El futuro conlleva siempre una cierta planificación, pero como suele decirse en el ámbito televisivo, lo que importa es el directo. Las urgencias mandan, y las del Barça son muchas a día de hoy. Pese a que se ha mejorado ostensiblemente en el plano deportivo si comparamos cómo estaba el equipo en diciembre a la situación actual (a excepción de los últimos tropiezos), la realidad económica y financiera del club distan de ser las idóneas.
La entidad culé debe más de 2.100 millones de euros a Goldman Sachs en créditos para el Espai Barça y el pago de deudas a corto plazo. Y se ha cerrado un acuerdo con Spotify como patrocinador principal a partir de la próxima temporada, que desde la directiva de Joan Laporta se ha vendido como el más beneficioso posible en estos momentos. Un pacto en el que no se han desvelado cifras debido a la opacidad de la empresa sueca, y que obliga a los socios y aficionados a creerse las promesas celestiales sin que estén refrendadas por hechos comprobables.
De las predicciones al 'aquí y ahora'
El Barça necesita dinero, eso sí es un hecho. Y además de Spotify, de la venta de activos como las cuatro patas de Barça Studios y el traspaso de algún que otro futbolista importante, es vital buscar otras vías de ingreso que puedan salvaguardar las cuentas a corto plazo. Ahí es donde se enmarca un posible acuerdo con CVC Partners por LaLiga Impulso, el proyecto firmado con el fondo de inversión por el cual el fútbol español (37 clubes de 42) ha vendido (vía préstamo) el 8% de sus ingresos por derechos televisivos a 50 años vista. Ello, a cambio de un montante de 2.000 kilos divididos entre los clubes participantes.
Si el FC Barcelona accede, se llevaría unos 270 millones prácticamente en el acto. Un movimiento que sería paradójico, partiendo de la base de que el club tiene denunciado el acuerdo en los tribunales. Joan Laporta suele caer en contradicciones, a veces sin darse cuenta. Esta no es una de ellas, sino que tiene truco... y beneficiaría las arcas del Camp Nou gracias a la lentitud en los plazos de la justicia española.
Hecha la ley, hecha la trampa
En la denuncia que hizo del acuerdo meses atrás, junto a Real Madrid y Athletic, se solicitó al juez la adopción de medidas cautelares para que dejara en suspenso LaLiga Impulso hasta que no decidiera sobre el fondo del asunto. Según trascendió en su día, el magistrado denegó la solicitud. El auto, no obstante, señala que hay indicios suficientes para seguir adelante con el pleito y que, en cuestión de varios meses vista, la justicia española tumbe el acuerdo LaLiga-CVC. Con esta posibilidad en el aire, Laporta podría firmar con CVC y empezar a recibir dinero de inmediato, sabedor de que existen serias posibilidades de que el proyecto conjunto no fructifique.
El acuerdo tardío con CVC daría al Barça una vida extra, al más puro estilo de los videojuegos ochenteros. Y para cuando la justicia tumbase definitivamente el pacto, ya habría llegado el oxígeno suficiente para equilibrar financieramente las cuentas del club y, quizá, haber firmado algún fichaje de gran calado económico cuyo salario no tendría importancia en el cumplimiento de los límites salariales del Fair-Play. A medio o largo plazo, los clubes se verían obligados a devolver el dinero prestado por el fondo, pero ya sabemos que los ritmos de la justicia española son los que son y, cuando eso sucediera, el contexto económico del club azulgrana ya estaría equilibrado.
Hoy por hoy, el principal obstáculo para que la estrategia de Laporta se ponga en marcha es que CVC no parece dispuesto a incorporar al Barça en el acuerdo si solicita condiciones diferentes al resto. Javier de Jaime, la cara visible del fondo en España, ya ha sido cuestionado por la cúpula del inversor por la operación. Incluir al FC Barcelona en el pacto comportaría el riesgo de que el resto de clubes se rebelen. Todo está en el aire, por tanto, y será necesario seguir adelante en la mesa de negociación. Para que haya luz verde, una de las dos partes deberá ceder. Incluso ambas.