Esta semana ha estado llena de turbulencias en Can Barça. Las exclusivas de El Mundo, que ha tenido acceso a información confidencial y centenares de correos electrónicos a raíz de las investigaciones del Barçagate, están produciendo réplicas de un terremoto diario en el entorno azulgrana. Leo Messi y Gerard Piqué han sido algunos de los protagonistas salpicados, y en una de las últimas entregas aparece también el nombre de Neymar Jr.
Esteban Urreiztieta y Orfeo Suárez son los periodistas que, tras haber accedido a la información de lo que denominan Barçaleaks, aseguran que Neymar Jr exigió a la antigua junta de Josep Maria Bartomeu la creación de una oficina comercial en Brasil. Una agencia mediante la cuál esperaba percibir una comisión del 20% de cada operación que se materializase.
Un negocio perjudicial para el Barça
Era una de sus condiciones para firmar una renovación, en 2017, que meses después acabó en ruptura total con su fuga al Paris Saint-Germain. Siempre según la citada información, la familia Neymar pretendía ingresar dicho porcentaje de todas las operaciones comerciales que realizase el FC Barcelona en América Latina, en régimen de exclusividad.
El futbolista y su padre presionaron a la antigua directiva del club para que aceptase el proyecto, y llegaron a enviar un borrador de contrato en febrero de 2017. El documento en cuestión fue tratado con escepticismo y desconfianza por parte de los órganos de control del club, que advirtieron sobre la posibilidad de repetirse otro Caso Neymar 2. O lo que es lo mismo, una causa judicial similar a la que tantos problemas ha ocasionado a Sandro Rosell en el pasado.
Los encargados de validar el contrato en el club, con los departamentos jurídico y de Compliance al frente, pusieron grandes objeciones a la hora de dar el visto bueno. "Debo llamar la atención sobre el hecho de que fue precisamente un contrato similar uno de los que resultó criminalizado --de momento-- en el caso denominado Neymar 2", defendió el letrado jefe del Barça.
Los juristas de Bartomeu, en contra
Neymar intentó cerrar el acuerdo a través de una de sus sociedades, Neymar Sport & Marketing, Ltda, domiciliada por su padre en Sao Paulo. En resumen, con la creación de dicha agencia el Barça se reservaba el 80% de los ingresos comerciales en América Latina y el futbolista, el 20%. Algo que no gustó a los juristas del club, quienes rechazaron desde el principio un negocio perjudicial para los intereses de la entidad culé.
"El club no puede estar prisionero de este tipo de compromisos con una sociedad que es sólo una intermediaria", llegaron a alegar en uno de los correos electrónicos. Pusieron de manifiesto el posible "conflicto de interés" que generaría la nueva oficina, y el director financiero de la época, Pancho Schroder, añadió otro riesgo a tener en cuenta: "La Agencia Tributaria (en su afán recaudatorio infinito) podría llegar a considerar las comisiones como rendimientos del trabajo del jugador. No lo veo imposible". El proyecto finalmente no se llevó a cabo, puesto que Neymar Jr se marchó a París unos meses después.