Los salarios de Gayà y Carlos Soler facilitan su fichaje por el Barça

Mateu Alemany quiere pescar en el Valencia CF para reforzar la plantilla del FC Barcelona. El director de fútbol del Barça, probablemente el mejor fichaje del presidente Joan Laporta desde que regresó al club, está llevando a cabo una intensa labor para mejorar el grupo azulgrana en base a tres condicionantes: jugadores en último año de contrato, jugadores que acaban contrato en 2023 y jugadores de calidad que no tienen un salario inflado. 

El ex director general del Valencia, bien conocedor de la situación en Mestalla, se plantea acudir a su anterior club consciente de que puede matar dos pájaros de un tiro. Los murciélagos necesitan vender y el Barça necesita fichar a futbolistas con presente, con futuro y con salarios asumibles. Esta es, precisamente, la situación que engloba a José Luis Gayà y Carlos Soler. 

Carlos Soler y José Luis Gayà, celebrando un gol en Mestalla / EFE

Carlos Soler y José Luis Gayà, celebrando un gol en Mestalla / EFE

Los dos emblemáticos futbolistas del conjunto che tienen varias cosas en común, más allá de su condición de canteranos valencianistas e internacionales españoles. Y es que ambos terminan contrato con el Valencia en 2023 y cobran aproximadamente el mismo salario. Según ha podido confirmar Culemanía, ambos perciben solamente dos millones de euros netos por temporada. Es decir, suponen al club un coste total de casi cuatro millones de euros.

El Barça puede ofrecer seis millones a cada uno 

El Barça, aunque no esté para tirar cohetes, obviamente mejoraría estas condiciones, equivalentes a la reducción que se ha aplicado a Sergi Roberto, quien también cobrará cuatro millones brutos. Sin embargo, la mejora salarial de Gayà y Soler dependería del coste final que tengan sus respectivos fichajes. Aunque, como mínimo, estaríamos hablando de unos seis millones brutos por barba. En la capital valenciana se habla de venderlos juntos, como si se tratase de un pack, aspecto que podría ayudar a su mejor integración en el club. 

Tanto el capitán Gayà como Carlitos Soler tan solo tienen un año de contrato por delante, lo que significa que podrían marchar del club con la carta de libertad el próximo verano. Una situación que en Valencia no se quieren ni plantear. El presidente del club, Anil Murthy, que según algunas fuentes se reunió recientemente con Joan Laporta, prefiere venderlos este verano y obtener algunos ingresos antes que permitir que se marchen gratis el próximo verano. 

Mateu Alemany, junto a Anil Murthy (presidente del Valencia), en su etapa en el club blanquinegro / EFE

Mateu Alemany, junto a Anil Murthy (presidente del Valencia), en su etapa en el club blanquinegro / EFE

En el Barça no ven con malos ojos la operación, por mucho que estén sonando un montón de nombres más. Mateu Alemany se muestra partidario de su fichaje porque los conoce y sabe lo que pueden dar. Xavi también es favorable, porque le interesa españolizar el equipo, como ocurrió en su etapa a las órdenes de Pep Guardiola, en que el ambiente era espectacular gracias a un núcleo de internacionales españoles. Aunque hay otras alternativas para esas posiciones: Marcos Alonso como lateral izquierdo y la permanencia de De Jong más el propio fichaje de Kessié para la posición de interior que ocuparía Carlos Soler. Para el mediocentro, el Barça piensa más en Zubimendi, Marc Roca o Tchouameni. 

Economía de guerra 

Si bien la situación económica del Barça es muy delicada, la junta directiva trabaja actuvamente en cinco palancas económicas para sanear el club. La entidad de Mestalla, en cambio, presenta unas pérdidas de 70 millones de euros y tiene que vender futbolistas por al menos 36 millones antes del próximo 30 de junio. El plan del Valencia pasaba por traspasar antes de esa fecha a Gonçalo Guedes, si bien, no tiene a día de hoy ninguna oferta encima de la mesa, ni tampoco el futbolista portugués tiene prisa por elegir destino. Aunque corren voces de que también el extremo ha sido ofrecido al Barça, el club catalán ve mejor encaje en Gayà y Soler, dos futbolistas consagrados y de la casa que el club no quería vender, pero que, a tenor de las circuntancias, parece condenado a ello.