Las cinco palancas económicas que negocia actualmente la junta directiva de Joan Laporta son vitales para rescatar al FC Barcelona del abismo. Desde Culemanía hemos explicado estos días que dichas entradas de dinero en forma de hipotecas o venta de activos sociales son necesarias para equilibrar el límite salarial y poder fichar. Hoy, nos adentraremos en las consecuencias que tendría para el club no firmar ninguna de estas palancas, un escenario que desde la junta directiva no se contempla. La más genérica de estas conclusiones es que el club aumentaría el agujero negro con un patrimonio neto en torno a los -600 millones de euros.
Actualmente el patrimonio neto del club es de -451 millones. Una cifra que resulta de sumar las pérdidas acumuladas de los ejercicios pandémicos 2019-20 y 2020-21, que se cerraron con -97 millones (o -101 millones, según otras versiones) y -481 millones, respectivamente. Si bien el primer año de pandemia hubo pérdidas, el Barça tenía fondos positivos acumulados que evitaron cerrar el mandato de Bartomeu en negativo (+35 millones o +30 millones, según unos u otros). El ejercicio siguiente, comenzado por Barto y finalizado bajo la presidencia de Laporta, fue el que terminó con ese patrimonio neto negativo por valor de 451 millones.
Las pérdidas del ejercicio actual
A ello hay que añadir las pérdidas que se vuelven a estimar para el ejercicio actual: entre 120 y 150 millones. Esto es lo que explicaría un patrimonio neto de -600 millones de euros, aproximadamente. ¿Y de dónde salen las pérdidas del presente curso? De un presupuesto de ingresos que se infló con una estimación de 765 millones de ingresos que no se van a cumplir por un presupuesto de gastos más realista que ya se cifró por encima: 784 millones.
¿Y por qué el Barça no ha cumplido su presupuesto deeuros, ingresos? En primer lugar, porque estimó la venta del 49% de Barça Studios por 50 millones de cosa que todavía no se ha producido. En segundo lugar, porque la directiva prometió ingresar 25 millones extra de nuevos patrocinios, cosa que tampoco ha llegado (los ingresos por Spotify contabilizarán a partir de la próxima temporada). En tercer lugar, porque se presupuestó llegar a cuartos de final de la Champions, y el equipo no superó ni la fase de grupos: ello le costó otros 20,2 millones de euros. Y ya van 95 millones de desviación.
A eso hay que añadir lo que se haya dejado de ingresar por derechos televisivos de la Champions más una previsión de ingresos extraordinarios y traspasos de 81 millones que por el momento tampoco se cumplen. La venta de Coutinho por 20 millones es el único ingreso que se ha imputado en este sentido y se supone que, además de ventas de otros jugadores, también se espera añadir en este epígrafe los beneficios derivados de las provisiones judiciales que generaron pérdidas en el anterior.
Previsión de gasto salarial
Por este motivo, el club tiene que inyectar 600 millones a través de las palancas y, además, todo el dinero extra que pueda para aumentar nuevamente el límite salarial a las cifras reales de gasto. En la temporada que ya termina, se presupuestó este nivel de gasto salarial: 470 millones entre salarios deportivos y amortizaciones. Una cifra que a parte de incluir las salidas de Messi y Griezmann, contempló la rebaja salarial que efectuaron tres de los cuatro capitanes. Pronto sabremos si se ha cumplido la previsión o no.
Esto significa que si la temporada que viene reponemos el dinero que Piqué, Busquets y Jordi Alba dejaron de cobrar el año pasado, la masa salarial volverá a rondar los 530 millones de euros. Por lo tanto, el Barça necesitará más palancas para poder construir una plantilla tan competitiva como exige el entrenador, Xavi Hernández. Y la única forma de hacerlo es mediante elevadas hipotecas que pueden suponer 100 millones de euros anuales durante largos años. Esta es la gran decisión que debe tomar ahora Laporta. ¿Será pan para hoy y hambre para mañana?