Antoine Griezmann ha rehecho su vida lejos de Barcelona. En Madrid, la ciudad donde más a gusto se ha sentido, el Principito es feliz y muestra su mejor sonrisa. Se siente importante en el Atlético a las órdenes del Cholo Simeone, que siempre apostó por él. Pero a día de hoy no puede descartarse que le toque acabar volviendo a la capital catalana. O lo que es lo mismo, no puede asegurarse que el Barça vaya a cobrar los 40 millones de euros de la opción de compra que se firmó con el Atlético de Madrid por Griezmann.
La operación, según ha podido confirmar Culemanía, consiste en una cesión por dos temporadas con una opción de compra condicionada a que juegue el 50% de los partidos. Si, una vez terminadas esas dos temporadas, no ha jugado el 50% de los partidos (al menos, 45 minutos por partido), Griezmann volvería al Barça, que se quedaría sin cobrar 40 millones que ahora mismo se antojan muy importantes para revitalizar la economía del club. En caso de darse este desenlace fatal, el único consuelo que tendría el Barça es haberse liberado durante dos años del salario del crack francés, cifrado en 21 millones de euros brutos.
Griezmann, que llegó a tener un sueldo todavía superior en su último año como colchonero --alcanzó los 25 millones--, asumió una ligera rebaja para recalar en el Camp Nou. Fuentes de la negociación explican que "el Atlético le había subido el salario solamente por un año; en cambio el Barça le hizo un contrato de cinco años". Y este verano, para volver al club rojiblanco, se ha vuelto a bajar un poco el sueldo, que lo asume por completo el Atleti. El caso es que, si por lo que sea no le van bien las cosas allí, volvería a la capital catalana en 2023 con el mismo sueldo que tenía: los 21 millones.
Sueldo, costes y pocos partidos jugados
Hay que recordar que el Principito costó los 120 millones de euros en que estaba cifrada su cláusula de rescisión, que se pagaron por el Barça a través de dos préstamos. Uno de 35 millones de euros a devolver en seis meses y otro de 85 millones que fue anticipado por el fondo Capital 23, que permitía avanzar ese dinero al contado y el club lo podía ir devolviendo en cinco años con un interés del 4%. Esto quiere decir que todavía queda dinero de su fichaje pendiente de amortizar, por ello al Barça le conviene ingresar los 40 millones de la opción de compra. Pero no será tan fácil.
Aunque ahora Griezmann está en una buena dinámica de minutos y protagonismo, lo cierto es que esta temporada se ha perdido muchos partidos por lesiones. Mientras en el Camp Nou no se lesionaba prácticamente nunca, en su regreso al Metropolitano ya ha causado baja en 15 encuentros por estar en la enfermería. En total lleva disputados 28 partidos este curso, pero solamente ha jugado 45 minutos o más a lo largo de 22 duelos. Mientras que el equipo lleva jugados 40 partidos ya. Es decir, supera el 50% por muy poco. En caso de que estos porcentajes se mantengan y la temporada que viene, por el motivo que sea, juegue todavía un poco menos, el Atlético no estaría obligado a comprarlo.
Gil Marín, el escollo que amenaza al Barça
Griezmann, que últimamente ha forjado una muy buena relación con el jugador que fichó Miguel Ángel Gil Marín para ser su sucesor, Joao Félix, mantiene al Cholo Simeone como su gran aliado. Fue el técnico argentino quien más insistió en verano para recuperarlo, mientras que el propietario del club, dolido por su salida, no quería su regreso. Gil Marín fue quien se empeñó en el fichaje de Joao Félix y evitó su salida este verano al Barça cuando el Cholo la daba por buena. El tiempo le está dando la razón al hijo de Jesús Gil, ya que Joao está marcando más diferencias que nadie.
Por suerte para el Barça, Joao está triunfando con Griezmann a su lado, y la fortuna es que se llevan muy bien. El gran damnificado de esta situación está siendo otro exblaugrana, Luis Suárez, que ha pasado a la suplencia casi permanente con Simeone. El gran problema puede venir si Gil Marín se cruza y exige al Cholo que Antoine deje de tener minutos el año que viene. Un jugador relegado a la suplencia que aporte su fútbol desde el banquillo, reforzando al equipo en segundas partes. Si eso ocurriese la próxima temporada, a tenor del bajo porcentaje de participación que está teniendo este curso, lo normal sería que el crack francés regresase al Camp Nou y el Barça se quedase sin los 40 millones.