Los últimos días están siendo muy duros para los ejecutivos del FC Barcelona en la parcela deportiva. El trabajo se acumula, cada vez hay menos margen de tiempo y algunas operaciones que debían cerrarse con rapidez, por desgracia, se están ralentizando más de lo esperado. Una de ellas es la adecuación salarial de Sergio Busquets, quien hace unos días mostró su predisposición a ayudar al club en el encaje del fair-play financiero.
El Barça lleva unos días negociando con su representante, Josep Maria Orobitg, y planteó a Sergio Busquets (34 años) la posibilidad de un diferimiento salarial para poder inscribir así a los nuevos fichajes justo antes del inicio de la Liga. El de Badía se mostró a favor de ello si no le implicaba perder dinero sobre lo que tiene estipulado en su contrato.
Y es que cabe recordar que Busquets ya sufrió una rebaja de sus emolumentos con Bartomeu de presidente, cuando apareció la pandemia de coronavirus. Entonces se le rebajó a todos los futbolistas un 12% de sus fichas. También la pasada campaña renunció Busquets a sus bonus por objetivos. Y esta temporada está dispuesto a ganar menos de lo que le toca para hacer hueco salarial, pero con la condición de cobrarlo más adelante.
El Barça y Busquets buscan soluciones
En los últimos días se están buscando soluciones para que todas las partes queden satisfechas. El jugador y su entorno están a la expectativa de si el club vuelve a enviarles este viernes alguna oferta interesante, pero el principal hándicap en las negociaciones es que Busquets acaba contrato en 2023, y su planteamiento hasta ahora pasaba por acabar su trayectoria en el Barça y marcharse a la MLS de Estados Unidos.
En esta coyuntura, la propuesta de la entidad culé para diferir su salario contempla que siga un año más, hasta 2024. Busi, en cambio, desea asegurarse una puerta de salida en verano de 2023 por si quiere hacer las maletas. El problema es que es complicado a nivel contractual asegurarse esa opción de salida en un año cuando se difiere salario para el curso siguiente.
Dudas sobre la legalidad de la operación
Genera dudas sobre si, a nivel legal, la Liga aceptaría o no dicha fórmula. Y también sobre si, en términos fiscales, podría generar al futbolista problemas añadidos al tener unos ingresos como jugador del Barça a partir del 1 de julio de 2023 si decide romper su vínculo con el club. Más aún si se traslada, por ejemplo, a Miami para jugar en el club que preside David Beckham, el Inter, y empieza a cobrar de la entidad norteamericana.
El caso es que el jugador no quiere tener ningún problema legal ni fiscal a la hora de articular su nuevo contrato con el Barça. Y es por ello que las negociaciones se han ralentizado, con las dos partes buscando nuevos escenarios que generen un acuerdo satisfactorio. Algo que podría durar días...