El FC Barcelona se decantó finalmente por Limak Construction para la reforma del Camp Nou, en detrimento de las grandes constructoras españolas. En el club que preside Joan Laporta alegan que el Real Madrid y el Atlético han tenido problemas con Ferrovial y Fomento para justificar su apuesta por la compañía turca, desconocida para el gran público.
Limak se ha comprometido a terminar la reforma del Camp Nou en 2026 por un coste máximo de 950 millones de euros. El acuerdo contempla la penalización de un millón de euros para la constructora turca por cada día de retraso de la obra más importante del Barcelona en el siglo XXI. FCC y Ferrovial, según fuentes del club, cifraron el coste de las obras en más de 1.000 millones.
Cláusula de penalización
El Barça ha incluido la cláusula de penalización tras detectar que las obras de reforma del Bernabéu se han demorado durante más de un año.
Ferrovial ha liderado las obras de transformación del Bernabéu, que tendrá un césped retráctil y podrá cubrirse en su totalidad. Los cambios introducidos en las obras, aprobados por los socios compromisarios, costarán finalmente unos 800 millones de euros.
La pandemia
El Real Madrid aprovechó el estallido de la pandemia para activar la reforma del Bernabéu en 2020. Para acelerar las obras, y aprovechando que los partidos se disputaron durante la temporada 2020-21 a puerta cerrada, el primer equipo se trasladó a la Ciudad Deportiva de Valdebebas.
El Atlético también tuvo sus problemas con Fomento durante la transformación del Metropolitano, que tiene una capacidad para 68.000 espectadores. El coste de las obras fue de 310 millones de euros.
Los problemas del Metropolitano
El nuevo Metropolitano es un estadio mucho más cómodo y moderno que el desaparecido Vicente Calderón. Sin embargo, los socios y aficionados del Atlético han expresado sus quejas por la cubierta del estadio.
La cubierta del campo, más allá de unos problemas iniciales de filtraciones, no cubre todas las localidades del campo. En días de lluvia, los seguidores de las primeras filas se mojan.
El nuevo Mestalla
Los aficionados del Atlético y los vecinos de San Blas también han expresado su malestar por los atascos que se producen en las inmediaciones del estadio durante los días que juega el equipo rojiblanco en el Metropolitano.
Mucho más graves son los problemas del Valencia con el nuevo Mestalla. Las obras, encargadas a la UTE formada por FCC y Grupo Bertolín, comenzaron en 2007 y fueron detenidas el 25 de febrero de 2009 por la falta de liquidez del club valencianista. Un año antes, cuatro trabajadores murieron en dicho recinto. El futuro del nuevo estadio todavía es incierto, pero se sabe que su capacidad final será inferior a las 75.000 localidades proyectadas inicialmente. El Valencia tiene un plan para retomar las obras, cuyo coste ascendería, como mínimo, a 115 millones de euros.
Reformas exitosas
Los problemas de los clubes más poderosos contrastan con otros proyectos mucho más exitosos como la construcción del nuevo San Mamés, la reforma del campo de la Real Sociedad y de Osasuna, la nueva tribuna del Betis y la transformación del estadio de la Cerámica, en Villarreal. El Mallorca y el Almería, por su parte, eliminan las pistas de atletismo con el objetivo de acercar las gradas al campo.
La reforma del nuevo Sadar costó 23,5 millones de euros. El campo de Osasuna, además, fue nombrado mejor estadio del mundo de 2022 por el portal internacional especializado, Stadium DB. La transformación del campo de la Real Sociedad se disparó finalmente hasta los 59,1 millones de euros, mientras que el nuevo San Mamés costó 186,5 millones.
El traslado a Montjuïc
El Barça, mientras, defiende que Limak está muy ilusionada con un proyecto que le dará notoriedad internacional. Durante un año y medio, además, la constructora turca se beneficiará del traslado del equipo azulgrana a Montjuïc.
El club que preside Joan Laporta ha cifrado en casi 100 millones de euros las pérdidas que tendrá la próxima temporada por su marcha del Camp Nou. El Olímpic Lluís Companys tendrá una capacidad máxima para 59.000 aficionados y el Barça solo reservará 44.000 asientos para sus abonados. Actualmente, el club tiene 80.000 socios con un asiento en su estadio.