La seguridad del FC Barcelona está en el punto de mira. Los recortes de Joan Laporta han desatado un gran malestar entre los vigilantes que trabajan en el Camp Nou, a quienes han reducido su jornada laboral. Los últimos meses, además, han sido muy movidos en las oficinas del Barça, con los nombramientos de Ferran López, primero, y Lluís Venteo, después, como máximos responsables de la seguridad del club.
Laporta cambió muchos ejecutivos tras tomar posesión como presidente del Barça. Una de las áreas afectadas fue la de seguridad. Ferran López, que formaba parte de la policía patriótica de Carles Puigdemont, sustituyó a Xavier de las Moras, hombre de total confianza del expresidente Bartomeu.
Problemas con López
El presidente del Barça, sin embargo, se percató muy pronto de que López no había sido bien recibido en el club. El exnúmero 2 de los Mossos fue sentenciado después de los incidentes que se registraron a la finalización del Barça-Real Madrid de la Liga. Ronald Koeman, entonces técnico azulgrana, tuvo muchos problemas para abandonar el campo. Su coche fue retenido por algunos aficionados, que insultaron al héroe de Wembley y golpearon su vehículo.
Ferran López, curiosamente, no asistió a la reunión con los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana para analizar los incidentes del clásico. El ex jefe de seguridad del Barça delegó en Rafa Soldado, jefe de seguridad del primer equipo. Laporta y Reverter, según informó el diario Ara, también le recriminaron su inacción con Jordi Sin, miembro del departamento de seguridad con Bartomeu que ahora está de baja.
Ferran López, exjefe de seguridad del Barça / ARCHIVO
López chocó con Reverter
El talante de Ferran López chocó muy pronto con Ferran Reverter, director general del Barça y persona muy estricta y metódica. De puertas adentro, la figura del anterior responsable de seguridad del club era muy impopular desde el día que desactivó los descuentos para cenar en locales del Camp Nou que tenían los policías destinados al estadio.
Los ejecutivos del Barça también le recriminaron que fuera una persona "poco tecnológica". Cuentan en las oficinas del Barça que López raramente contestaba los mensajes de whatsapp y los correos electrónicos.
Venteo sustituye a López
El Barça, molesto con sus métodos, despidió el 30 de noviembre a Ferran López, que fue sustituido por Lluís Venteo, con quien coincidió unos días en el Camp Nou. En el club se destacan las buenas gestiones de Venteo para controlar los accesos de los miembros de la grada de animación y su lucha por erradicar a los hinchas radicales del estadio azulgrana.
Lluís Venteo, sustituto de Ferran López en el Barça / EFE
Los cambios de Laporta, sin embargo, no han calmado el malestar de muchos trabajadores del Camp Nou, que critican los recortes de la actual junta directiva. Antes los contratos eran por ocho horas. Ahora, por cuatro, en muchos casos. En conversación con AdnSindicalSeguridadCataluña, su portavoz denuncia: “La mayoría de los vigilantes de seguridad no son fijos y la situación es compleja cuando hay un partido entre semana por la noche. Esos días, muchos vigilantes ya han trabajado ocho horas en sus puestos de trabajo”.
Dos invasiones en una semana
Los vigilantes de seguridad están muy molestos. En las últimas semanas se han vistos desbordados en algunos momentos. Sobre todo, en el Johan Cruyff. Tras el clásico de filiales, algunos aficionados invadieron el campo. Y, el pasado domingo, un espontáneo saltó al césped del Camp Nou durante el último partido de Liga entre el Barça y el Atlético de Madrid. Fue detenido por un auxiliar de servicios, conocidos como Stewards, que no tienen formación.
El Barça, como informó Culemanía, trabaja actualmente con dos empresas de seguridad: Barna Porters y Sabico, que a su vez tiene algunos empleados subcontratados. Paralelamente, Barna Porters también aporta los Stewards que refuerzan los dispositivos de seguridad en el Camp Nou.
El dispositivo de seguridad
El dispositivo de seguridad del Barça-Atlético estuvo formado por 300 vigilantes y 500 auxiliares. También había unos 200 mossos. "En el Camp Nou hay dos equipos o dos círculos de seguridad", recalca una fuente del club. "Cada vez trabajamos en peores condiciones. Los recortes pasan factura", sentencia.