El Espai Barça que ideó Josep Maria Bartomeu cada vez se parece menos al que quiere ejecutar Joan Laporta. El actual presidente azulgrana no solo ha introducido grandes cambios en el diseño de la reforma; se ha cargado también el jurado de nueve miembros que activó el club, con cuatro directivos y cinco externos.
Los cambios de Laporta han sido muy criticados por el Col.legi d'Arquitectes de Catalunya (COAC), preocupado con la sustitución de Nikken Sekkei, uno de los equipos más prestigiosos del mundo, por Arquitectura Torrella e Ingeniero JG. Desde el club lo achacan a la vinculación familiar del decano del colegio, Guim Costa Calsamiglia, con el exdirectivo Jordi Calsamiglia, cuya relación de enemistad con Joan Laporta es de sobra conocida.
Dos votaciones
El Espai Barça es el gran proyecto del club del siglo XXI. Y ha sido votado en referéndum en dos ocasiones. En 2014 y en 2021, durante las presidencias de Bartomeu y Laporta. Inicialmente tenía un coste de 600 millones de euros. El actual asciende ya a 1.500 millones.
La junta directiva que presidía Bartomeu organizó un concurso de arquitectos para ejecutar las obras de transformación del Camp Nou en el que, inicialmente, figuraban cuatro directivos --Bartomeu, Susana Monje, Jordi Moix, Emili Rousaud--, el arquitecto Juan Pablo Mitjans --hijo de Francesc Mitjans, el arquicto que diseñó el Camp Nou--, tres miembros del COAC --el decano Lluís Comerón, Arcadi Pla y Joan Forgas-- y la entonces gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, Aurora López.
Las 45 propuestas
El jurado del Espai Barça eligió la propuesta de Nikken Sekkei y Pascual-Ausió Arquitectes de las 45 presentadas al club azulgrana, en septiembre de 2020.
Laporta, vencedor en las elecciones del 7 de marzo de 2021, asumió la necesidad de transformar el Espai Barça, pero modificó sustancialmente la reforma del Camp Nou.
Los grandes cambios
El proyecto que aprobó Bartomeu contemplaba la demolición de la primera grada y la construcción de una totalmente nueva con más pendiente que la actual para favorecer la visibilidad de los espectadores. Esta obra comportaba el traslado de 12.500 abonados a otras zonas del Camp Nou. Inicialmente, Nikken Sekkei también proyectó una tercera grada totalmente simétrica, dando continuidad a la actual.
Laporta, sin embargo, optó por mantener la primera grada para no tener que recolocar a muchos abonados que habían expresado su malestar al club. El actual presidente optó por derribar la tercera grada y construir una totalmente nueva con dos anillos de palcos. La reforma del estadio ascenderá a unos 900 millones de euros.