La salida de Ferran Reverter del FC Barcelona esconde muchos claroscuros. Una guerra de tensiones silenciadas que se comenzaron a gestar a las pocas semanas de la victoria electoral del pasado 7 de marzo de 2021. Las pugnas de poder ya costaron en tan solo una semana la dimisión de Jaume Giró, el que iba a ser vicepresidente económico y que colocó al entonces CEO de Mediamarkt en el Barça, y con el paso de los meses han pasado factura a uno de los dos hombres fuertes de Laporta en el club. Son varios los episodios que explican este distanciamiento, pero, por encima de todo, hay una forma de hacer insalvable entre dos modelos incompatibles: el presidencialista, donde incluso las decisiones de más calado en el ámbito económico y empresarial son tomadas por el presidente; y un modelo de gestión basado en el reparto de responsabildades, donde los verdaderos profesionales de cada área tienen poder de decisión y se basan en la buena praxis de sistemas más rectos, como el alemán, donde no hay cabida a turbiedades, intereses particulares ni, mucho menos, corruptelas.
Ese modelo de rectitud germánica de Reverter llevó a la confrontación con el laissez faire de Laporta en más de una ocasión, lo que ha precipitado la primera dimisión de un director general del Barça en muchos años. Con Sandro Rosell y Bartomeu, por ejemplo, hubo tres CEOs diferentes en 10 años pero ninguno dimitió. Y menos, en tan breve lapso de tiempo. El actual presidente del club ya lleva cinco dimisiones sonadas en 11 meses y, según ha podido saber Culemanía, varias de ellas no se basan en meras discrepancias sino en acciones y hechos de escasa moral que han conducido a determinadas personas a la conclusión de que más vale una retirada a tiempo que una victoria salpicada por una gestión en ocasiones opaca que no son capaces de controlar.
Historia de una comisión frustrada
Uno de los ejemplos ilustrativos que ayuda a entender esta situación quedó en nada, pero estuvo a punto de suponer un 'escándalo' de dimensiones similares a los casos destapados por el forensic que se han puesto en manos de la Fiscalía. Ocurrió con el fichaje de Éric García, un jugador que llegaba procedente del Manchester City con la carta de libertad. Laporta fue muy estricto en enero del año pasado al oponerse a pagar un traspaso por un jugador que iba a llegar gratis en medio año. Lo sorprendente del caso fue que, una vez cerrado el acuerdo, Laporta comentó con Reverter que pagase una comisión a Iván de la Peña, agente del futbolista. De la Peña es buen amigo de Carles Puyol --se introdujeron juntos en el mundo de la representación de la mano del abogado Ramon Sostres--, otro de los activos del barcelonismo que Laporta quiere volver a meter en el Barça, y también del directivo Juli Guiu, clave en la negociación del acuerdo con Spotify que está a punto de hacerse oficial y que ha precipitado el adiós del CEO. Quizá por este motivo, el presidente quería tener un detalle con Lo Pelat, que fue imprescindible para asegurar la contratación de Éric por el Barça, renunciando a opciones posiblemente mejores en lo económico.
Reverter se negó en rotundo y, en aquella ocasión, pudo imponer su punto de vista, cimentado en ese modelo de rectitud antes comentado, sobre esa petición casi juguetona de Laporta que podría haber rondado entre dos y cinco millones de euros. No eran momentos para derrochar, y menos a pocos meses de presentar una Due Diligence donde se iba a poner el foco en la mala praxis de Bartomeu. Pero lo que para Reverter era inconcecible, parecía lo más normal para un Laporta muy acostumbrado a lidiar con las comisiones en su anterior mandato al frente del club. El asunto quedó en nada, pero es significativo por varios motivos. No solamente por el hecho de que De la Peña sea también el agente de Gavi, sino por todo lo que se puede encontrar el Barça en los próximos meses ahora que la directiva ya está liberada de los avales y el presidente se puede hacer fuerte con su guardia pretoriana, sin ataduras. Hay que tener confianza en que Laporta abogará por la transparencia y lo contará todo, como explicó en una respuesta a Culemanía en la rueda de prensa del forensic.
Otros aspectos que incomodaban a Reverter son, por ejemplo, el caro fichaje de Ferran Torres. Un capricho que Laporta regaló a Xavi Hernández pero que llega a un precio incoherente teniendo en cuenta la situación del club. El club tenía argumentos para hacer el esfuerzo en base al crédito de Goldman Sachs y otras posibles operaciones económicas que estaban detenidas, como CVC y la reciente llegada de Spotify. Sin embargo, seguramente no se hubiese hecho en verano, donde el peso de los avales de Jaume Roures y José Elías condicionaban la gestión del presidente. Ahora, el escenario ha cambiado y Laporta puede buscar un CEO más laxo, a su medida.
