San Valentín puede concebirse como la fiesta de los enamorados o, al contrario, el día en que se acentúan los desamores del resto. Cuando los que no están emparejados miran con recelo a quienes viven una bonita historia de amor, al menos de puertas hacia afuera. Ferran Reverter y Joan Laporta llegaron a tenerla durante un tiempo, pero algunas decisiones del presidente habrían generado distancia entre ambos. Y cuando se empieza a perder la confianza y los reproches van formando un poso, cada vez es más complicado volver a la pasión de los primeros meses.
Podría establecerse una cronología de la ruptura, aunque el resumen más escueto es que se veía venir. Las fuertes discrepancias entre el antiguo CEO y el presidente empezaron a darse desde el pasado verano, cuando se tomó la decisión de no aceptar el acuerdo de la Liga con CVC Partners y la lluvia de millones que podía caerle al Barça. Reverter era de los que opinaba que mejor pájaro en mano que ciento volando, y Laporta prefirió no aceptar el pacto y, en consecuencia, dejar marchar a Leo Messi. Una decisión que fue tomada en plena guerra fría con la Liga por las intentonas de Florentino, Agnelli y Laporta de potenciar una Superliga Europea que finalmente no surgió.
Reverter, de hecho, tampoco era demasiado favorable a la creación de la Superliga, y así se lo hizo saber al máximo responsable del club. Se habló de un intento del CEO por retomar las negociaciones con CVC, pero Laporta se opuso y el desenlace de ese capítulo tan sólo sirvió para generar distancia entre ambos.
Plaga de amiguismos
Cuando asumió el compromiso firme en diciembre de 2020, se comprometió en plena campaña electoral con la voluntad de participar en una gestión sana y consensuada, sin caer en desgobiernos ni decisiones unilaterales. Tampoco es partidario de los amiguismos, cosa que Laporta ha ido potenciando con el paso de los meses. Son varios los familiares del presidente que trabajan actualmente en el club, como su hermano Xavier, presente en las reuniones a las que el presidente no puede asistir para luego darle parte y, si hace falta, dar alguna orden.
Laporta nunca ha escondido que quiere rodearse de gente de su máxima confianza. Prefiere la lealtad de sus afines, una guardia pretoriana en la que resguardarse y que le haga sentir protegido. Reverter, en cambio, es de los que piensan que por encima de todo debe quedar la validez profesional. Y cuando los ideales chocan y priman las decisiones de una de las partes, a pesar de que haya consultas y recomendaciones de por medio, el desgaste de la parte minimizada hace que la relación se resquebraje.
Eduard Romeu en la asamblea de socios compromisarios / FCB
Spotify y Eduard Romeu, claves
Ferran López se enteró de su baja por la prensa, algo que sorprendió a Reverter. Y tampoco estuvo de acuerdo con la velocidad con la que se gestó el acuerdo con Spotify, al creer firmemente que existían opciones mejores. O que, en el caso de apostar sí o sí por la empresa sueca, nunca debería haberse hecho por tres años, y que se podría haber sacado más dinero sin colocar los patrocinios del masculino, el femenino, la franja de la camiseta de entrenamiento y los title rights en el mismo pack. Este, precisamente, habría sido el capítulo definitivo que hizo abrir los ojos a Reverter. Que hizo que crecieran sus ganas de tomarse "un año sabático", como dijo Laporta este domingo antes del derbi.
Esta serie de acontecimientos, unida al hecho de que Eduard Romeu haya perdido fuerza tras la retirada de los avales, ha provocado que una relación que parecía fructífera haya saltado finalmente por los aires. Esta temporada 2021-22 difícilmente se cumplirá el presupuesto previsto por la eliminación sufrida en la Champions y las cláusulas de penalización de sponsors. Reverter, en este sentido, ha preferido abandonar ahora el barco y apostar por unas merecidas vacaciones antes de embarcarse en otro proyecto.
Su gran voluntad era volver a Barcelona desde Alemania y establecer residencia aquí, estando más cerca de su familia. Ahora, después de que la aventura en el FC Barcelona no haya salido como esperaba, disfrutará de la compañía de sus más allegados mientras medita sobre su futuro. Seguirá trabajando como asesor externo, eso sí, hasta que Laporta encuentre a un sustituto. Mateu Alemany ya está descartado (lo hizo él mismo con sus declaraciones a Movistar Plus), pero el presidente ya maneja una lista de candidatos y, en cuestión de días, habrá fumata blanca. Esperemos que la nueva relación sea más duradera.