Después de la reunión mantenida en las últimas horas, el Comité Ejecutivo de la UEFA ha tomado la decisión de cambiar la sede de la final de la Champions League 2021-22, que inicialmente debía disputarse en San Petersburgo, para trasladarla al Stade de France de Saint-Denis, donde la selección de Francia suele jugar todos sus partidos como local.
Favorcito de la UEFA al PSG
Una decisión sustentada por el episodio bélico que está protagonizando Rusia en Ucrania, aunque también polémica por el hecho de mandar la final a la capital de Francia. Cabe recordar que el presidente del Paris Saint-Germain, Nasser Al-Khelaifi, mantiene muy buenas relaciones con los altos cargos de la UEFA al haberse desmarcado, desde hace meses, de la Superliga Europea que pretendían organizar Barça, Madrid y Juventus. A cambio de aquella negativa, parece que ahora los parisinos reciben una inyección de moral y de ilusión para llegar lo más lejos posible en esta Liga de Campeones.
Ceferin (UEFA) y Nasser Al-Khelaifi (PSG) en un PSG-Barça de Champions / PSG
El PSG no tiene ninguna orejona en sus vitrinas, y ahora tendrá el aliciente de conquistar la primera nada menos que en París. No será en el Parque de Los Príncipes (eso ya habría cantado demasiado), pero sí en un estadio que está a la vuelta de la esquina. Todo ello justo en el año en que Kylian Mbappé deberá decidir si sigue en París o hace las maletas rumbo al Real Madrid, lo que sin duda podría entenderse también como un argumento más para retenerlo, siempre y cuando los galos acaben campeones del torneo.
Con el gran equipo que tiene Pochettino a sus órdenes, ahora disponen de una oportunidad de oro. Les han servido en bandeja una dosis extra de motivación, una elección a dedo. Nasser Al-Khelaifi ya fue nombrado presidente de la ECA meses atrás, y en la palestra quedan también los tejemanejes que las dos partes han ido negociando progresivamente sobre el Mundial de Qatar 2022 y su organización.
Kylian Mbappé, durante un entrenamiento con el PSG / Redes
Un equipo que contrasta con el Fair-Play
Queda claro que los contactos entre la presidencia del PSG y la cúpula de la UEFA han sido constantes, contrastando directamente con las malas relaciones que existen en la actualidad entre los altos mandos de la organización europea y los presidentes Florentino Pérez, Joan Laporta y Andrea Agnelli. La cuestión es que la final de la Champions League 2021-22 se debía celebrar en el Gazprom Arena de San Petersburgo, y tras la invasión de Rusia a Ucrania se ha movido definitivamente París (Francia). El 28 de mayo, veremos si el PSG ha sido capaz de llegar a la final más esperada o si, por el contrario, ha sido protagonista de un ridículo más en su corta historia.
Con una plantilla que tiene a Messi, Neymar, Mbappé y todas las facilidades económicas y financieras de la UEFA, será más fácil para el equipo de Al-Khelaifi ir eliminando a sus contrincantes hasta llegar al duelo decisivo. El club francés cerró sus cuentas del pasado ejercicio con 204 millones de pérdidas, tal y como reconocen los números. Y sin embargo, fueron capaces de firmar milagrosamente a Messi con un salario estratosférico, como el que tienen también Ney y Donatello. Así, si ganan la orejona habrá sido en modo fácil.