Se respira miedo e incertidumbre en la Liga. 39 de los 42 clubes de Primera y Segunda División, a excepción de FC Barcelona, Real Madrid y Athletic Club, se han posicionado en contra de la nueva Ley del Deporte que se ha planteado desde el Gobierno. Tal es la situación que, después de la asamblea programada para este jueves entre los clubes de la patronal, se desconoce si se parará el fútbol español con una huelga que trastocaría todo el calendario. La amenaza es real, y la jornada 12 del campeonato liguero está en riesgo.
A día de hoy, la mayoría de clubes de la Liga rechazan el nuevo texto de la Ley del Deporte por considerar que favorece la creación de la Superliga, y que haría “mucho daño” a la competición. En los últimos días, varios presidentes de clubes como Mallorca, Valencia, Villarreal o Levante han avisado que no quieren volver a un “pasado oscuro” de hace diez años, en el que había “bancarrotas”.
En este sentido, se acusa al PSOE y al PP de romper el consenso y equilibrio que imperaba en la gran mayoría del fútbol profesional español con la redacción de la nueva Ley del Deporte, debido especialmente a la retirada de enmiendas que dotaban --al menos hasta ahora-- de seguridad jurídica a los derechos comerciales y televisivos de la competición, así como protección ante la Superliga Europea.
La sombra de la Superliga, en el aire
“Es una situación complicada. Hay profundo malestar en la inmensa mayoría de los clubes que formamos la competición por lo que se está produciendo”, lamentó este fin de semana Alfonso Díaz, responsable de negocios del RCD Mallorca. "Gobierno y oposición deberían dar un paso adelante y ser conscientes de que abrir la puerta a la Superliga es algo que va a hacer mucho daño a la competición tal y como la entendemos hoy en día”.
En la misma línea se posicionó el director corporativo del Valencia, Javier Solís, quien trasladó que la postura del club es “de preocupación y de rechazo total al nuevo texto legislativo que hemos conocido. Al fin y al cabo, lo que necesita el fútbol español, tanto en primera como en segunda división, es una seguridad jurídica que nos permita seguir creciendo a los clubes como venimos haciendo en los últimos 10 años”, señaló.
Los equipos del fútbol español temen perder el negocio de 200 millones de euros por ingresos comerciales al año que perciben de forma directa, y que repercute en el control económico que se lleva a cabo para asegurar la sostenibilidad de la competición. Además, advierten que con la modificación de la Ley del Deporte se pone en riesgo un contrato con más de 50 patrocinadores a nivel internacional.
Cumbre por el futuro de la Liga
El próximo 27 de octubre, los equipos se reunirán en la Asamblea Extraordinaria de la Liga y pondrán encima de la mesa acciones como un posible parón de la competición liguera. Una amenaza que es real, aunque ambas partes ya han dejado claro que la prioridad entre Gobierno y clubes es abogar por el diálogo. FC Barcelona, Real Madrid y Athletic Club, los únicos tres clubes que no secundan la protesta --y que tampoco participan en el acuerdo con CVC Partners--, se mantienen al margen y a la expectativa de lo que suceda el jueves.