La Champions League está en peligro para FC Barcelona y Real Madrid. La resolución del Abogado General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el polémico caso de la Superliga da pistas sobre cuál puede ser el veredicto del litigio en curso, que se conocerá en los primeros meses de 2023. Aunque da una porción de razón a ambas partes en sus pretensiones, deja mucho más debilitada la posición que defienden los clubes impulsores de la nueva competición. Tanto derecho tienen a crear un nuevo torneo, como FIFA y UEFA a expulsarlos de sus competiciones privadas. Es decir, Barça, Madrid y Juventus podrían ser obligados a abandonar la Liga de Campeones.
Athanasios Rantos, uno de los abogados generales de la corte, sostiene que los clubes tienen libertad total para crear su propia competición fuera del ecosistema de la UEFA y de la FIFA, pero que no pueden continuar participando en las competiciones habituales sin la autorización previa de esas federaciones.
Es decir, la European Super League Company (ESLC) fundada por A22 Sports Management tiene potestad para crear cuando quiera una competición de fútbol independiente. Sin embargo, el letrado es muy claro al señalar que si se crea esa competición "fuera del ecosistema de la UEFA y de la FIFA, no puede, además de crear esa competición, continuar participando en las competiciones de fútbol organizadas por la FIFA y la UEFA sin la autorización previa de esas federaciones".
Sanciones a clubes y a jugadores
El abogado da su opinión y los 15 jueces, más adelante, se pronunciarán en una sentencia. Los magistrados del TJUE suelen hacer caso a esas recomendaciones en el 80% de los casos, pero no siempre. ¿Será la Superliga una excepción? Hay muchos intereses de por medio.
El otro aspecto que suena amenazante y pone en peligro la viabilidad de la Superliga es el derecho que FIFA y UEFA se reservan sobre la participación de los jugadores. Es decir, las federaciones tendrán la facultad de vetar a los equipos que participen en otra competición europea, pero también a los jugadores que lo hagan, que se quedarían sin poder jugar un Mundial o una Eurocopa. Una medida que satisface a Javier Tebas, el presidente de la Liga, que ha celebrado con sorna la opinión emitida por el abogado griego.
Rantos argumenta que las normas de la UE en materia de competencia no prohíben a la FIFA, a la UEFA, a sus federaciones miembro o a sus ligas nacionales "amenazar con sanciones a los clubes afiliados a esas federaciones en caso de que estos participen en un proyecto de creación de una nueva competición que pudiera vulnerar los objetivos legítimos perseguidos por esas federaciones de las que son miembros". Además, afirma que "las normas comunitarias en materia de competencia no se oponen a las restricciones establecidas en el Estatuto de la FIFA referidas a la comercialización exclusiva de los derechos relativos a las competiciones organizadas por la FIFA y la UEFA en la medida en que estas restricciones resulten inherentes a la consecución de los objetivos legítimos relacionados con el carácter específico del deporte y proporcionadas a estos".
¿Mercado libre o monopolio permitido?
La queja de los organizadores de la Superliga es que se trata de un abuso de su posición dominante y que, pese a todo, con esas reglas la competencia es casi imposible. Pero el letrado griego considera que el hecho de que la FIFA y la UEFA no den reconocimiento a una competición de ese tipo, que sería rival, "podría considerarse inherente a la consecución de determinados objetivos legítimos".
Los clubes pueden hacer su propia competición, sostiene el abogado general, pues nadie puede privarles de esa libertad. Pero UEFA y FIFA sí pueden castigarlos, y también a los jugadores. Su planteamiento va más allá del puro derecho de competencia, pues el abogado general cuya opinión no es vinculante pero sí respetada, sostiene que las libertades fundamentales reconocidas por el Derecho de la Unión "no se oponen a los Estatutos de la FIFA y la UEFA que prevén que la creación de una nueva competición paneuropea de fútbol entre clubes quede sometida a un sistema de autorización previa, en la medida en que dicha exigencia sea adecuada y necesaria a tal efecto, habida cuenta de las particularidades de la competición proyectada".
El halo de esperanza de la Superliga
Desde el bando de los fundadores de la Superliga, tratan de rescatar la parte positiva de la resolución. El Barça no se ha pronunciado directamente, sino que se ha remitido al comunicado de A22. Primero, que no es vinculante. Segundo, que deja claro que los clubes tienen derecho a crear la competición. Y, en tercer lugar, que "la UEFA tiene la responsabilidad de proteger que terceros no se vean privados indebidamente de acceso al mercado", en el sentido de que sus amenazas, de llevarse a cabo, podrían suponer cerrar el mercado a lo que verdaderamente es: un monopolio que no permite acceso a terceros.
La empresa A22 Sports Management, impulsora del proyecto y demandante contra la UEFA y la FIFA, resaltó que el dictamen afirma que "las medidas disciplinarias que parecen haber sido previstas por la UEFA, incluidas las amenazas de sanciones contra los participantes en la ESL (Superliga Europea), pueden tener un impacto en la disposición de los clubes y jugadores necesarios para formar esta nueva competición y, por tanto, cerrar el mercado de la organización de competiciones de fútbol en Europa a un competidor potencial".