Sandro Rosell ha vuelto a ser protagonista por cuestiones legales. Este lunes, desde las 9 de la mañana, el expresidente del FC Barcelona ha comparecido ante las dependencias judiciales para defenderse de una acusación de fraude fiscal. Los abogados del empresario, liderados por Pau Molins, han atribuido el caso a la "persecución indiscriminada" que sufre desde 2010, por sus responsabilidades en el Barça y sus "supuestas conexiones con el independentismo".
Rosell, que el próximo mes será juzgado por corrupción entre particulares en el fichaje del futbolista Neymar, se ha sentado este lunes en el banquillo del juzgado de lo penal número 3 de Barcelona, acusado de defraudar 230.296 euros a Hacienda en 2012, utilizando una sociedad administrada por él mismo para cobrar sus servicios profesionales por asesoramientos deportivos e inmobiliarios.
El expresidente del Barça, que en junio de 2019 devolvió a Hacienda la cuota supuestamente defraudada más los intereses, se ha acogido a su derecho a no declarar, por "consejo" de sus abogados, y se ha remitido a la declaración que prestó hace cuatro años en la instrucción del caso, cuando negó que tuviera la voluntad de defraudar a Hacienda.
Víctima de una conspiración
No obstante, en sus informes finales su abogado Pau Molins ha sido el encargado de proclamar que Rosell es objeto de una "persecución" desde que accedió a la presidencia del Barça en 2010 y, según una conversación filtrada, la exlíder del PP Alicia Sánchez Camacho "ordenó" al excomisario Villarejo "que se le investigara por sus supuestas conexiones con el independentismo".
"Posteriormente los problemas judiciales se le empezaron a multiplicar por doquier", ha agregado Molins, que ha recordado que el empresario y expresidente del Barça pasó dos años en prisión preventiva acusado de blanquear hasta 20 millones de euros de comisiones, en un caso del que fue absuelto en 2019 y que ha atribuido a un "montaje de las cloacas del Estado".
En ese contexto de "persecución indiscriminada", según Molins, "aparece por sorpresa esta extraña acusación de delito fiscal. Rosell tiene motivos para sentirse maltratado por la justicia y por Hacienda", ha añadido. El abogado ha lamentado el "inusitado rigor" de la Fiscalía con Rosell en comparación con otros defraudores, incluido el futbolista Leo Messi, y ha subrayado que los trabajos de asesoramiento por los que ha sido imputado "se han hecho y se han declarado", con lo que lo único que se le puede achacar es que recurriera a una "vía supuestamente inadecuada para cobrar los servicios, a través de una sociedad unipersonal".
Deducción de gastos personales
No lo ve así la Fiscalía, que considera que, facturando sus servicios profesionales través de su empresa TOC SLU, Rosell "ha efectuado un artificio engañoso para no tributar por las rentas percibidas" y ha utilizado de forma "abusiva" ese sistema: "una persona física no puede usar de forma arbitraria a una jurídica".
En ese sentido, se ha reafirmado en su tesis, compartida por la Abogacía del Estado, de que TOC SLU, de la que Rosell era administrador único, "carecía de estructura empresarial" y tenía solo cinco trabajadores, cuatro de ellos dedicados a la limpieza y mantenimiento de la oficina, el domicilio y la segunda residencia del procesado, lo que los propios empleados han corroborado en el juicio. Además, a través de la empresa, sostiene el fiscal, se dedujo indebidamente dos facturas como gastos y declaró irregularmente pérdidas patrimoniales por la venta de unos inmuebles.
La abogada del Estado ha insistido, asimismo, en que Rosell utilizó la empresa TOC para deducirse distintos gastos personales, como "unos viajes con su mujer a Japón o París, compras en el Capabro o cápsulas de Nespresso o la cuota del Canal Plus" o el cloro de la piscina y los trabajos de jardinería de su masía de Corçà (Girona).