Familia, amigos y el escándalo israelí
Un director general que no ponga reparos a las constantes contrataciones de familiares y amigos. Laporta ya ha metido en el club a su hermana, Maite Laporta, y a su prima, Marta Segú. También cuenta con el apoyo de su hermano Xavier Laporta como consejero en la sombra que tiene más voz y voto que muchos de los directivos y ejecutivos. Otros asesores de presidencia que sí que son oficiales son Jordi Finestres y Enric Masip, vinculados a Laporta durante muchos años y con salarios superiores a los 100.000 euros. El nuevo director comercial de fútbol desde enero de 2022, Holger Bittner, era un empleado de confianza de Rafa Yuste, vicepresidente deportivo del club. Manana Giorgadze ha pasado de ser la secretaria de su despacho a ser la jefa del gabinete de presidencia, mientras que su hija, Paloma Mikadze, es la jefa de estrategia digital cuando su mayor aval es haber dirigido las redes sociales de Rosa Clarà. Otro individuo vinculado a los georgianos Mikadze es Benny Megrelishvili, yerno de Manana y posiblemente una de las claves de la conexión de Laporta con Israel, adjunto a presidencia. También Bryan Bachner, exsocio de Laporta en el Reus y ahora al frente de la oficina de Hong Kong del Barça o su amigo Jordi Portabella, político con el que compartió aventura en el Ayuntamiento de Barcelona, que gobierna la nueva área de sostenibilidad del Barça.
Moshe Hogeg posa con Leo Messi en una campaña para Sirin Labs, una empresa de la que fue consejero Laporta antes de volver al Barça / SIRIN LABS
Precisamente los negocios turbios con empresas israelís fueron el primer motivo que casi desemboca en la dimisión de Reverter en noviembre del año pasado. Ocurrió cuando se hizo oficial la contratación de los servicios de la compañía Ownix para gestionar la entrada del Barça en el mundo de los Non Fungible Tokens, quedando descartada la empresa puntera del sector que generaba 230 millones de euros al año con la NBA, Dapper Labs, actual partner también de la Liga. Una decisión tutelada por Paloma Mikadze y que parecía responder a intereses personales de Laporta. No supuso la dimisión de Reverter pero sí concluyó en la salida de un especialista en tecnología como Enric Llopart, exdirector del área digital del club, que decidió cambiar de empleo alegando motivos personales. El acuerdo con Ownix duró dos semanas ya que su dueño, Moshe Hogeg, fue detenido por supuestos delitos de estafa con criptomonedas y acoso sexual. Hogeg es amigo personal de Laporta y participaron juntos en una sociedad, Sirin Labs, con la que llegó a colaborar Leo Messi.
¿Quién es el responsable del adiós de Messi?
Otras cuestiones polémicas que han enfrentado a Laporta y Reverter son casos más sonados como la marcha de Leo Messi, la venta del Barça Corporate, el acuerdo de la Liga con CVC o el impulso de la Superliga. El aparato mediático de Laporta ya se ha encargado de filtrar que Reverter fue el gran responsable del adiós de Messi, en confabulación con los avalistas José Elías y Eduard Romeu. Del mismo modo, señalan aspectos que pueden menguar la excelente reputación de Reverter como que exigió a Laporta la subida de la cuota de los socios o que apostaba por la transformación del Barça en una Sociedad Anónima Deportiva.
Como dato curioso, cabe recordar que Reverter deslumbró a los medios con una brillante exposición de la Due Diligence donde se daban algunas incongruencias económicas pero se expuso todo de manera impecable. El propio Laporta se rindió a sus pies en público. Por este motivo, fue muy llamativa su ausencia en la presentación del forensic, cuando todo el mundo esperaba que fuese Reverter el conductor del acto. En su lugar, aparecieron Laporta y el vicepresidente económico Eduard Romeu, mientras Reverter negociaba acuerdos de sponsoring en Miami. Viendo el desarrollo de los acontecimientos ya no sorprende tanto una ausencia que en aquel momento fue sonada.
Mateu Alemany, ¿heredero temporal?
La conclusión es que los grandes talentos se van marchando del Barça y Reverter era el As de oros de una baraja donde el único que le hacía sombra es Mateu Alemany, el hombre de moda en el club y candidato a ocupar el cargo de director general de manera interina. Pero el ejecutivo mallorquín, al que algunas fuentes definen como un hombre de Tebas, también ha tenido fuertes discrepancias con Laporta en este periodo. Y alguna que otra con el núcleo duro de Xavi Hernández, que le privó de una persona de su máxima confianza, el secretario técnico Ramon Planes. Alemany es el gran valor que le queda a Laporta en un Barça donde los que más resisten son los miembros de su guardia pretoriana, los fieles, pero debe vigilar no salir salpicado de un forensic muy duro contra Bartomeu pero que también señala al propio Mateu: en el intercambio Cillessen-Neto, el entonces director general del Valencia estaba al otro lado de la negociación.