Cuando Joan Laporta ganó las elecciones a la presidencia el 7 de marzo de 2021, fueron muchos quienes presagiaron la llegada de una nueva etapa dorada en el club. El recuerdo de los títulos ganados bajo la antigua presidencia de Jan de 2003 a 2010, con Frank Rijkaard y Pep Guardiola en el banquillo, ilusionó a un barcelonismo tremendamente desencantado con el devenir de la entidad en los últimos tiempos.
No sabían, por aquel entonces, que la situación empeoraría todavía más en los meses siguientes. Se conquistó la Copa del Rey con goleada al Athletic Club (4-0) en la final, pero a partir de ese momento el descalabro deportivo, fruto no sólo de la situación económica sino también de la mala gestión de la directiva, enturbiaría los ánimos culés hasta límites insospechados.
Cierto es que también ha influido una pizca de mala suerte, así como la durísima realidad económica y financiera del club, pero la planificación deportiva del verano ya dejó entrever (y se confirmó después) que la plantilla tendría muchos problemas para competir por títulos esta temporada 2021-22, fuese quien fuese el entrenador en el banquillo.
Aterrizaron el Kun Agüero, Eric García y Memphis Depay con la carta de libertad de Manchester City y Olympique Lyon al finalizar sus respectivos contratos, mientras que se dio salida de forma sorprendente (fue el bombazo del verano) a un Leo Messi a quien se decidió no renovar, a pesar de que se podría haber hecho en el caso de secundar Laporta el acuerdo de la Liga con CVC. No fue así, seguramente por la voluntad de Laporta, Florentino Pérez y Andrea Agnelli en crear una nueva Superliga Europea que por ahora no ha salido a la luz.
La gestión deportiva, en el punto de mira
Con Messi fuera, Laporta y su directiva buscaban hacer los deberes que no hizo Bartomeu en la reducción de masa salarial. Se pidió un préstamo a Goldman Sachs y se continuó acrecentando la deuda total del club, todo ello con el objetivo de sobrevivir a corto plazo e ir estableciendo, poco a poco, las bases del futuro. Se cedió a Griezmann al Atlético de Madrid con opción de compra obligatoria, y a cambio se trajo a un Luuk de Jong que, aunque sí ha cuajado un rendimiento aceptable en los últimos partidos, sigue sin ser un delantero con el nivel necesario para jugar en el Barça.
Xavi Hernández, junto a Memphis Depay tras un partido del Barça / EFE
El globo de Memphis Depay se desinfló con el paso de los meses, mientras que Eric García todavía no ha convencido del todo y el Kun Agüero, fruto de la mala fortuna, tuvo que dar por finalizada su carrera deportiva. Los malos resultados provocaron que Laporta destituyera a Ronald Koeman, cosa que no justifica el maltrato y la presión mediática que recibió el técnico holandés con Jan como presidente.
Se colocó al artífice del mito de Wembley como el gran culpable de la crisis deportiva, y el tiempo ha demostrado que sólo tenía una pequeña parte de culpa. Xavi Hernández, de hecho, no ha logrado obtener mejores resultados que el holandés, a pesar de que el juego sí haya mejorado (aunque con altibajos). El de Terrassa, además, ha recibido más ayuda que su antecesor al tener un apoyo constante y la llegada de refuerzos en el mercado de invierno.
Viviendo de lo ajeno
Lo que mejor funciona a día de hoy en este Barça, curiosamente, es el fruto de lo que hizo bien Bartomeu en el pasado. El Barça femenino sigue yendo como un tiro y este domingo conquistó la Supercopa con un asombroso 7-0 frente al Atlético, mientras que la sección de baloncesto continúa en la misma buena dinámica que la temporada pasada.
Nico, Gavi, Pedri, Ansu Fati y Abde, antes de un partido / EFE
En las redes sociales el club se enorgullece constantemente del Dream Teen, con la ascensión en el primer equipo de los Nico, Gavi, Pedri, Araujo, Abde, Ferran y compañía... Aunque la realidad es que la mayoría de ellos están en el club gracias al buen trabajo que hicieron en su momento Xavier Vilajoana, Ramon Planes y el ya mencionado Barto.
Sin nuevos patrocinadores
Mención especial para la ausencia total de nuevos sponsors. Se siguen buscando patrocinadores para la camiseta y no paran de sonar nombres, pero ninguno se concreta y el tiempo sigue pasando. Más allá del crédito solicitado a Goldman Sachs, el club no ha abierto nuevas vías de financiación. Y la fecha de caducidad de los acuerdos pactados con Nike y Rakuten se acerca cada vez más...