Juli Guiu es uno de los directivos importantes en la nueva junta directiva de Joan Laporta. Es el vicepresidente del área de marketing y uno de los que salió en la foto de Spotify. Sin embargo, genera algunos dudas --léase recelos-- entre sus compañeros directivos. Hay quien cree que es uno de los dirigentes que filtra cosas a la prensa. También en el exterior genera otro tipo de dudas. Más que nunca, quedaron patentes este jueves 16 de junio en la asamblea de las palancas.
Las dificultades comunicativas que evidenció Guiu fueron la comidilla en las redes sociales y en los grupos de Whatsapp. Mientras el presidente Laporta y Eduard Romeu hicieron gala de una incuestionable solvencia comunicadora, Guiu suspendió en esta faceta. Sus respuestas a las preguntas de los socios fueron tan breve e imprecisas que, constantemente, tuvo que intervenir el presidente. Al rescate.
Nervioso y poco comunicativo
No se pone en duda la valía profesional de Guiu, un empresario contrastado y que fue clave a la hora de poner el aval en marzo de 2021. Su solvencia financiera contrasta, sin embargo, con su escasa fluidez comunicativa. Posiblemente estaba muy nervioso, es normal que genere mucho respeto comparecer ante los socios del Barça, conocidos por componer una masa social muy crítica en cuestiones diversas. Pero un vicepresidente del Barça debe mostrar más tablas en cuestiones de representación del club y hablar en público de forma entendedora es una de esas cuestiones.
Guiu está muy ilusionado con el proyecto de Laporta. Lo demostró en campaña y con su excitada celebración de la victoria electoral, pero tiene una asignatura pendiente en materia comunicativa. Una situación que no pasó desapercibida en las redes sociales y que, en un día tan importante, donde el Barça tenía que convencer a los socios de la venta de su patrimonio, su intervención no ayudó. Más bien al contrario, pudo poner en riesgo la operación.