La cruzada latente entre Joan Laporta y Javier Tebas no da lugar a treguas. Más bien al contrario. Los enfrentamientos verbales --siempre a distancia-- van in crescendo con el paso de los meses, en especial a causa del apoyo del presidente azulgrana a Florentino Pérez en el proyecto de Superliga Europea. "No habrá Superliga en 2025, diga lo que diga la sentencia del Tribunal Europeo", aseveró Tebas de forma contundente en su última aparición pública. Unos días antes, Laporta había hablado en la Cadena SER sobre su relación con el jefe de la patronal de clubes. "Personalmente, no es mala. Es tensa, porque es un personaje que a veces es complicado", soltó.
Y a continuación, puede que en un intento de provocación, el mandatario culé instó a su homónimo en la Liga a preocuparse por la fuga de suscriptores que se está produciendo en el mercado chino, en vez de atacar constantemente a clubes como el Barça. "Creo que él se tendría que preocupar más por recuperar ese millón y medio de abonados por televisión a la Liga que se han ido, y de incrementar los ingresos por la venta de derechos de TV a nivel internacional", sentenció Laporta, sacando a la luz un problema que cada vez es más grave. Una circunstancia que el propio Tebas se encargó de minimizar en un acto posterior.
Los argumentos de Tebas ante la caída
"El presidente Laporta debe estudiar más cómo funciona la televisión de pago en este país, porque es una parte muy importante de los ingresos del Barça. No es que haya habido una disminución de abonados o de pago, tanto él como Florentino Pérez se equivocan en eso", buscó defenderse Tebas, y a continuación vinculó la pérdida de abonados a la gestión de Telefónica. "Ha sido un cambio de criterio en la compañía. En el año 2019, el paquete básico tenía un cupo de ocho partidos, que se emitían por BeIN, y no había que pagar un plus por ellos. Para la temporada siguiente, Telefónica decidió que esos partidos ya no irían en el paquete básico y deberían pagarse aparte. Eso hizo que, de los poco más de cuatro millones que tenían contratado el paquete en China, pasasen a pagar el paquete del fútbol dos millones y medio. Si no se pagaran esos partidos y fueran gratis, entonces habrían seis millones de suscriptores".
"Hay que entender el valor de los suscriptores en cada momento, y Laporta no lo entiende", añadió el presidente de la patronal, reafirmando su argumento. Por unas causas o por otras, la realidad es que esa reducción de clientes en el mercado chino se ha producido. De igual manera, eso sí, que está ocurriendo con la visibilidad del resto de ligas europeas en el gigante asiático.
"Los mercados internacionales son complicados. Nosotros vendemos en 80 países diferentes. Laporta debería saber lo que está pasando en China, donde la Premier League ha pasado de 200 millones de euros a a 30. Nosotros hemos pasado de 100 millones a 45, y este año igual pasamos a 20. Si el mercado chino ha tenido una situación excepcional, no es culpa del presidente de la Liga", se excusó el máximo mandatario de la patronal.
Una desbandada que empezó en 2017
La debacle de los derechos de televisión en China no es más que una prueba más de la recesión del fútbol europeo en el país. Hubo un tiempo, no hace tantos años, en que el balompié del viejo continente se enriqueció con capital amarillo. Ahora, esas aguas retroceden. Uno de los ejemplos más claros puede verse con el Atlético de Madrid. Su ya antiguo socio, Wanda, además de aportar capital pagaba 10 millones anuales por dar nombre al nuevo Metropolitano. El holding ya no forma parte del club colchonero, como sucede con la mayoría de inversores que regaron de millones a los clubes y ligas europeas. Por el camino se han dado impagos, ventas y huidas forzosas.
La pregunta es: ¿cuál es el motivo de esa pérdida de interés por parte de China hacia el fútbol europeo? La desbandada general empezó en 2017, cuando el gobierno del país asiático implementó nuevas políticas y comenzó a penalizar fuertemente las inversiones en clubes extranjeros, al esgrimir que eso no estaba ayudando en nada al desarrollo del fútbol nacional. A día de hoy, apenas quedan un puñado de clubes europeos en manos chinas. Entre ellos sigue en pie el acuerdo del RCD Espanyol, de Rastar, y el del Granada CF. También el del Inter de Milán con Suning, aunque el grupo de distribución lleva meses oteando el mercado para colocar la venta del equipo.
En lo que respecta a los faraónicos contratos firmados por las televisiones chinas, algunos de esos casos han acabado derivando en impagos que han afectado a competiciones como la Liga o la Premier League, sobre todo a raíz del parón por la pandemia. Tampoco se producen ya las millonarias ventas de cracks rumbo al fútbol chino. Entre 2014 y 2018, el Atleti se embolsó más de 90 millones de euros por la venta de cuatro futbolistas, como Yannick Carrasco y Jackson Martínez; el Villarreal CF sacó 40 millones por Cédric Bakambu y la UD Las Palmas, 11 millones por Jonathan Viera. La mayoría de esos futbolistas ya vuelven a jugar en ligas europeas.
El hundimiento exponencial del fútbol europeo en China, que prevé seguir en la misma dinámica durante los próximos años, obligará a competiciones como la Liga y la Premier League a incrementar sus ingresos por derechos de TV en otros mercados y países. Fútbol y dinero, siempre de la mano.