Que la situación del FC Barcelona es crítica lo sabe todo el mundo. Que los jugadores piensan más en el dinero que en el bienestar del club, por muy barcelonistas que se sientan, también. En estos tiempos de crisis heredados de una junta directiva que no supo hacer frente a las disparatadas pretensiones económicas de los futbolistas y tocó fondo con la pandemia, el nuevo gobierno que lidera Joan Laporta se ve en la tesitura de construir un equipo competitivo. Un equipo capaz de generar ilusión a costa de rebajar salarios y activar palancas económicas para revertir un agujero negro de 600 millones de euros y una deuda peligrosamente disparada a más de 1.500 millones. Por muchas estrellas que pidan aficionados o cuerpo técnico, la próxima realidad del Barça sólo tiene una solución: construir un equipo low-cost

La junta directiva de Laporta se está moviendo en esta dirección. Mucho más tarde de lo esperado, pero tratando de pisar en firme, ha solicitado la venta de activos económicos --las denominadas palancas-- a una asamblea de socios compromisarios que se celebrará, vía telemática, el próximo jueves 16 de junio. El club espera poder activar la entrada de capital a cambio de la explotación de hasta un 25% de los derechos televisivos procedentes de la Liga. Según avanzó Culemanía, esto significa renunciar a unos 40 millones de euros anuales a cambio de recibir una importante inyección de liquidez cuya cuantía todavía no se ha desvelado. Falta que el club explique cuánto dinero espera ingresar --las fuentes consultadas por este medio advirtieron hace meses que aspiraban a unos 900 millones de euros-- y por cuánto tiempo tendrá que renunciar a esas cantidades --la voluntad de la entidad sería no rebasar los 25 años de hipoteca

Mientras la junta directiva negocia con CVC, Goldman Sachs, SportsFi o Bank of America --la financiera que ha ganado puntos en las últimas horas y se presenta como principal candidata a poner el dinero a cambio de los derechos TV-- y trabaja, paralelamente, otras palancas como Barça Studios o BLM, la dirección deportiva tiene encomendado otro tipo de trabajo sucio.

El trabajo sucio de Mateu y el papel de Xavi 

El director de fútbol, Mateu Alemany, y su nuevo aliado como secretario técnico, Jordi Cruyff, se han enfundado los guantes de boxeo para plantar pelea a los jugadores que piden cantidades astronómicas para renovar --Araujo ya se cerró, ahora toca Gavi--, a los futbolistas que no se van del club aunque les condenen al banquillo por los siglos de los siglos --Umtiti, Braithwaite, Neto, Lenglet o Pjanic, entre otros-- y a los pesos pesados del equipo que se niegan a rebajar sus desorbitados salarios --Piqué, Busquets, Jordi Alba o Ter Stegen-- que matan lentamente al FC Barcelona

 

En esa intensa guerra que afronta con dignididad y entereza Mateu Alemany, también juega un papel mmuy relevante el entrenador, Xavi Hernández. El técnico no entiende de números, solo de fútbol, y quiere la mejor plantilla posible para protegerse en un cargo muy codiciado. Es entendible que pida grandes fichajes, pero la reciente experiencia con Ferran Torres obliga a desoír algunas peticiones para anteponer la cruda realidad: ahora mismo tiene mucho más sentido fichar a Di María que a Rapnhinha. Y es ahí donde empieza una reconstrucción low-cost en que Xavi tendrá muy pocas concesiones porque el presidente terminó muy decepcionado --por no usar adjetivos como molesto, enojado o muy cabreado-- con el final de curso del equipo. 

La promesa de Laporta 

Laporta hizo una promesa al entrenador: le iba a traer un top mundial. Inaccesible Haaland, ese gran fichaje es Robert Lewandowski y, sorprendentemente para muchos, la maquinaria carbura a la perfección para conseguir que sus 49 goles vistan, a partir de ahora, de blaugrana. El ariete polaco es el gran elegido y, probablemente, el único futbolista por quien el Barça pagará un traspaso superior a los 30 millones de euros este verano. El Bayern, resignado ante los demoledores mensajes que día sí y día también envía su popular delantero, contrario a continuar ni una temporada más en el club al que se unió en 2014, ya trabaja en la búsqueda de un recambio. Mané puede acabar en el Allianz y Darwin Núñez en el Liverpool para plantar batalla al nuevo City de Haaland

