Ya es oficial. Poco antes de que diera comienzo la rueda de prensa de la alcaldesa Ada Colau y el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado la concesión de la licencia de obras para la reforma y ampliación del Camp Nou. Ya con luz verde, el club prevé iniciar las obras durante el mes de junio de este mismo año 2022, una vez haya finalizado la temporada.
Está previsto que el Barça presente al Ayuntamiento, en cuestión de semanas, las modificaciones definitivas para encarar el proyecto inicial de la reforma del estadio. Unas innovaciones que supondrán mejoras en términos de sostenibilidad, innovación, tecnología y accesibilidad; cambios esenciales, en consecuencia, a la hora de reducir la huella ecológica del Camp Nou y sus infraestructuras anexas.
Una temporada en Montjuïc
La gestación de las obras y los trabajos de construcción del nuevo Camp Nou implicará que el FC Barcelona dispute los partidos de la temporada 2023-24 en el Estadi Lluís Companys de Monjuïc, algo que ya se había puesto encima de la mesa y que, definitivamente, se ha confirmado por fuentes oficiales. A partir de ahora, será necesario seguir trabajando en las condiciones del traslado y la corresponsabilidad del Barça con los gastos asociados.
Las variaciones de Laporta
Después de varios meses de negociaciones entre los técnicos del Ayuntamiento y del Barça, la alcaldesa Ada Colau ha validado la nueva licencia para las obras de transformación del Camp Nou, permitiendo así la puesta en marcha del ambicioso proyecto que lidera Nikken Sekkei y está cifrado en 1.500 millones de euros. La directiva de Laporta ha introducido algunos cambios respecto al proyecto inicial de Josep Maria Bartomeu. Una de esas variaciones es que la primera gradería del Camp Nou sufrirá cambios mínimos, aunque la tercera será totalmente derribada y se construirá una nueva grada simétrica.
El nuevo estadio dispondrá de una capacidad máxima para 105.000 espectadores, y se contempla la construcción de dos anillos de palcos entre la segunda y la tercera grada. El coste de las obras del estadio es de 900 millones de euros, y Goldman Sachs pide al FC Barcelona las máximas garantías de que pueda construirse en su totalidad, al generar cierto temor el encarecimiento de los materiales y, sobre todo, de los tipos de interés.
En el nuevo Palau Blaugrana se invertirán 420 millones de euros y se podrán realizar eventos culturales como conciertos o espectáculos. Habrá una partida de 100 millones de euros en costes de urbanización y otros 60 millones en inversiones metropolitanas, además de los 20 kilos que ha costado el Estadi Johan Cruyff. La financiación será a 35 años, con los cinco primeros años de carencia. El FC Barcelona ha dejado claro, por voz de Laporta, que la inversión se financiará con los ingresos adicionales que generen las nuevas instalaciones, de 200 millones brutos anuales. Una partida que engloba el hospitality, el museo, los patrocinios y otros elementos como la restauración del club.
Otras vías de financiación
Además del banco norteamericano, el Barça de Laporta sigue buscando otras vías. Y es que el club sigue sin tener resuelta la financiación de Goldman Sachs para un proyecto que casi ha duplicado su coste con Laporta en la presidencia. De los 815 millones de euros que pedía Bartomeu se ha pasado a los 1.500 millones actuales, una hipoteca que podría ser una condena si el Barça no trabaja como es debido sus fuentes de ingreso. El club, más que nunca, deberá guardarse las espaldas.