Leo Messi ha recuperado su mejor versión sobre los terrenos de juego. Tras un primer año complicado en París, marcado por su salida traumática del Barça, el astro argentino ha vuelto a sonreír con el balón en los pies. Sus números con el PSG --seis goles y ocho asistencias en 11 partidos-- vuelven a ser de estrella y en la selección Argentina sigue marcando diferencias, como demostró con un letal doblete a Jamaica: dos golazos en tan solo tres minutos y saliendo desde el banquillo para jugar media hora. Menos solvente es el genio rosarino en el ámbito de los negocios, especialmente en la restauración. Su nuevo restaurante en Castelldefels ha naufragado antes de empezar.
Desde Culemanía hemos descubierto que el flamante y lujoso local que ha mandado construir Messi en la ciudad costera ya está en venta. Después de una inyección de nueve millones de euros --tres destinados a la compra de la finca y seis a la fastuosa construcción--, el futbolista y su hermano Rodrigo han decidido deshacerse del negocio para recuperar la inversión realizada y, con suerte, poder sacar un poco de beneficio. Según ha podido saber este medio, aspiran a obtener entre 10 y 15 millones de euros.
Piden entre 10 y 15 'kilos'
El restaurante ya está acabado, aunque tiene más apariencia de casa de lujo u hotel. Terminaron las obras este verano y está listo para abrir. Se trata de un espacio ideado para comidas y, sobre todo, cenas de categoría basadas en una apuesta por la alta cocina. Tienen más de 20 mesas en la terraza y un espacio total para más de 150 comensales que se repartirían entre la zona exterior y los dos pisos interiores. La planta baja del edificio alberga, además, esa ambiciosa cocina de primer nivel, que cuenta con un ascensor montaplatos que comunica ambas plantas para poder subir las propuestas gastronómicas al momento de ser sacadas por los chefs. Por ahora, nada de esto se llevará a cabo.
Las fuentes consultadas comentan que no hay problemas con la licencia, a pesar de que inicialmente sí que los hubo. Cuando compraron el terreno no estaba previsto que se pudiese llevar a cabo ninguna actividad recreativa o de servicio, tan solo se contemplaba como vivienda. El cambio de licencia llevó un tiempo y algunas discusiones con el Ayuntamiento de Castelldefels, pero finalmente se pusieron de acuerdo. Aunque en el registro catastral todavía figura el "uso residencial" y de "vivienda", las partes aseguran que el cambio ya está hecho.
Esta aventura, empezada en 2018 a raíz del cierre de su primer proyecto gastronómico junto a los hermanos Iglesias, el Jardín Bellavista del Norte, se demoró tanto --inicialmente aspiraban a inaugurar en marzo de 2019 pero se complicó entre las obras y las licencias-- que con la pandemia se terminó yendo al traste. Entonces Messi estaba feliz en el Barça y planeaba seguir en su residencia por muchos años, hasta el punto de que se planteó otros negocios por la zona, como una escuela de fútbol que, finalmente, también quedó en nada. Ahora, Leo y su familia residen en París y tienen planes para mudarse a Miami. Ya no le ven el sentido a la apuesta por un restaurante en Castelldefels que, inicialmente, pretendían frecuentar. Se han hartado.
El inmueble abarca un terreno de 500 metros cuadrados y cuenta con una ubicación inmejorable, en pleno Paseo Marítimo de Castelldefels, segunda línea de mar y muy cerca de la Avenida de los Baños, que es el centro neurálgico de la Playa de Castelldefels y su vida nocturna. Allí conviven los restaurantes con más solera, como Casa Gallega o el mítico Rober's, especializado en bocadillos con una gran relación calidad-precio, con la popular hamburguesería Barba Rossa, dos buffet libre japoneses, los exitosos menús del Celeste, una amplía oferta de carnes, pasta y pizzas --argentinas, uruguayas e italianas-- u otras opciones más orientadas a bolsillos generosos como Roxy o Itxaso. Aunque ninguna del nivel que pretendía montar el futbolista de Rosario justo al lado del emblemático Chino Feliz.
Se le resiste el éxito de Luis Suárez
A escasos metros del nuevo restaurante de Messi también se encuentra el Chalo de Tapas, un renovado restaurante argentino de buena calidad a precios bastante populares cuyos dueños son, precisamente, los socios de Luis Suárez con su cadena Chalito, que se compone de un chiringuito en Castelldefels y dos establecimientos más en Barcelona. El crack uruguayo, conocido como El Pistolero en las canchas y como El Gordo entre sus amigos debido a su gran pasión por la comida, estuvo certero en su asociación y ha tenido éxito en el sector de la restauración. Un campo que a Messi se le resiste mucho más que el de fútbol.
Tanto Leo como su esposa, Antonella Roccuzzo, están haciendo fortuna en el negocio de los hoteles, después de que no hayan funcionado ni la tienda de zapatos que abrió ella ni el restaurante que le montaron a él. La cadena MiM (Messi & Majestic) no ha parado de crecer desde que comenzaron con su hotel de Sitges. Luego llegaron los de Ibiza, Mallorca, Baqueira, Sotogrande y, todavía en construcción, el de Andorra. Desde los hoteles, también hacen sus pinitos en la restauración: recientemente se han asociado con Nandu Jubany para que regente los restaurantes de los hospedajes, bajo el nombre de Hincha.
Entramado empresarial
Pero son muchos otros los negocios que maneja el clan Messi, donde la principal fuente de ingresos son los spots publicitarios con la imagen del 10. Leo y su familia gestionan su gran fortuna a través de un entramado societario donde tienen cabida empresas como Limecu España SL--Lionel Messi Cuccittini--, Leo Messi Management SL, Los Seis Rosarinos XXI SL o Edificio Rostower SL, entre otras, de las cuales varias ya están inoperativas. Esta última, cuyo nombre procede del edificio situado en la calle Urgell de Barcelona que lleva el mismo nombre y adquirió la familia Messi hace años, es la que figura en la licencia de obras del nuevo restaurante.
La construcción del establecimiento, ya terminado, ha sido cosa de la constructora COMSA y el director de ejecución de obra ha sido el señor David Iglesias, que no tiene nada que ver con los hermanos Iglesias con los que Messi montó su primer restaurante. Todo lo contrario. De aquella experiencia guardan un ingrato recuerdo ambas partes, que no volverán a trabajar juntas, pero al menos abrieron y lo intentaron. Con este segundo intento parece que ni siquiera llegarán a probarlo. "A su amigo --Suárez-- le salió bien y por eso Leo se animó, pero ya se cansó", resumen.