Para engendrar un equipo ganador que acumule títulos a lo largo de los años, es necesario que confluyan diversas variantes. Una de ellas es disponer de futbolistas talentosos, o al menos eso dice la lógica. Pero si no se tiene clara la idea de juego, no hay estabilidad en el banquillo ni tampoco química entre las piezas del tablero, el proyecto se va al garete. Es un poco lo que le ha pasado al Manchester United en los últimos años; pese a seguir siendo uno de los clubes más poderosos del mundo en el plano económico, no es capaz de dar con la tecla y devolver a la entidad el prestigio que merece en el ámbito deportivo.
Dicen que el dinero no trae la felicidad, aunque ayuda mucho. Las grandes inversiones, de momento, no están ayudando a los red devils a conquistar títulos con regularidad. Basta con señalar que ningún equipo en el mundo ha destinado más dinero en materia de fichajes, en la última década, que el conjunto inglés: 1.594 millones de euros. Una cantidad desorbitada que solo ha dado para añadir seis trofeos a las vitrinas del Teatro de los Sueños: Premier League (1), FA Cup (1), Copa de la Liga (1), UEFA Europa League (1) y Community Shield (2).
El club de los fichajes sin ton ni son
Lo cierto es que, al contrario de lo que está intentando hacer el FC Barcelona desde la salida de Leo Messi y sus vacas sagradas, el rival azulgrana en dieciseisavos de la UEFA Europa League sigue sin diseñar un proyecto a largo plazo que esté a la altura de su espectacular gasto en fichajes. El resultado suele ser el mismo año tras año: decepciones, grandes fracasos de futbolistas --algunos triunfan después en otros equipos, como le pasó a Di María-- y transferencias que no tienen ninguna coherencia en cuanto al valor del mercado, y que tampoco contribuyen a una idea homogénea de juego.
Un ejemplo clarísimo tuvo lugar a finales de este pasado verano, cuando el Manchester United quería tirar la casa por la ventana para fichar a Frenkie de Jong --iba a pagar cerca de 80 millones al Barça-- y, dadas las calabazas del holandés y finalmente del club presidido por Joan Laporta, decidió invertir ese dinero en Casemiro. Dos futbolistas que se parecen como un huevo a una castaña, con estilos distintos y edades dispares. Los diablos rojos acabaron el último mercado estival como el club que más dinero gastó en toda Europa: 240,32 millones de euros, nacidos de la suma de Antony (95 M€), Casemiro (70,65 M€), Lisandro Martínez (57,37 M€) y Tyrell Malacia (15 M€).
Una cantidad elevada en sobrecostes
Su temporada en la Premier League empezó con dos sonadas derrotas ante Brighton (1-2) y Brentford (4-0), y aunque luego parecieron reponerse, en la actualidad los de Erik Ten Hag ocupan la quinta posición con siete victorias, dos empates y cuatro derrotas. 11 puntos por debajo del Arsenal de Mikel Arteta, quien sí está dando a luz a un nuevo proyecto al más puro estilo Barça.
Otro dato revelador fue el que aportó el CIES Football Observatory semanas atrás, y que tiene que ver con los sobrecostes de los fichajes. Durante la última década, el equipo de Merseyside ha pagado por sus incorporaciones más dinero de lo que valían en cuanto a estimación de mercado. En total, han gastado 238 millones extra en 33 fichajes distintos, la mayor parte de los cuáles ya no están en la plantilla. La familia Glazer --propietaria del club-- abonó 1.594 millones cuando los jugadores costaban, en teoría, un máximo de 1.356 kilos en ese momento. En esa lista el Barça ostenta un balance positivo de 47 millones, comparando lo que gastó con lo que valían los futbolistas.
La familia Glazer tampoco sabe vender
En ocasiones se ha criticado al FC Barcelona no sólo por realizar fichajes que no acababan de encajar, sino también por no saber vender. Pues bien, el Manchester United sí podría considerarse realmente un cementerio de jugadores de élite, a tenor del poco dinero que suele sacar por sus traspasos. Este último verano cobró 13,25 millones de euros por un total de 12 bajas, con un saldo negativo de 227,07 millones al restar dichos ingresos de los 240,32 kilos que decidió ventilarse para firmar a sus caras nuevas.
El Barça de Laporta también finalizó el mercatto con números rojos, aunque en menor medida y teniendo en cuenta que necesitaba una revolución de plantilla para volver a ser competitivo. 153 millones de euros gastó el FC Barcelona, con un ingreso en contrapartida de 35 kilos a cambio de un total de 20 bajas, muchas de las cuáles se marcharon gratis al terminar o rescindir contrato. O lo que es lo mismo: un balance negativo de 118 millones en la última ventana de transferencias, que por ahora están sirviendo para luchar de tú a tú con el Real Madrid por el dominio del fútbol español.
La llegada de Xavi Hernández al banquillo hace un año, además, está orientada a cimentar un proyecto de futuro aunque los resultados no sean buenos a corto plazo. En Old Trafford, sin embargo, la sensación es que Erik Ten Hag podría volar en cualquier momento si no se cumplen las expectativas de la temporada 2022-23. No sería de extrañar si tenemos en cuenta que, tras la marcha de Sir Alex Ferguson en 2013, hasta ocho técnicos distintos han pasado por el banquillo red devil. Ninguno ha logrado estabilizarse en una montaña rusa que parece no tener fin.