El verano de 2022 será recordado por los barcelonistas, entre otras cosas, por un término que Joan Laporta ha rebautizado y que los medios ya han puesto de moda: las famosas palancas. La junta directiva ha estado haciendo malabares durante los últimos meses para oxigenar las cuentas del club, y parte de ese aire respirable procede de la venta de activos económicos a grupos inversores. Ya lo predicó en su momento la tercera Ley de Newton: "La única forma de llegar a alguna parte es dejando algo atrás". El Barça está teniendo que sacrificar partes de sí mismo para avanzar, y ahora la pregunta es... ¿dónde está el límite?
Una cosa está clara, y es que los nuevos fichajes --y sus futuras inscripciones-- de Andreas Christensen, Franck Kessié, Raphinha y Robert Lewandowski no se han hecho por arte de magia. Los movimientos sobre el escenario de Mateu Alemany, Jordi Cruyff y el resto de ejecutivos han sido clave para gestar y cerrar las negociaciones. Detrás de los focos, sin embargo, la inyección de dinero ha sido la fuerza encargada de mover los hilos. Y esa energía, como todo en la vida, tiene un precio.
La simbiosis de Sixth Street y el Barça
Hace poco menos de un mes, Laporta se vio obligado a vender el 10% de los derechos audiovisuales del FC Barcelona a Sixth Street, que se encargará de explotar dicho porcentaje durante los próximos 25 años. Esa primera palanca, que el club activó a cambio de 207,5 millones más 60 extra de plusvalía, tiene actualmente un valor de 415 millones. Puede decirse libremente que la inversora norteamericana cerró una jugada muy jugosa para sus intereses y poco beneficiosa --al menos a largo plazo-- para un Barça más necesitado que imaginativo.
La segunda palanca todavía no es oficial, aunque es un secreto a voces que Sixth Street comprará otro 15% de los derechos de televisión por 320-330 millones de euros. Unas cifras que, sumadas a una plusvalía similar a la del primer movimiento, generarán alrededor de 400 millones para gozo y disfrute del Barça.
La buena noticia es que esa cantidad permitirá pagar el precio de las nuevas incorporaciones --100 millones entre Lewandowski y Raphinha-- y a la vez aportará un mayor margen a la masa salarial, ya que al subir los ingresos --las palancas se han contabilizado como tales y no como deuda-- ese límite salarial también asciende. Es decir, habrá más espacio para inscribir jugadores. La mala noticia, no obstante, es que el valor real del 15% de derechos de TV procedentes de la Liga durante 25 años es de 622,5 millones. El Barça vuelve a sacrificar dinero futuro para obtener liquidez en el presente. Alguno lo llamará malvender activos, y otro se agarrará al manido "más vale pájaro en mano que ciento volando" del refranero español.
Barça Studios irrumpe en el escenario
Dicho esto, existe la posibilidad de que estas dos palancas no sean suficientes para mostrar todas las cartas que Laporta tiene guardadas en la manga para este mercado. Koundé, Azpilicueta, Marcos Alonso, Bernardo Silva, Chukwuemeka... y más nombres que siguen apareciendo. No llegarán todos, pero los que lleguen deberán ser inscritos y Xavi necesitará contar con ellos desde el inicio de la temporada 2022-23. De ahí que el FC Barcelona, a día de hoy, se esté planteando acelerar la activación de una tercera palanca: la venta del 49% de Barça Studios a cambio de 200 millones. Un activo por el que Laporta, no hace mucho tiempo, pretendía sacar 350 kilos.
Son varios los condicionantes que determinarán, o no, la activación precoz de esta tercera herramienta económica. Dependerá de si salen las cuentas para inscribir a todos los jugadores en las competiciones oficiales, y probablemente de si pasa el tiempo y no llegan ofertas mejores por dicho porcentaje de Barça Studios. Otro factor, puede que el más importante, será el futuro de algunos jugadores que el presidente y su junta han puesto en el escaparate debido a su cartel mediático, siempre con el visto bueno de Xavi.
La operación salida, otro activo a explotar
Frenkie de Jong y Memphis Depay, los dos holandeses, están en la pole position. Si se reciben 80 millones de euros por el centrocampista y otros 20-25 millones por el atacante --a no ser que abarate el precio de la Operación Koundé-- es posible que el Barça retrase la activación de la palanca que confirmaría el atípico hat-trick.
Si esas ventas sonadas no se producen, por contra, será más probable la aceleración de esa venta parcial de Barça Studios. Una línea de negocio que ahora mismo cuesta dinero al club, y cuya producción audiovisual sería cedida no sólo a cambio de los 200 millones, sino también para conseguir un socio que haga más rentable la totalidad del proyecto. De esta forma se podrían obtener beneficios por el 51% restante, que seguirá teniendo el club en propiedad. El escenario de hoy puede no ser el de mañana. Y con el mercado de fichajes abierto hasta el 31 de agosto, el Barça acabará moviéndose en una u otra dirección. Siempre, claro está, con las manos de Laporta al volante.