La era presidencial de Gianni Infantino en la FIFA ha estado marcada fuertemente por algunas decisiones que han dado a pie al crecimiento de los ingresos. El gran ejemplo de ello está en el Mundial de Qatar, en donde el organismo regulador ha obtenido un récord de ganancias de 7.500 millones de dólares, los cuales corresponden al ciclo de cuatro años por los acuerdos comerciales relacionados a la cita mundialista.
A pesar de la controversia y polémica que rodea al país de Oriente Medio, el dirigente de la FIFA ha conseguido el resultado deseado en términos financieros. Aunque para llegar a este punto ha tenido que optar por medidas populistas que han sido criticadas por un gran sector del fútbol internacional. Dichas decisiones en cuestión van de la mano con el hecho llevar la competición más importante a otros mercados, así como el objetivo de involucrar a más países en la Copa del Mundo.
La polémica en Qatar
Si bien en el discurso de Infantino se refleja la intención de acercar el Mundial a otros países y confederaciones, como es el hecho de la actual edición en Qatar, lo cierto es que esto responde más a un factor económico que futbolístico. La disputa de la Copa en territorio qatarí ha supuesto un impacto mediático en todos los sentidos, sobre todo en el financiero con la presencia de nuevos patrocinadores provenientes de otros sectores.
Esa estrategia realmente no es novedosa, tomando en cuenta que Joseph Blatter, ex mandatario del organismo, fue el encargado de llevar la competición a continentes que no fueron explorados anteriormente. Recordando los casos de las ediciones disputadas en Corea del Sur y Japón en 2002 y Sudáfrica en 2010. La medida no solo atrajo con fuerza a otros mercados para potenciar las ganancias de la FIFA, sino que también le dieron aliados importantes a los dirigentes de la institución.
El Mundial cada dos años
Aunque la idea de realizar la Copa del Mundo cada dos años suene descabellada, lo cierto es que es desde la presidencia de Infantino ha tomado cada vez más fuerza. La iniciativa no ha sido bien recibida por una buena parte de los aficionados, debido a que consideran que eso solo implicará que la competición pierda ese distintivo que le hace tan especial entre el resto de disciplinas deportivas.
El principal motivo que ha impulsado esa estrategia del mandatario de la FIFA es la posibilidad de mantener una regularidad avasallante en los ingresos. Sin embargo, existe el riesgo de perjudicar seriamente la imagen del Mundial. La tentativa está en parte porque las expectativas del organismo regulador es que para el 2026 podrían acercarse a la meta de llegar a los 10.000 millones por los acuerdos comerciales. Una cifra mareante que impulsa el plan de Infantino.
El Mundial de 48 selecciones
Por último, pero no menos importante, se debe recordar que a partir del Mundial del 2026 se elevarán las plazas para que un total de 48 selecciones puedan participar en el mencionado torneo. La medida en cuestión apunta a que varios equipos importantes puedan tener más posibilidades de asegurar su boleto para la Copa, aunque también implica que existirán conjuntos de menor nivel también harán acto de presencia en las siguientes ediciones.
Ese escenario mejora indudablemente las relaciones de Gianni Infantino con aquellas confederaciones de menos prestigio internacional, como es el caso de África o Asia, lo que representa una mayor cantidad de aliados para el dirigente al momento de tomar decisiones fundamentales dentro de la organización. Esos vínculos son claves para el mandatario en su deseo de seguir inyectando capital a las arcas de la FIFA.