El Espai Barça sigue siendo toda una incógnita para el FC Barcelona. Los socios aprobaron en diciembre un plan de financiación de 1.500 millones de euros con Goldman Sachs, pero todavía se desconoce cuando empezarán las obras y, por supuesto, cuando acabarán. Tampoco se han dado detalles de cómo se devolverá ese dinero, ni de cuánto pagará el club en concepto de intereses, ni de las exigencias que impone la multinacional estadounidense. Culemanía avanzó recientemente alguno de esos mecanismos de control y en esta nueva entrega podemos afirmar que, además de estabilidad institucional y recortes salariales, Goldman ha exigido tener un exhaustivo control interno sobre la gestión financiera del Barça. La realidad es que está todo en el aire y el tiempo sigue pasando.
El Madrid marca el camino
El eterno rival del FC Barcelona, el Real Madrid, tenía previsto estrenar el nuevo Bernabéu en noviembre. La guerra de Rusia ha elevado los costes del material y ello podría suponer algún retraso, pero la nueva máquina de generar dinero para el club blanco está a punto de ponerse en funcionamiento. Ello supondrá un paso atrás para el Barça, que tras varios años por encima, volverá a facturar menos dinero que el Madrid, firme aspirante a convertirse en el primer club del mundo en alcanzar los 1.000 millones de ingresos. Un sueño que tenía Josep Maria Bartomeu y que no pudo cumplir debido a la irrupción de la pandemia.
El Real Madrid, cuya reforma del estadio ha sido financiada por JP Morgan y Merrill Lynch, se ha asociado con otra compañía que se encargará de la explotación comercial del estadio. Se trata de la firma Legends, que se ha comprometido a generar 400 millones anuales únicamente a través del Bernabéu, lo que supone multiplicar prácticamente por tres la factuación actual del estadio blanco. Fuentes consultadas por Culemanía aseguran a este medio que "José Ángel Sánchez ha perdido poder en el Real Madrid a raíz de este acuerdo porque ya no controla la dirección comercial del club". Un aspecto que, precisamente, se quería evitar en el Barça. Parece que no será posible.
Visitas mensuales para controlar
Desde el club aseguran a Culemanía que "Goldman Sachs no ha colocado a ninguna persona en el Barça para controlar la gestión y desarrollar la explotación comercial de la entidad", pero sí que es cierto que "se trabaja conjuntamente y sus expertos financieros vienen cada mes para revisarlo todo". En el club entienden esta situación porque "Goldman Sachs comparte el riesgo y quiere seguir de cerca el proyecto".
Por tanto, en la entidad descartan que el gigante americano coloque a un trabajador suyo en el Barça, pero aceptan que vengan cada mes a comprobar cómo avanza la gestión de los permisos con el Ayuntamiento y la administración del día a día de un club que debe 1.350 millones de euros. Mientras Mateu Alemany trabaja a destajo para conseguir nuevos fichajes low-cost y reducir la masa salarial, el presidente Laporta y sus ejecutivos de confianza apuntalan la generación de nuevos ingresos.
Nuevas vías de ingresos
La llegada de Spotify como principal sponsor del club para estampar su logo en la camiseta del primer equipo y en el nombre del Camp Nou es una buena solución para la próxima temporada. Pero las palancas más urgentes son el acuerdo con CVC para inyectar 270 millones de euros y la venta por separado de los dos principales activos de lo que la junta de Bartomeu bautizó como Barça Corporate: BLM (Barça Licensing & Merchandising) por un lado y Barça Studios por el otro.
Además, el club sondea la venta de algún jugador importante que pueda generar una buena inyección de dinero en forma de beneficios. Laporta tiene clara la necesidad de reducir el patrimonio neto negativo que tiene ahora el club, de -450 millones de euros, y para Goldman Sachs también es una cuestión capital. La venta de un canterano o de un futbolista amortizado y con buen cartel internacional podría ser una de las vías para cubrir las exigencias de la multinacional norteamericana, que también impone al club un nuevo recorte salarial del 20% a falta de nuevas entradas de ingresos.