El mundo está viviendo un capítulo trascendental en su historia. La escalada bélica por parte de Rusia en territorio ucraniano ha desatado una enorme tensión, a tal punto de provocar una avasallante respuesta de distintos sectores, entre los que se encuentra el fútbol. Diferentes clubes y federaciones han mostrado su apoyo a Ucrania, pero el punto más contundente han sido las recientes sanciones de UEFA y FIFA para vetar al país ruso de sus respectivas competiciones, especialmente en la Copa del Mundo y la Europa League.
Una de las figuras que también ha estado en el foco de la mirada pública es Roman Abramovich, el reconocido dueño del Chelsea FC. El empresario tuvo que hacerse a un lado del reconocido equipo londinense para evitar cualquier tipo de sanción por parte de Reino Unido. Su estrategia fue dejar toda la responsabilidad a la fundación del club, pero en la práctica sigue teniendo una relación directa con la entidad. A pesar de esto, sigue peligrando parte de su fortuna, por lo que el conflicto entre Rusia y Ucrania representa un asunto de mucha importancia.
Por esa razón, surgió la oportunidad de ser uno de los mediadores en la reciente reunión entre las dos naciones para solventar de manera pacífica la crítica situación. Dicha información fue compartida por The Financial Times, quienes tuvieron la oportunidad de conversar con un portavoz directo de Abramovich. “Está intentando ayudar”, declaró la mencionada fuente. Posteriormente David Arakhamia, líder del partido del presidente ucranio Volodymyr Zelensky en el parlamento, confirmó que el multimillonario había sido invitado para formar parte de las conversaciones; no obstante, es importante resaltar que desde Rusia no han expresado nada en relación a esto, aunque es conocida su antigua relación con Vladimir Putin.
Los contactos entre Abramovich y Putin
Las riquezas de Abramovich datan desde la década de los 90, especialmente a partir de la disolución de la Unión Soviética. Por aquellos años, el empresario logró posicionarse como una de las personas más ricas de Rusia, lo que permitió que pudiera comprar una buena parte de la compañía petrolera Sibneft, junto a un contacto cercano de Borís Yeltsin, expresidente ruso durante esa época. A partir de allí estuvo cada vez más en contacto con la política, a tal punto que en 1999 consiguió empezar a ganarse la confianza de Putin.
Otro paso estratégico de Abramovich para ser considerado parte del círculo de confianza de Putin fue unirse a su partido político, Rusia Unido. Justo dos años después decidió empezar su carrera política como gobernador de Chukotka, cargo que ocuparía hasta 2008. Desde entonces decidió dar un paso al costado, pero igualmente siendo una figura clave en ciertas decisiones del actual presidente ruso, específicamente en la organización de la candidatura del país para albergar el Mundial del 2018.
Abramovich y Putin, viejos conocidos, en un fotomontaje / Culemanía
El deporte ruso, fuera de todo
Abramovich no es el único que está en una posición incómoda en cuanto a las sanciones de los diferentes organismos. Además de los casos anteriormente mencionados de la UEFA y FIFA, que han dejado a la selección rusa sin la posibilidad de pelear por un puesto a la próxima cita mundialista, también hay que mencionar a los equipos de baloncesto (CSKA, Zenit y Unics) que fueron expulsados fulminantemente de la Euroliga.