Mateu Alemany ha llegado al FC Barcelona con la política del "todos firmes" y el puño de hierro por bandera. Uno de sus objetivos es rebajar el endiosamiento de algunos jugadores tanto en el ámbito de la gestión interna como en el estrictamente salarial. Para ello, el nuevo director de fútbol del club ha impuesto una nueva escala salarial más realista --aunque de momento la masa salarial sigue subiendo-- y ha erradicado la mayoría de los denominados "bonus de fácil cumplimiento" que imperaban con normalidad en casi todos los contratos de la era Bartomeu.
El ex alto ejecutivo tanto del Mallorca como del Valencia, uno de los más reputados del fútbol español, sentó un precedente en la última asamblea de socios compromisarios al hacer una exposición sobre los movimientos del Barça en el mercado de fichajes. Mateu mentó a los 20 futbolistas que se han desvinculado del FC Barcelona a lo largo de este verano y reconoció el nuevo incremento de la masa salarial debido a la inversión en fichajes --240 millones entre fijos y variables-- y los elevados salarios de los nuevos fichajes. Fue en el tema de los sueldos heredados donde hizo más hincapié con un ejemplo gráfico: "No puede ser que jugadores con rendimiento 1 cobren 10, porque eso genera un problema con los que tienen rendimiento 10 y cobran menos".
Mateu, a pecho descubierto
Evidentemente, Mateu se refería a los casos de futbolistas con sueldos astronómicos, sobredimensionados, y que han dejado de ser capitales para el entrenador, Xavi Hernández. Hablamos de jugadores como Gerard Piqué, Jordi Alba o Sergio Busquets. También el caso de Frenkie de Jong sería de los que están bajo lupa. Pero al contrario de lo que sucedía en el pasado, cuando directores deportivos como Zubizarreta, Robert Fernández, Pep Segura o Abidal salían escaldados si se atrevían a enfrentarse al vestuario, Mateu lo está haciendo sin temor alguno, a pecho descubierto.
Además de instaurar una nueva escala salarial, como ya informó Culemanía a principios de año, con Ansu Fati y Pedri como principales abanderados --Araujo y Gavi han seguido sus pasos-- pero con la figura de Robert Lewandowski como gran referente, con un salario de 20 millones brutos este primer año, el director de fútbol ha decretado la erradicación de los bonus. Mateu lo explicó de forma un poco vehemente ante los socio, pero dejó claro su postura: "No puede ser que los jugadores tengan bonus por cosas tan obvias como la clasificación para la Champions o por superar cada fase, ni que tengan cláusulas de que si están lesionados eso no cuenta. Si un jugador se lesiona, lo siento mucho, pero no puede cobrar bonus".
Se acabaron los 'bonus Piqué'
Alemany se refería a cláusulas establecidas en muchos contratos de la era Bartomeu, en que los jugadores cobraban incentivos por jugar un 60% o un 40% o, en el caso de Piqué, un 35% de los partidos como titular y, además, se establecía la coletilla de que se calculaba el porcentaje solamente sobre los partidos en que estuviesen disponibles. Si el jugador está lesionado, ese partido no cuenta para sacar el ratio definitivo. Una situación que también había podido beneficiar a jugadores como Umtiti o Dembelé. Eso se ha terminado.
Con la nueva política de Mateu, la mayoría de aquellos bonus han sido exterminados. El máximo responsable del área de fútbol mantendrá únicamente los extras de rendimiento --jugar como titular el 60% de los partidos; y titular significa jugar, al menos, 45 minutos-- y los incentivos reales por consecución de títulos. Es decir, si ganas la Champions, tienes un bonus. Si ganas la Liga, tienes un bonus. Si ganas la Copa, quizá también tengas un pequeño bonus. Y si ganas un doblete, o el triplete, tienes un bonus superior. Sin embargo, queda eliminado aquello del bonus por clasificarte para la Champions, el bonus por llegar a octavos, el bonus por llegar a cuartos, el bonus por llegar a semis y el bonus por llegar a la final.
Solo se mantienen bonus por rendimiento y títulos
A partir de ahora los contratos pasan a ser un poco más sencillos, escuetos y claros. Si un futbolista juega más de 45 minutos en el 60% de los partidos será premiado. Pero no del 60% de los partidos en que esté disponible, sino del total de los encuentros del curso. El que se lesione mucho, lo tendrá más difícil para hacerse con el bonus de rendimiento. Si, además, el equipo gana títulos, otro premio. Más claro, el agua.
A partir de ahí, Mateu también reconoció cuál es el nivel ideal de masa salarial total del club: en torno a los 450 millones de euros. Actualmente, estamos en 656 sumando salarios y amortizaciones. Hay que seguirlo reduciendo, pero no será posible hasta que vayan expirando los contratos sobredimensionados de jugadores como Piqué, Alba o Busquets, al que Xavi quiere renovar, pero debería ser a la baja.
2024, el año del equilibrio
El club debe, además, los diferimientos salariales de las 'rebajas' de 2020 y 2021, que se seguirán pagando hasta 2024. Esa es la fecha en que el vicepresidente Eduard Romeu estima que se podrán volver a estabilizar los balances de ingresos-gastos para alcanzar un nivel de deuda más sostenible y un patrimonio neto positivo.
Actualmente el club tiene un patrimonio neto negativo de 353 millones que, si se cumplen los presupuestos, se verá drásticamente reducido a unos 100 millones a 30 de junio de 2023. En cuanto a las cuentas de Alemany, sus números dicen que el Barça ha tenido un sobrecoste a nivel salarial de 38 millones desde que llegó: ha conseguido ahorrar 122 millones de euros gracias a las salidas de jugadores, pero que, a su vez, se ha generado un incremento con las nuevas fichas y fichajes de 166 millones.