Joan Laporta regresó a la presidencia del Barça hace un año y medio con el fusil cargado contra la anterior junta directiva. Con la deuda y los gastos disparados, la caída de ingresos a consecuencia de la pandemia dejaba al club en una situación complicada. Más aún después de inflar las pérdidas del ejercicio 2020-21, que sirvieron para hipotecar los límites salariales de la Liga. Ello obligó a reducir la masa salarial, lo que, a su vez, suponía debilitar la plantilla con la marcha de jugadores como Leo Messi o Antoine Griezmann. Un año después, Laporta vendió algunos activos del Barça en forma de palancas para traer fichajes de primer nivel al club y, de paso, volver a subir la masa salarial.
Aunque desde la entidad han mandado en diversas ocasiones el mensaje sobre la importancia de reducir el gasto en salarios --y en ello se ha centrado Mateu Alemany, sobre todo este último verano, dando salida a 20 futbolistas--, la realidad es que no se ha cumplido con ello. La masa salarial ha vuelto a subir en 100 millones de euros para situarse en niveles muy similares a los heredados por Bartomeu. Y los tan criticados contratos ascendentes de los futbolistas se han seguido reproduciendo en casos como el de Robert Lewandowski, Ronald Araujo o Éric García. Los dos últimos son, precisamente, los centrales peor pagados de la plantilla. Y, aún así, pueden terminar cobrando un dineral.
Los salarios de los centrales
Actualmente, el Barça destina unos 70 millones de euros a los sueldos de los cinco centrales que hay en plantilla. Una cifra muy elevada teniendo en cuenta la posición de la que estamos hablando, que no queda demasiado alejada de lo que están cobrando los seis delanteros del Barça: Lewandowski (20 millones brutos), Ansu Fati (12), Dembelé (11), Raphinha (11), Ferran Torres (11) y Memphis (10). En total, 75 millones de euros fijos, sin contar todas las variables, por seis futbolistas de primer nivel.
La zaga defensiva, con solo cinco futbolistas para el eje central, cuesta 70 millones brutos. Eso se explica principalmente debido a la presencia de un jugador, Gerard Piqué, cuyo salario asciende a 28 millones de euros brutos. Completan la 'manita' de centrales los recién llegados Koundé y Christensen, que se unen a Ronald Araujo y Éric García.
Piqué más que dobla a Koundé y Christensen
El mejor pagado es Gerard Piqué, con unos 28 millones de euros brutos. Aunque, algunas fuentes aseguran que todavía percibía más dinero sumando los derechos de imagen y algunos pagos variables. "Puede cobrar hasta 40 millones", aseguran las citadas fuentes consultadas por Culemanía. Además, aún se le deben los diferimientos de 2020 y 2021. En cualquier caso, dobla y en algunos casos casi triplica los emolumentos de los demás centrales.
Le siguen Jules Koundé y Andreas Christensen, ambos englobados en la nueva política salarial del club que marca Ansu Fati con unos 12 millones de euros brutos. Ambos defensas están en cifras prácticamente idénticas a las de Ansu, que puede cobrar un poco más por variables.
Araujo y Éric, a la zaga
Por debajo están los jóvenes Ronald Araujo y Éric García, que son muy importantes para Xavi pero no cuentan con la consideración de estrella internacional que tiene Koundé, un futbolista que ha costado 50 millones de euros más 10 en variables. Araujo está prácticamente al nivel de Pedri, entre los 8 y los 9 millones de euros brutos.
Éric, por su parte, llegó el verano pasado en plena crisis y firmó un contrato ascendente donde solo cobraba tres millones el primer año. El segundo año subía a los cinco millones brutos. El tercer año ya se disparaba a los ocho millones y el tope quedó fijado en nueve brutos. Esto quiere decir que este año estaría costando solamente cinco millones al club, pero a largo plazo costará lo mismo que Araujo, entre 8 y 9 millones.