Gerard Piqué es el defensa central mejor pagado del mundo. Lo sigue siendo a día de hoy aunque prácticamente no juega. Xavi Hernández le ha dado solamente 134 minutos a lo largo de dos partidos este curso pero todo parece indicar que se va a pasar el año chupando banquillo. Eso, a menos que las lesiones obliguen al técnico a contar con él. El Virus FIFA ya se ha llevado a uno de los nuevos por delante: Jules Koundé se ha lesionado este jueves con Francia.
El jugador catalán percibe un salario medio de 28,4 millones de euros brutos al año más otros 2,4 millones por derechos de imagen: en total, 30,8 millones. Así lo ha desvelado el diario El Mundo tras tener acceso a varios documentos privados del club, confirmando la información esbozada por el periodista Lluís Canut hace casi un año.
Más allá de la barbaridad que cobra, el problema que arrastra el Barça es que Piqué, en teoría, tiene contrato hasta junio de 2024. Al menos, eso fue lo que se vendió en la última renovación que le firmó Josep María Bartomeu en otoño de 2020, poco antes de dimitir. Sin embargo, como ya contó Culemanía en su momento y otros periodistas como Toni Frieros, la realidad es que el último año del central de Sarrià está condicionado a su rendimiento.
Piqué impuso la cláusula del 35%
La cláusula que se incluyó en su contrato, negociada a consciencia, prevé que Piqué tendrá garantizado un año más, hasta el 30 de junio de 2024, siempre y cuando en la temporada anterior juegue el 35% de los partidos. En la negociación con Bartomeu, el ya expresidente le exigió un 50% de los partidos jugados, pero como casi siempre, Gerard se salió con la suya y finalmente zanjó ese 35% que ahora juega más en su contra que nunca.
Si Piqué hubiese firmado la cláusula del 50% tendría más difícil jugar el curso 23-24 pero al menos tendría más posibilidades de tener minutos este curso. Al haber puesto un porcentaje tan pequeño de partidos, y siendo obvio que Xavi Hernández no cuenta con el central para la próxima temporada --ni para la actual, prácticamente--, está condenado a pasarse casi toda el año sentado.