El traslado del FC Barcelona a Montjuïc, previsto para la próxima temporada, no será plácido para los socios. El club reservará 45.000 localidades de las 59.000 que tendrá el Olímpic Lluís Companys y destinará las 14.000 restante para compromisos y el público en general. El reparto penaliza a los abonados del Barça, que deberán rotar para presenciar los partidos de su equipo.
El Barça dispone, actualmente, de 83.000 abonados (socios con asiento) y el Camp Nou tiene una capacidad máxima de 99.334 espectadores. En Montjuïc no cabrán todos los abonados, pero sorprende que el club solo haya reservado 45.000 asientos. Es decir, tres de cada cuatro del Olímpic Lluís Companys. En el Camp Nou, el porcentaje de los asientos reservados para los abonados es muy superior. Del 84%.
El proyecto inicial
La junta directiva que preside Joan Laporta argumenta que el traslado a Montjuïc permitirá acelerar las obras en el Camp Nou. Unas obras bajo sospecha en el Col.legi d'Arquitecte de Catalunya.
Laporta ha introducido muchas modificaciones en la reforma del Camp Nou respecto al proyecto inicial de Nikken Sekkei y Josep Maria Bartomeu, expresidente del Barça. La firma japonesa ganó un concurso público y la actual junta directiva ha dado por finalizados sus servicios, apostando por Torrella Ingenieria, una empresa especializada en naves industriales.
El pago del alquiler
El Barça, como mínimo, jugará una temporada en Montjuïc. Y el club perderá unos 100 millones en concepto de ticketing. El traslado se hará la próxima temporada y tendrá un coste que oscilará entre los 15 y los 20 millones de euros. El Barça asume los gastos de seguridad y movilidad. También algunas obras que se harán en el estadio, bastante deteriorado en los últimos años.
El proyecto de Bartomeu contemplaba que las obras de reforma del Camp Nou se hicieran mientras el equipo jugaba en el estadio, con cierres parciales del estadio.
Los cambios de Laporta
El proyecto original de Nikken Sekkei contemplaba el derribo de la primera grada y la construcción de una totalmente nueva. "La grada actual tiene muy mala visibilidad", destaca a Culemanía un prestigioso arquitecto. Las obras comportaban el traslado de 12.000 abonados a otras localidades.
Este argumento fue esgrimido por Laporta para modificar el proyecto de Nikken Sekkei. La actual junta directiva mantendrá la primera grada y derribará toda la tercera, para construir una simétrica, con dos anillos de palcos.
Las primeras obras
Bartomeu había cifrado que el nuevo Espai Barça, que también contempla la construcción de un nuevo Palau y la reordenación del entorno, costaría 600 millones de euros. Esta cifra fue posteriormente matizada y en 2020 ya se hablaba de un coste de 815 millones.
El nuevo proyecto de Laporta es mucho más costoso y está cifrado en 1.500 millones de euros. Durante la disputa del Mundial se derribará una parte de la tercera grada del Gol Sur. De momento ya se ha derribado el videomarcador y el club espera iniciar las obras a gran escala en verano, cuando tenga resuelta la financiación.