Xavi tendrá el regalo de Lewandowski, una operación que destapó Culemanía hace meses como alternativa al noruego, pero también se verá obligado a asumir que el resto de fichajes que lleguen van a ser low-cost. Dos de ellos ya están cerrados, pero no pueden ser inscritos: Andreas Christensen y Franck Kessié, que llegan al Barça con la carta de libertad. Del mismo modo que el club está todavía pendiente de inscribir los aumentos salariales de Araujo, Ferran Torres, Aubameyang, Gavi --en caso de cerrarse su mejora antes del 31 de agosto-- y de las inscripciones de Dani Alves o Sergi Roberto, toda vez que ya no se cuenta con Dembelé, Adama o Luuk de Jong

Inversión mínima en fichajes 

Sin conocerse aún las salidas, más allá de Coutinho --que ha dejado 20 millones en el club además de liberar su elevada ficha-- y Ferran Jutglà --el Brujas paga cinco millones por su fichaje--, queda cada vez más claro que Xavi se tendrá que conformar con una plantilla muy similar a la que tiene. Se esperan más bajas que altas y una inversión mínima. 

Lewandowski será la joya de la corona y, como decíamos, podría ser el único fichaje por el que se llegue a pagar un traspaso. Para reforzar la posición de extremo, lo más probable es que lleguen Ángel di María y/o Adnan Januzaj. Las elevadas pretensiones del Leeds por Raphinha o del Valencia por Guedes complican mucho dos operaciones que tampoco parecen mejorar lo que podría aportar el extremo argentino. En el caso de llegar solo un extremo, Abde y Trincao son las alternativas que se barajan. Y el que no se quede en el equipo, servirá para hacer caja, como Jutglà

En cuanto a la defensa, Xavi podría conseguir otras dos de sus peticiones, aunque dependen del Chelsea: se trata de Azpilicueta y Marcos Alonso, dos laterales con aptitudes de central que también llegarían gratis. Al menos, el primero. El segundo tiene todavía un año de contrato, con lo que los blues esperan obtener un pequeño traspaso, como lo esperaría el Valencia por Gayà y/o Carlos Soler. Este segundo está muy cerca del Atlético y solamente podría acabar en el Barça en caso de vender a Frenkie de Jong. La otra opción para reforzar el medio, en la posición de Busquets específicamente, es Marc Roca. Con contrato hasta 2025, el Bayern se podría desprender de él ante la falta de minutos que tiene en el equipo bávaro. No habría que descartar que llegase al Barça en forma de cesión. Otro que gusta es Zubimendi, de la Real Sociedad. 

Entre seis y nueve fichajes 

Con los posibles fichajes de Lewandowski, Di María y/o Januzaj, Kessié, Christensen, Azpilicueta, Alonso o Gayà y tal vez uno entre Soler, Roca y Zubimendi al entrenador del Barça solamente le quedaría una petición para hacer realidad todos los refuerzos que pide: otro defensa central. Jugadores como Koundé o Koulibaly se presentan del todo inaccesibles para la economía del Barça, con lo que el elegido finalmente podría ser Iñigo Martínez. Sin embargo, da la sensación de que en caso de llegar Azpilicueta y Alonso, Xavi se quedaría sin ese central que reclama y que podría servir para heredar la plaza de Gerard Piqué, cuyo comportamiento en el último mes y medio ha causado cierto malestar en el club

Marcos Alonso y César Azpilicueta en un entrenamiento del Chelsea / REDES

Marcos Alonso y César Azpilicueta en un entrenamiento del Chelsea / REDES 

De los nueve fichajes que pide Xavi, seguramente será motivo de celebración que lleguen y se puedan inscribir un total de seis o siete. El segundo extremo, el mediocentro y el central son, en estos momentos, los que tienen menos posibilidades de recalar en el club. Y, salvo el citado caso de Lewandowski, casi todos los otros llegarían a coste cero o mediante un traspaso muy económico. Como curiosidad, varios de ellos superan la treintena de forma holgada: Di María ya tiene 34 años, Lewandowski los cumple en agosto, Azpilicueta cumple los 33 y Marcos Alonso hará 32 en diciembre