A problemas extraordinarios, medidas extraordinarias. Es lo que debe pensar Joan Laporta para solucionar la todavía difícil situación económica que atraviesa el FC Barcelona como consecuencia de tres factores decisivos: el negativo legado que le dejó la junta de Bartomeu debido al abuso salarial que se permitió a las estrellas del momento --algunas de las cuales siguen en el club--, el efecto del coronavirus en la generación de ingresos con una caída de 300 millones de euros y la inflación de las pérdidas que autorizó el actual presidente por un total de 481 millones de euros, de los cuales 250 millones se justifican por el deterioro de futbolistas que nunca antes se había aplicado y por la imputación de provisiones judiciales que finalmente no se han ejecutado. Todo esto ha originado una deuda de 1.350 millones de euros y un límite salarial de la Liga en negativo: -144 millones. Motivos más que sobrados para que la nueva junta directiva siga buscando soluciones de urgencia.
La última consiste en una asociación llamativa con Javier Botín, hijo del famoso Emilio Botín que presidió el Banco Santander. El FC Barcelona ha sellado recientemente una alianza estratégica con JB Capital, la financiera de Botín, para buscar oxígeno en forma de ingresos y anticipos financieros para tapar la desviación de 100 millones de euros en el presupuesto de ingresos. Según avanzó El Confidencial y ha podido confrontar Culemanía, el club trabaja con la citada compañía para cerrar dos acuerdos decisivos: la entrada en LaLigaImpulso de la mano de CVC y la búsqueda de un socio capitalista para desarrollar el negocio de Barça Studios.
Ahora que ha perdido a su mayor exponente en temas de finanzas y economía, el dimisionario director general Ferran Reverter, y en ausencia de un nuevo director financiero que refuerce esa parcela, Laporta ha decidido asumir el nuevo rol de "presidente ejecutivo" para tomar partido de todas estas cuestiones. Y, como principal ayudante a su lado, cuenta con la colaboración del tesorero del club, Ferran Olivé, y el apoyo de otros directivos con conocimientos en la materia como Juli Guiu y Eduard Romeu. Un equipo de directivos, en principio no remunerados, que asumen las tareas que anteriormente correspondían a ejecutivos de primer orden y salarios muy elevados.
Dirección familiar: menos empleados
Laporta, como él mismo ha confesado, apuesta por una gestión más familiar del Barça, lo que está originando una importante fuga de talento que, a su vez, puede repercutir positivamente en las cuentas de la entidad con un ahorro salarial. Se trata de un sistema de dirección opuesto al de Bartomeu que desde la directiva actual defienden con argumentos: "Laporta dejó el club en 2010 con 350 empleados y cuando ha vuelto, 11 años después, se ha encontrado con 1.000 trabajadores. Se fue con una masa salarial del 56% del presupuesto y, al volver, se ha encontrado con una masa salarial del 120% y con unos contratos un 40% más elevados que los principales competidores en Europa". Por todo ello, el presidente trabaja a marchas forzadas para tapar una hemorragia que lleva demasiado tiempo abierta.
JB Capital, que también intervino en la consecución del aval que dio acceso a Laporta a la presidencia aunque finalmente el Banco Sabadell declinó su propuesta y se decantó por la opción ofrecida por José Elías y Jaume Roures, viene a ser la solución de emergencia para suplir la ausencia de un CEO, un director financiero o un jefe comercial, figura que también ha desaparecido recientemente con la reubicación de Álex Barbany. El antiguo director de nuevos ingresos ha fracasado en la misión que le fue encomendada y ahora pasa a formar parte del área del Espai Barça, un sector donde tiene más experiencia debido a sus conocimientos del sector inmobiliario.
CVC y Barça Studios
La empresa de Botín ayuda a supervisar detalles financieros de la operación con CVC, donde el Barça pretende que el dinero entre como una inyección de capital y no como nueva deuda. El fondo de capital riesgo insuflaría 270 millones de euros que no solamente cuadrarían las cuentas, sino que ayudarían a reducir el patrimonio neto negativo que tiene el club en estos momentos (-450 millones). El principal problema son los límites que establece el acuerdo: solo el 15% es para ampliar el límite salarial, otro 15% para reducir la deuda neta y el 70% restante es para para infraestructura, desarrollo internacional, de marca y producto, incorporación de talento, estrategia de comunicación, innovación y tecnología, plan de desarrollo de contenidos en plataformas digitales y redes sociales.
En cuanto a Barça Studios, Laporta informó en una reunión de periodistas que espera obtener 350 millones de euros. Una cifra que se antoja desorbitada, según comentan los expertos del sector, cuya valoración del negocio ronda los 100 millones de euros. Lo normal sería que la venta del 49% costase la mitad del valor, unos 50 millones y, como máximo, estiman que se podría valorar en 200 millones para generar una inyección de 100, en números redondos. JB Capital Partners trabaja junto al club con esa misión de encontrar un socio dispuesto a apostar fuerte por el negocio.