El entrenador del FC Barcelona, Xavi Hernández, por vez primera desde que aterrizó en el banquillo azulgrana hace un año, está cuestionado. El técnico egarense ha tomado decisiones polémicas en los últimos partidos que, sumadas a los fatídicos resultados en la Champions, han empezado a generar un caldo de cultivo contra su persona en el entorno culé. Según ha podido saber Culemanía, esas dudas que genera Xavi no proceden únicamente del aficionado, sino que también en la junta directiva hay voces que no terminan de tenerle fe.
El propio presidente del club, Joan Laporta, sin ir más lejos, ha cuestionado a su entrenador en sus círculos más cercanos. Ni mucho menos se plantea prescindir de él en estos momentos, pero una profunda depeción se apoderó de él la noche del miércoles, tras el empate contra el Inter (3-3) que deja al Barça más fuera de la Champions, y como suele ser costumbre en el presi, no se mordió la lengua en privado. Al parecer, Laporta recordó a determinadas personas de su confianza que quizá aún era pronto para traer a Xavi. Que tal vez un club como el Barça todavía le queda un poco grande porque aún está verde.
El gran valedor de Xavi no era Laporta
Hay que recordar que cuando se produjo el fichaje de Xavi el año pasado, todo ocurrió en un clima de máxima tensión con Ronald Koeman, un entrenador en el que no confiaba Laporta, pero que se quedó en el banquillo porque no apareció ninguna opción mejor durante el verano. Personas muy próximas le reclamaban a Jan el fichaje de Xavi, como por ejemplo su amigo y vicepresidente deportivo Rafa Yuste, que siempre vio en el de Terrassa al "nuevo Guardiola".
Laporta no era partidario de Xavi porque consideraba que su experiencia en Qatar era insuficiente como para dirigir al Barça y porque, además, le disgustaba el apoyo que extraoficialmente había trasladado el pelopo al candidato Víctor Font, su principal rival en las últimas elecciones. Laporta llegó a decir públicamente que no veía a Xavi suficientemente preparado tan solo unos meses antes de ficharlo y llegó a comentar que se tenía que formar un poco más.
Fichajes a dedo
Tan seguro estaba de ello, que el Barça desaprovechó la opción de sacar a Xavi gratis de Qatar aquél primer verano de Laporta en la presidencia. Xavi, viendo que no le llegaría la hora, decidió renovar con el Al-Sadd, que impuso una onerosa cláusula de escape en su contrato. Cuando el presidente cambió de opinión, movido por la presión de eliminar la tan criticada herencia de Bartomeu en el banquillo --Koeman-- y por la falta de opciones más satisfactorias --Pirlo era uno de sus favoritos, aunque otra opción que ganaba enteros era la de Bob Martínez--, el Barça tuvo que rascarse el bolsillo y abonar una cláusula de cinco millones de euros para sacar a Xavi de Doha.
Con el tiempo, Laporta ha aprendido a creer en Xavi y lo cierto es que la relación entre ambos, al menos en público, ha sido más que óptima. Como en su etapa de presidente-jugador con Rijkaard y Guardiola. El vínculo de confianza parecía total hace unos meses, hasta el punto de que Laporta ha creído a pies juntillas en el proyecto de Xavi y ha tratado de satisfacer sus principales peticiones durante los mercados de fichajes: Ferran Torres, un delantero top, como Lewandowski, y el fichaje de Koundé, además de Marcos Alonso y otros refuerzos que, en los casos de Raphinha, Kessié o Christensen, han sido más cosa de Mateu Alemany o del propio Laporta. El único ruego que no ha llegado es el de Bernardo Silva, además del refuerzo de Azpilicueta para el lateral derecho, que se suplió con Bellerín. También se le otorgaron a Xavi las renovaciones de Sergi Roberto y Dembelé.
Los batacazos de Xavi; las dudas de Laporta
Ahora que llegan los primeros dramas de verdad --no los únicos, ya que Xavi tampoco logró vencer al Benfica nada más llegar ni fue capaz de sobreponerse al Eintracht de Frankfurt en la Europa League, ni pudo discutir de verdad la Liga al Real Madrid (aunque se acercó con el 0-4 en el Bernabéu)-- Laporta ha vuelto a tener dudas. Solo el tiempo dirá si van a más o se disipan, pero tras unos meses creyendo a ciegas en Xavi, estos últimos partidos tras el parón de selecciones han hecho al presidente recordar aquellos pensamientos que tenía durante la campaña electoral o en verano de 2021: ¿Será que Xavi todavía no está preparado?