Goldman Sachs tiene cada vez más poder en el FC Barcelona. Más control sobre el club. La banca de inversión estadounidense ha supervisado desde el primer momento la transformación del Camp Nou que promueve la junta directiva del Barça y ha validado recientemente la elección de Limak Construction como encargada de las obras por un coste que oscilará entre 900 y 950 millones de euros. El visto bueno de Goldman Sachs ha coincidido con la renuncia del directivo encargado del Espai Barça, Jordi Llauradó, que abandona sus funciones y pasa a formar parte de la Fundación del club.
El Barça sigue sin tener cerrada la financiación del Espai Barça, pero Goldman Sachs tiene avanzadas las negociaciones con varios inversores. La actual junta directiva espera anunciar el definitivo acuerdo durante el primer trimestre de 2023. Así lo explican fuentes del club a Culemanía: "Todavía no está cerrada la financiación, pero con la constructora adjudicada y los costes pactados ya se puede avanzar".
Las cláusulas y condiciones
Goldman Sachs ha controlado el proceso de licitación de las obras, supervisando todas las cláusulas y condiciones que debían cumplir las constructoras interesadas en el proyecto. Las obras comenzarán en junio de este año y el primer equipo de fútbol, que se trasladará durante 16 meses a Montjuïc, regresará al Camp Nou en noviembre de 2024.
La banca de inversión estadounidense, por ejemplo, solicitó la opinión de la Dirección Facultativa y el Proyecto Monitor. También pidió a empresas de rating la valoración de la solvencia financiera de las empresas participantes en el proceso de licitación. Han intervenido en la negociación del contrato de obras a través de su propio bufete de abogados, como a través de su broker de seguros.
Información solicitada
Goldman Sachs, asimismo, supervisó la información general de todas las constructoras que aspiraban a reformar el Camp Nou, su capacidad técnica, su capacidad económica, así como información del grupo empresarial, su relación con las administraciones públicas, subcontrataciones y afectaciones por sanciones o investigaciones. UTEs importantes como las conformadas por Ferrovial y Acciona, o por FCC y Comsa, además de otras propuestas como las de Vinci o Sacyr fueron descartadas.
Elena Fort, vicepresidenta institucional del Barça, explicó las claves del acuerdo entre el club y Limak Construction, compañía turca fundada en 1976, en una rueda de prensa que se celebró el pasado lunes en el Camp Nou. La vicepresidenta institucional no quiso dar excesivos detalles en la ronda de preguntas posterior porque argumentó no ser experta y desconocer algunos detalles, pero reivindicó la experiencia y capacidad de la compañía turca.
En su comparecencia ante los medios de comunicación, Fort reiteró que las obras podrían costar algo más de 900 millones de euros y explicó que Limak deberá indemnizar al Barça en caso de retraso en la finalización de las obras. Sin embargo, no quiso desvelar la cuantía de las penalizaciones; algo que, por otra parte, es frecuente en este tipo de contratos.
El aeropuerto de Estambul
Goldman Sachs dio luz verde a Limak, considerada la 50ª constructora más potente del mundo. Con escasa experiencia en el mundo del fútbol, limitándose a la construcción del estadio de Mersin, con capacidad para 25.000 espectadores, se encargó de la construcción del aeropuerto de Estambul.
Tras un concurso entre varias UTEs (Unión Temporal de Empresas), la entidad que preside Joan Laporta se ha decantado por Limak, dejando fuera a otras postulantes como la UTE entre Ferrovial y Acciona o las alternativas que ofrecían FCC y Vinci. La clave para esta designación es doble: por un lado, su propuesta ha convencido en el concurso técnico, con un proyecto que ofrece todas las garantías. De otro lado, han convencido en el concurso económico, ya que se adaptan a los precios propuestos por el Barça y a los plazos de obra previstos.
El anuncio del acuerdo con Limak ha coincidido con la desvinculación de Jordi Llauradó del Espai Barça. Oficialmente, su renuncia se debe a que "quiere dedicar más tiempo a sus compromisos empresariales", según ha informado el club en una nota de prensa. La realidad es bien distinta: Llauradó apostaba por una constructora española y no quiso que su voto figurase a favor de Limak, la firma que proponía las mejores condiciones económicas y de tiempos.