Mateu Alemany no convierte el agua en vino, pero hace otro tipo de milagros. Así lo recuerda constantemente el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, y así lo podría conceder cualquiera que siga la rabiosa actualidad de un club que sigue sumido en una profunda crisis deportiva, económica, institucional y podría decirse que también legal, ya que nuevamente se ha judicializado la entidad.
La última jugada maestra del director de fútbol, el verdadero gran fichaje del presidente en esta nueva etapa, consistió en cerrar la contratación de Pierre-Emerick Aubameyang en la madrugada del pasado lunes 31. Era difícil porque el futbolista percibía una ficha muy elevada en el Arsenal, club que en un primer momento esperaba que toda la carga económica de la operación fuese para el Barcelona. Finalmente, todas las partes entendieron que tenían que hacer un esfuerzo para que el traspaso se hiciese realidad. El jugador se rebajaba sensiblemente el sueldo, el Barça asumía un salario por encima de sus posibilidades actuales y el Arsenal apechugaba con una parte de la inversión.
19 millones algo rebajados y repartidos en tres años
De los cerca de 10 millones de euros que le restaban por cobrar al delantero gabonés de enero a final de temporada, el Barça se hace cargo de unos dos millones de euros y el Arsenal de los ocho millones restantes. Es decir, el club inglés ha tenido que pagar al jugador su rescisión de contrato con lo que le quedaba por cobrar de este curso pero, en principio, queda liberado de los 19 millones que también le tocaba pagar la próxima temporada. Es ahí donde entra la entidad azulgrana.
Dembelé y Umtiti levantan la Copa del mundo en el Mundial de Rusia 2018 / AGENCIAS
El club que preside Laporta ha recurrido nuevamente a la fórmula Umtiti para diferir el sueldo del futbolista en varios años. Los 19 millones que le quedaban por cobrar hasta 2023 le serán abonados en tres años, hasta 2025: durante las temporadas 2022-23, 2023-24 y 2024-25. Además, el Barça asume para este año los citados dos millones de euros, que era lo único que le quedaba al club de margen salarial. El jugador, por su parte, habría hecho un esfuerzo económico también al asumir una pequeña reducción del sueldo --en caso de ser así no ha trascendido la cuantía-- o, al menos, aceptando el diferimiento de una anualidad en tres años.
Auba y Samu, los amigos de Ousmane
A falta de conocer si la rebaja de salario es real o simplemente un aplazamiento, lo que se puede afirmar sin tapujos es que el Barça ha rescatado la fórmula Umtiti para poder inscribir a Aubameyang. Curiosamente, los dos mejores amigos de Ousmane Dembelé en la plantilla. Curiosamente, los dos cobraban la misma cifra fija: 19 millones de euros brutos. Curiosamente, los dos acababan contrato el mismo año: 2023.
Tanto Auba, que ya ha dicho en el vestuario que le pueden llamar así, como Samu Umtiti tenían sus respectivos contratos, uno con el Arsenal y el otro con el Barça, hasta el 20 de junio de la próxima temporada. Y, ahora, ambos tienen contrato hasta 2025 con la peculiaridad de que en los dos casos existe una cláusula de libertad gratuita en 2023. Por lo tanto, ambos pueden marchar del Barça cuando expiraban sus antiguos contratos, pero seguirán vinculados económicamente al club hasta 2025. Esta solución ayuda a la entidad catalana a no sobrecargar su nómina de fichas y también facilita que un club cualquiera pueda hacerse con los servicios de estos futbolistas, ya sea mediante un traspaso o en forma de cesión.
Quizá todavía haya quien piense que Mateu Alemany no hace milagros, pero ninguna duda cabrá de que, al menos, es todo un maestro de la persuasión. Tiene el temple necesario para lidiar con las situaciones más delicadas y resolver las negociaciones más enrocadas. Un gran aval para este Barça judicializado y sumido en un triplete de crisis.