Represión en el Mundial de Qatar 2022. Lo que parecía un rumor finalmente se ha consumado, y la FIFA ha decidido vetar el movimiento One Love en defensa de los derechos LGTBI durante los partidos de la cita internacional. Siete federaciones europeas, entre las que no está España, habían solicitado formalmente vestir el brazalete arcoíris en los partidos que disputasen, pero la organización presidida por Gianni Infantino ha optado por prohibirlo.
La amenaza formal de la FIFA no llega en forma de sanciones económicas, sino deportivas. El máximo estamento del fútbol internacional ha anunciado que los árbitros amonestarán con una tarjeta amarilla a todos aquellos jugadores que lleven el brazalete arcoíris, en una decisión que está levantando un revuelo muy importante a través de las redes sociales. La imagen de Infantino y de la organización futbolística, por los suelos.
Esperaban una multa económica, pero no deportiva
Las federaciones de Países Bajos, Inglaterra, Gales, Bélgica, Suiza, Alemania y Dinamarca, que son las que mandaron la solicitud, ya tenían previsto un presupuesto económico para las sanciones. Todas ellas estaban dispuestas a asumir multas económicas en nombre de sus capitanes, pero la amenaza de amonestarles de forma disciplinaria --con amarillas, expulsiones o suspensiones-- las ha llevado a aparcar su reivinidicación.
Al menos por ahora, puesto que en estos momentos están estudiando las futuras acciones a emprender, buscando algún resquicio de la normativa que les permita defender los derechos LGTBI sin recibir unas consecuencias demasiado duras a nivel deportivo.
El capitán de Inglaterra, Harry Kane, iba a ser quien abriera la veda este mediodía (14 horas en España) frente a Irán. El domingo así lo aseguró él mismo en rueda de prensa, recibiendo el apoyo absoluto de su entrenador. Tras el veto de la FIFA, la Federación Inglesa ha reculado: "No podemos poner a nuestros jugadores en la situación de ser amonestados o incluso expulsados", lamenta en un comunicado.
Inglaterra, una horma en el zapato de Infantino
Cabe recalcar que, desde que la selección inglesa aterrizó en Doha, los de Gareth Southgate no han parado en su voluntad de reivindicar el respeto a los derechos humanos, algo que está poniendo en jaque a las autoridades de Qatar. Y, por supuesto, a una FIFA que está quedando en evidencia y recibiendo críticas de forma masiva a través de las redes sociales, no sólo de aficionados ingleses sino de todo el mundo.
Sin lugar a dudas, la controversia vuelve a poner a la FIFA en el foco por su nula aportación a la defensa de los derechos humanos en Qatar, después de que el pasado sábado el presidente de la organización, Gianni Infantino, protagonizara una bochornosa comparecencia en la que empezó con la frase: "hoy me siento gay, hoy me siento qatarí".
Críticas para los aficionados de Qatar
Éste promete ser recordado como el Mundial de las polémicas. El domingo, al descanso del partido inaugural entre Qatar y Ecuador, las gradas del estadio Al Bayt se fueron vaciando. Muchos pensaron que se trataba del tradicional momento de visita en masa a las zonas VIP o a los servicios, pero no fue así.
Al ver que su selección nacional perdía 0-2, los hinchas locales fueron abandonando el estadio antes de tiempo, en una imagen ridícula para un Mundial y para el fútbol, en general. La espantada de Qatar no ha dejado indiferente a los medios internacionales, que se han hecho eco para echar más leña al fuego.