Siempre han estado ahí. Unas veces a cara descubierta, otras desde las sombras. Los intermediarios y representantes han tejido los hilos de algunas de las operaciones más megalómanas del fútbol internacional, estableciendo conexiones --y en varios casos amistades-- con presidentes, jugadores y directivos concretos, aunque siempre moviéndose según sople el viento. Es una de las características de este tipo de empresarios orientados al mundo del deporte: que buscan tener las mejores relaciones con todos los altos mandos, pero sin casarse nunca con nadie.
Un claro ejemplo es Pini Zahavi. El intermediario israelí, que a la vez es el agente de Robert Lewandowski, lleva semanas en contacto directo con Joan Laporta --con quien mantiene un vínculo cercano-- para sacar al delantero polaco del Bayern Múnich y conseguir su aterrizaje en el Camp Nou. Algo nada fácil si tenemos en cuenta la postura del club bávaro, cuya cúpula ya ha dejado claro que no tiene intención de dejar salir, por ahora, a su gran estrella este próximo verano. Lewa tiene contrato vigente hasta junio de 2023, y el conjunto alemán podría forzarle a cumplirlo antes de irse gratis de aquí a un año.
Zahavi intentará que eso no ocurra, y que el ariete cumpla su deseo de vestir la camiseta azulgrana en apenas unos meses. Y es que ahora el Barça tiene al manager israelí de su parte, mientras que en otras ocasiones actuó en contra de los intereses de la entidad culé. Siempre a favor de sus representados, por supuesto, y de sus propios intereses en busca de comisiones millonarias.
El bulo de Beckham y el Barça
La historia amor-odio del Barça con Pini empezó en 2003, durante la campaña de Joan Laporta para acabar erigiéndose ganador de las elecciones a la presidencia del club. En aquel entonces, el israelí fue clave en la farsa de David Beckham con Laporta y Rosell como protagonistas. El representante, a quien le interesaba que el futbolista inglés abandonase el Manchester United ese verano, consiguió que los red devils accediesen a emitir un comunicado revelando que estaban dispuestos a negociar su traspaso.
A Laporta y Rosell les interesaba fomentar ese tipo de informaciones para ilusionar al socio culé y sumar votos, aunque todas las partes sabían que el fichaje de Beckham por el Barça sería imposible, porque el inglés ya tenía un acuerdo con Florentino Pérez. Se enredó al soci para favorecer la candidatura Laporta-Rosell y una vez pasadas las elecciones, a cambio del favor de Zahavi, la directiva azulgrana le fichó a uno de los jugadores que representaba: el guardameta Rustu, que únicamente disputó cuatro compromisos en su única temporada con la elástica culé.
La polémica fuga de Neymar
Pini Zahavi pasó entonces varios años sin tener incidencia directa en el entorno Barça, hasta que llegó el verano de 2017 y estalló el culebrón Neymar. El israelí fue clave en la salida del brasileño rumbo al Paris Saint-Germain. L'Équipe, de hecho, llegó a asegurar que el intermediario cobró 11 millones de euros por sus gestiones para facilitar la sonada fuga de Ney, por la que el FC Barcelona recibió el pago de 222 millones de cláusula de rescisión.
Negocios de Baviera a la Liga
Hace un año, justo después de llegar por segunda vez a la presidencia azulgrana, Joan Laporta volvió a contactar con Zahavi para intentar un fichaje imposible que ya tenía atado el Real Madrid: el de David Alaba. El agente israelí, según algunas fuentes, habría recibido una comisión de 15 millones de euros por la operación, que abonó Florentino Pérez por miedo a que el futbolista acabase decantándose a última hora por el Camp Nou en vez del Santiago Bernabéu. Pini Zahavi, en esa operación, jugó sus cartas ante el interés de los dos grandes rivales españoles, y el resultado fue, como casi siempre, favorable para sus intereses.
Ahora, después de haber perjudicado al FC Barcelona en ocasiones y haber beneficiado a personas concretas que a día de hoy tienen un papel relevante en el club, como el presidente Laporta, Zahavi trabaja para que Lewandowski vuele de Baviera rumbo a la capital catalana. No hay duda de que el israelí dispone del conocimiento necesario sobre el mercado futbolístico para hacer que las negociaciones lleguen a buen puerto. Si lo logrará o no, sin embargo, ya es otra historia... Y por ahora, tocará esperar.