Joan Laporta se empeña en seguir los pasos de Florentino Pérez desde que llegó a la presidencia del FC Barcelona. Aquella pancarta frente al Santiago Bernabéu que le llevó en volandas a ganar las elecciones presidenciales es el único signo de hostilidad que el nuevo dirigente azulgrana ha dirigido hacia el eterno rival desde que regresó al foco mediático. Rivales acérrimos sobre el papel, los dos presidentes están más unidos que nunca en las batallas que comparten Barça y Real Madrid en el fútbol español, y en el internacional, con el objetivo económico como cuestión de fondo. ¿Que le habrá prometido Florentino a Laporta para obtener tan leal alianza?
Se desconoce la respuesta, por el momento, aunque hay quien especula que podría tener algo que ver con el fichaje de Erling Haaland. En Chamartín tienen claro que el Barça necesita tanto al Real Madrid, como el club blanco necesita al azulgrana. Hasta el punto de que reeditar una rivalidad antológica como fue el Messi-Cristiano Ronaldo encarnada en un Haaland-Mbappé podría ser muy beneficioso para ambas partes. No solo para catapultar nuevamente a la Liga sino, sobre todo, a los dos colosos españoles, cada vez más amenazados por el poder económico que representan las grandes fortunas árabes y rusas en clubes como PSG, Manchester City, Newcastle o Chelsea.
Admiración culé por Florentino
Más allá de lo que por el momento son meras especulaciones sobre fichajes, lo que es una certeza es que Laporta y su director general, Ferran Reverter, tenían dos alianzas posibles para entrar pisando fuerte en el negocio del fútbol tras la victoria electoral: la Liga y su poderoso acuerdo con CVC o el Real Madrid de Florentino Pérez y la famosa Superliga impulsada en su día por Bartomeu. Laporta ha escogido esta segunda vía a pesar de tener hombres fuertes en el equipo, como Mateu Alemany, que mantienen unas importantes sinergias con Javier Tebas desde hace años. En este sentido, han sido clave las figuras de Ferran Reverter y del vicepresidente económico del club, Eduard Romeu, que se les considera prácticamente admiradores confesos de Florentino.
Joan Laporta y Florentino Pérez, en la previa de la Supercopa de España en Riad / EFE
Solamente una especie de pacto de no agresión con el Madrid, cuya posición de superioridad económica sobre el Barça está en estos momentos fuera de toda duda, puede ayudar a entender que la entidad azulgrana no se haya adherido al acuerdo de la Liga con CVC. Un compromiso que no solamente permitía mantener a Leo Messi en el club, sino que sobre el papel supone unos beneficios muy evidentes para los clubes españoles. CVC inyectará a la Liga 1.994 millones de euros, de los que ya ha anticipado un total de 620 millones, a cambio de un retorno cifrado en el 8%. En cambio, el Madrid ha firmado un acuerdo con Legends para la explotación del Bernabéu que comporta una inversión de 1.500 millones de euros con un retorno del 20% en 25 años: en total, 2.000 millones de euros.
Reverter, el hombre de los números en el Barça y encargado de controlar las tentaciones económicas de Laporta --el presidente estuvo a punto de dar una comisión a De la Peña por traer gratis a Éric García y el CEO le tuvo que parar los pies--, es el principal postor de Florentino Pérez. Hasta el punto de que, según ha podido saber Culemanía, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de pactar también con la firma Legends para la explotación del nuevo Espai Barça. Si consiguen un anticipo de 400 millones inmediatos, como ha logrado el Real Madrid, y pueden devolver el dinero pacientemente durante 30 o 35 años, puede ser incluso una alternativa a Goldman Sachs.
¿Alternativa o compatible con Goldman Sachs?
Hay que recordar que la financiera que en su día se asoció con la junta directiva de Bartomeu ya abrió una línea de crédito al Barça de Laporta por valor de 595 millones de euros el pasado verano, cuando el club necesitaba refinanciar la deuda. Gran parte de lo que se debía a corto plazo pasó a ser deuda a largo plazo gracias a la aparición de Goldman Sachs, que iba a ayudar a la explotación del Espai Barça en un acuerdo de 1.500 millones de euros por 35 años: cinco de obras y 30 de ingresos adicionales y pago de intereses.
Ferran Reverter desglosa los ingresos adicionales del Espai Barça / REDES
El acuerdo original de la junta de Bartomeu, donde intervinieron Jordi Moix y Pancho Schroeder, consistía en un contrato a cinco años. Los primeros cinco estaban exentos de pago porque se destinarían a las obras. Los 25 años restantes obligaban a un pago anual de 50 millones de euros, que suponía una inversión final de 1.250 millones. Con la llegada de Laporta cambiaron algunas condiciones. Si bien el crédito solicitado por la junta de Bartomeu ascendía a 815 millones de euros, ahora el Barça solicita 1.500 millones a devolver en 30 años.
La junta no ha explicado con detalles cómo se hará la operación financiera, pero si se mantuviesen los 50 millones por 30 años resultarían como pago final los mismos 1.500 millones que la financiera ha prestado, con lo que no ganaría nada. Así que todo hace pensar que el Barça tendrá que devolver más dinero. Es por este motivo que, puestos a devolver una fortuna, quizá vale más la pena negociar un acuerdo como el de Legends con el Madrid, donde más allá de quien sufrague las obras se garantiza una inyección inicial de 400 millones que al Barça le irían de maravilla para poder afrontar la operación Haaland y oxigenar el cargado límite salarial que atosiga a la entidad. El problema pasa por determinar si una cosa sería compatible con la otra, ya que, a diferencia del Madrid, el Barça negociaba un todo en uno con Goldman Sachs: obras y explotación comercial.