Nuevo contratiempo para el FC Barcelona. Según ha informado el programa Què t'hi jugues de la Cadena SER, el club presidido por Joan Laporta no puede inscribir en este mercado de invierno el nuevo contrato de Marcos Alonso, debido a que desde la patronal consideran que el Barça estará excedido de límite salarial el próximo verano.
Cabe recordar que el lateral madrileño firmó el pasado viernes su continuidad por una temporada más y otra opcional, algo que el Barça oficializó con la presencia de toda la plana mayor: Joan Laporta, Mateu Alemany, Jordi Cruyff, Rafa Yuste y Eduard Romeu. Ahora, sin embargo, dicha inscripción parece haber sido rechazada como lo fue la de Gavi hace unas semanas.
El Barça no cumple el plan económico
La explicación está en que la Liga solicita al FC Barcelona un plan de tesorería y viabilidad a dos años vista, según determinan las normas de control económico instauradas por la patronal del fútbol español. Concretamente dos normas: los artículos 93.6 y 101 del reglamento. El primero es referente a los principios generales de límite de coste de plantilla, mientras que el segundo habla de las reglas especiales sobre renovación de jugadores.
Tal y como dejan patente fuentes de la Liga, "ahora el Barça está más o menos al límite, el problema será de cara a la próxima temporada, en que se producirá un desequilibrio importante entre los ingresos y los gastos", aseguran. Ya no tendrán vigor las palancas, y de ahí que el Barça no pueda establecer a día de hoy un plan de viabilidad económica a dos años vista para sus renovaciones. Ni para la de Gavi, ni para la de Marcos Alonso.
Con la presumible caída de ingresos prevista para el próximo año, la Liga entiende que será imposible mantener ese salario dentro de la estructura actual. Hay que liberar muchos otros sueldos o generar nuevos ingresos para poder hacerlo, y de momento el FC Barcelona no ha podido completar los deberes.
La Liga quiere lavarse las manos
El organismo presidido por Javier Tebas pretende salvaguardar la viabilidad de los clubes para que, en caso de extinción o conversión forzada en SAD, nadie pueda decir que la Liga permitió que el club llevase a cabo una gestión arriesgada o negligente. La patronal, en este sentido, se quiere asegurar de que ese ingreso extraordinario no acaba siendo pan para hoy y hambre para mañana, como le pasó al Reus.
Al Barça de Laporta, en definitiva, le queda seguir trabajando duro en los próximos meses para recortar masa salarial y, sobre todo, potenciar los ingresos ordinarios sin depender de las palancas. Una labor nada fácil para el conjunto barcelonista, que podría desprenderse de algún jugador importante el próximo verano. Eso, siempre y cuando lleguen buenas ofertas.