Joan Laporta, Mateu Alemany, Jordi Cruyff y la parcela deportiva del FC Barcelona han hecho los deberes en este mercado de invierno, o al menos gran parte de ellos. Han desaparecido algunos de los salarios más altos de la plantilla con la salida de Coutinho y la rebaja salarial de Umtiti, sin contar otras menos relevantes como las de Demir y Collado. No se ha conseguido renovar ni tampoco abrir las puertas a Dembelé, pero en cambio han llegado cuatro refuerzos que darán un gran salto de calidad a la plantilla, como son Dani Alves, Ferran Torres, Aubameyang y Adama Traoré.
Pese al trabajo bien hecho, la actualidad no para y ahora Mateu Alemany y la dirección de fútbol del club tienen otros deberes importantes por delante: las renovaciones. Y principalmente la de una joven promesa que promete convertirse en poco tiempo en uno de los grandes estandartes del equipo, tanto en presente como en futuro: Gavi.
Cuestión de prioridades
El Barça todavía no ha podido renovarle porque ello habría dejado al club sin el límite salarial de dos millones de euros del que disponía para la plantilla. En consecuencia, si se hubiese invertido ese dinero en la renovación de Gavi, no se habrían podido realizar los cuatro fichajes que han llegado en las últimas semanas. Ahora, a medida que avancen las negociaciones entre la entidad culé y el entorno del futbolista, se deberá vigilar las cuentas y los salarios para que no vuelva a desaparecer por completo el espacio salarial requerido, en cumplimiento con el Fair-Play financiero.
Gavi, igual que otro de sus compañeros en una situación parecida, Ronald Araujo, tiene el ferviente deseo de renovar su contrato y seguir muchos años más en el FC Barcelona. Cerrar el acuerdo no debería ser una tarea complicada, pero habrá que abordar el asunto cuanto antes para que no hayan sorpresas inesperadas.
La celebración de Gavi al anotar su primer gol con el primer equipo del Barça / FCB
Una cláusula peligrosa
Y es que el contrato de Gavi expira en 2023 y tiene una cláusula de rescisión de únicamente 50 millones de euros, nada que ver con la cláusula de 200 millones de Ronald Araujo. La suya es mucho más asequible para los grandes clubes de Europa, y de ahí que las alarmas se hayan encendido en las oficinas culés. Los primeros contactos entre ambas partes dejan entrever que el acuerdo está bien encaminado, pero no se podrán lanzar las campanas al vuelo hasta que no sea oficial.
Este jueves, durante la rueda de prensa de presentación de Aubameyang, Jordi Cruyff fue preguntado directamente por la situación contractual de Gavi y Araujo, ambos con el contrato pendiente de renovar al finalizar vinculación en junio de 2023. Tienen ofertas y generan interés en otros grandes clubes, como es lógico. En el Barça, de momento, mantienen una calma tensa.
"Se está trabajando, primero estábamos centrados en el mercado de invierno, y ahora que se ha cerrado nuestra siguiente obsesión son las renovaciones y el mercado de junio, donde se lleva tiempo trabajando. Tenemos que ir a finalizar cosas", indicó el directivo azulgrana, dejando claras las intenciones culés y en la misma línea que Joan Laporta. La renovación de Gavi no tiene por qué ser un problema, igual que la de Ronald Araujo. Casos como el de Ousmane Dembelé no se repiten todos los días... Sobre todo si el compromiso de los jugadores con el club de origen es absoluto.