El secreto está en la masa. Y no, no nos referimos al famoso eslogan de Telepizza. La delicada realidad económica del FC Barcelona le obliga a seguir rebajando masa salarial si desea cerrar la llegada de un nuevo refuerzo a las órdenes de Xavi Hernández. El de Terrassa solicitó a principios de enero a Álvaro Morata, pero además de que la Juventus no da por ahora su brazo a torcer, lo cierto es que el Barça necesitaría liberar más millones en sueldos para permitir así la inscripción del delantero español en las competiciones oficiales. Eso si es que finalmente viene, claro.

Mateu Alemany y los mandamases de la parcela deportiva, en contacto directo con Laporta y Xavi, ya han elegido a las siete presuntas víctimas cuyo traspaso, cesión o rebaja salarial sería de gran ayuda para oxigenar las cuentas. Parte del trabajo ya se ha ido haciendo en los últimos meses, pero la labor de supervivencia sólo ha servido para completar las tareas más urgentes del club a nivel deportivo.

Deberes bien hechos a corto plazo

La marcha de Antoine Griezmann en el último suspiro del mercado estival sirvió para liberar 20 millones en masa salarial. Un espacio que no tardó en ocuparse de nuevo con la llegada de Xavi y las renovaciones que más prioritarias eran en aquel momento, como las de Pedri y Ansu Fati. Ventilados esos 20 kilos de margen, este enero se han producido tres movimientos más que han permitido inscribir a Dani Alves y Ferran Torres en los torneos.

El primero fue la cesión de Coutinho al Aston Villa, con el club inglés pagándole la mayor parte del salario (alrededor de dos terceras partes). A continuación se produjo la vuelta de Yusuf Demir al Rapid Viena, con la que el Barça se ahorró pagar 10 millones de euros en el caso de que el austríaco hubiese jugado un partido más con la camiseta azulgrana. Por último, la dilución del salario de Samuel Umtiti (unos 6 millones de euros netos) en tres años más de contrato generó el espacio necesario para completar al fin la inscripción de Ferran.

Hechos todos estos deberes a corto plazo, la situación actual del Fair-Play Financiero obligará al Barça a seguir rebajando masa salarial para que Álvaro Morata y los demás futbolistas que lleguen (si es que lo hacen) puedan enfundarse la camiseta azulgrana en partido oficial.

Ousmane Dembelé, durante un partido con el Barça / EFE

Ousmane Dembelé, durante un partido con el Barça / EFE

Dembelé y Memphis, grandes argumentos

Para que eso suceda, la salida de Ousmane Dembelé se antoja primordial antes de que se cierre el mercado invernal. El francés tiene un salario bruto de unos 12 kilos, de los cuáles seis ya los ha cobrado. Con su salida, el Barça liberaría como mucho un espacio extra de unos tres millones en sueldos, debido a la regla del 25/100 y 50/100 implantada por la Liga. Por cada cifra en desaparecer, recordemos, puede inscribirse sólo una cuarta parte o la mitad.

Teniendo en cuenta la nueva lesión de Ansu Fati, y que Luuk de Jong se quedará con toda probabilidad hasta final de curso, el Barça podría dar salida a Memphis Depay o Braithwaite este enero para seguir con sus recortes. El holandés, con mucho más mercado, podría irse cedido o traspasado a la Juventus para potenciar aún más la llegada de Morata. En Turín, sin embargo, tienen preferencia por un Dusan Vlahovic que estaría a punto de dejar la Fiorentina para vestirse de bianconeri. Este movimiento, aunque obstaculizaría la marcha de Depay a la Vecchia Signora, favorecería el aterrizaje del español.

Dest y Gavi en un entrenamiento del Barça / FC Barcelona

Dest y Gavi en un entrenamiento del Barça / FC Barcelona

Jugadores con mercado y prescindibles

Neto Murara es otro que tiene todos los números para abandonar el club o, como mínimo, ver recortado su salario. No es prioritario para Xavi en la plantilla, y en el club son partidarios de su salida dada la presencia de Iñaki Peña y Arnau Tenas, que en los últimos tiempos han venido cuajando buenas actuaciones con el filial y podrían ejercer perfectamente de segundo y tercer portero para la primera plantilla, por detrás de Ter Stegen.

Dest y Mingueza son otros dos casos especiales. Ambos tienen varias novias en el mercado, aunque el traspaso del estadounidense es el que más beneficiaría al Barça. Clubes como Chelsea y Bayern podrían ofrecer entre 15-20 millones de euros por Sergiño, mientras que Mingueza ha sonado ya para Betis y Valencia, entre otros equipos de la Liga. Eso sí, en ningún caso saldrían los dos este invierno, sino solamente uno.

Riqui Puig no tiene sitio

Por último encontramos el caso especial de Riqui Puig. El de Matadepera apenas tiene opciones de jugar con regularidad por la competencia con Busquets, Frenkie de Jong, Nico, Pedri y Gavi. Así las cosas, una cesión (con opción de compra o no) podría ser la mejor alternativa tanto para sus intereses como para los del Barça, que se ahorraría su ficha pese a no ser de las más altas de la plantilla. Muchas posibilidades distintas, en definitiva, para un Mateu Manostijeras a quien nunca se le acaba el trabajo en las oficinas del Camp Nou.