no ha sido bueno para la plataforma musical. Tanto a nivel español como a escala mundial, cerró el año 2022 con números rojos pese al aumento de ingresos.

El Barça guarda silencio sobre Spotify

La filial española de la compañía ya concluyó el año 2021 con unos datos negativos de 974.804 euros, frente a los 15.217 euros de 2020. Y a nivel global, Spotify ha registrado unas pérdidas netas de 430 millones de euros en el último año. Así lo reflejan sus resultados del cuarto trimestre de 2022, más allá de que el dinero ingresado y el número de usuarios premium siga aumentando con el paso del tiempo. "Terminamos 2022 con fuerza a pesar de un año desafiante", valoró recientemente su consejero delegado, Daniel Ek.

Spotify sigue creciendo en número de suscriptores en el cuarto trimestre de 2022 / SPOTIFY

Spotify sigue creciendo en número de suscriptores en el cuarto trimestre de 2022 / SPOTIFY

 

Las fuentes del Barça consultadas por Culemanía han declinado pronunciarse sobre las pérdidas millonarias de Spotify, así como en relación al alud de despidos que se ha producido en este comienzo de 2023. Durante el último trimestre de 2022, la compañía de streaming musical contabilizó un quebranto de 270 millones negativos. Una caída que se explica, en buena medida, por el aumento de los costes de personal y el incremento de los gastos en publicidad. Para limitar ese nivel de desembolso y mejorar los próximos balances, Daniel Ek anunció a finales de enero el adiós forzado de más de 600 empleados, equivalente al 6% de su plantilla.

"Fui demasiado ambicioso al invertir por delante de nuestro crecimiento de ingresos", argumentó el consejero delegado, disfrazando los despidos bajo la premisa de buscar la máxima "eficiencia" en la multinacional. "Si bien hemos logrado un gran progreso en la mejora de la velocidad, no nos hemos centrado tanto en mejorar la eficiencia. Pasamos demasiado tiempo sincronizando con estrategias ligeramente diferentes, lo que nos ralentiza", explicó Ek, justificando así la marcha masiva de centenares de empleados. Un acto de "reestructuración interna", según sus propias palabras. "En un esfuerzo por impulsar una mayor eficiencia, controlar los costes y acelerar la toma de decisiones, he decidido reestructurar nuestra organización", anunció públicamente.

Spotify, una multinacional de contrastes

Los números de Spotify en el último trimestre, sin embargo, tienen también una lectura positiva. Cuenta ya con 205 millones de usuarios que pagan por usar la versión Premium, un 14% más que el año anterior. Eso la convierte en la primera plataforma musical de streaming que supera dicha cifra de suscriptores, contribuyendo a que las acciones de la multinacional crezcan un 3%.

El logo de Spotify, presente en el Camp Nou / REDES

El logo de Spotify, presente en el Camp Nou / REDES

Paralelamente, la compañía cerró el año 2022 disparando sus ingresos hasta los 3.170 millones de euros. En ambos casos se superaron las previsiones de crecimiento, aunque también se acrecentaron los costes asociados a esos ingresos. Es decir, el pago a artistas discográficas por los derechos de autor de la música que se distribuye a nivel mundial. Las ambiciones megalómanas de Daniel Ek y los directivos de Spotify, en este sentido, generan unos registros económicos llenos de claroscuros.

El horizonte divergente pone en relieve las dificultades de negocio de Spotify, más allá de la capacidad que tiene para aumentar la clientela. Desde su fundación en 2006, la compañía nunca ha obtenido beneficios anuales. El último año sus acciones llegaron a desplomarse casi un 50%. Y aun así, la empresa confía en ganar rentabilidad de cara a los próximos balances. Algo que se espera, también en el FC Barcelona, para que el acuerdo de patrocinio firmado a largo plazo no se vea afectado de ninguna manera.