Mateu Alemany (58 años) ha sido el ejecutivo del Barça que ha tenido que lidiar con los asuntos más complicados para recortar la masa salarial de la plantilla. Tras asumir las marchas de Leo Messi y Antoine Griezmann, en verano, ha logrado que Sergio Busquets, Gerard Piqué y Jordi Alba se rebajaran el sueldo. También ha conseguido que Samuel Umtiti difiriera el suyo, mientras Philippe Coutinho era cedido al Aston Villa y cerraba las renovaciones de Ansu Fati y Pedri, a la espera de blindar el futuro de Gavi y Araujo. Paralelamente, lograba el fichaje de Ferran Torres.

El tema más delicado, posiblemente, ha sido la negociación con Moussa Sissoko, el representante de Dembelé. Los últimos meses han sido un suplicio. Alemany se ha encontrado con una pared. El representante ha rechazado, sistemáticamente, todas sus propuestas y el director de fútbol del Barça estalló el pasado jueves. “Dembelé debe salir de forma inmediata”, dijo Alemany. Horas antes había caducado el plazo que el club le dio a Dembelé para conocer su respuesta.

Coutinho y Umtiti

El Barça, desde hace un año, ha intentado prorrogar el contrato de Dembelé, un futbolista que costó mucho (105 millones de euros fijos y otros 40 en variables de los que se han pagado unos 30) y ha jugado poco. El club le ofreció un contrato a la baja, pero con la opción de ser el futbolista mejor pagado en función de su rendimiento. Sissoko, sin embargo, pidió unas cantidades que están fuera del mercado. Y una prima por renovación.

Ousmane Dembelé, en un entrenamiento del Barça / FCB



Dembelé, durante un entrenamiento con el Barça / FCB

Alemany también ha tenido que estrujarse el cerebro y tener mucha paciencia con Coutinho y Umtiti, dos futbolistas que rondaban los 20 millones de euros en concepto de ficha. El mediapunta brasileño ha sido cedido al Aston Villa, que se reserva una opción de compra por 40 millones de euros, y el defensa francés ha prorrogado el cobro del año y medio de contrato que le quedaba. Cobrará lo mismo, incluso un 10% menos, hasta 2024. En total, seis millones de euros por temporada hasta 2026.

Renovaciones de Pedri y Ansu Fati

En los últimos meses, el Barça ha cerrado también las renovaciones de Pedri y Ansu Fati hasta 2026 y 2027, respectivamente. Ambos jugadores son los nuevos iconos de la plantilla azulgrana. También trabaja para prorrogar los contratos de Gavi y Araujo. Con el centrocampista las negociaciones progresan adecuadamente. Más problemas tiene con el defensa uruguayo.

La gran operación de Alemany, sin embargo, ha sido la contratación de Ferran Torres. El suyo parecía un fichaje imposible. La operación se cerró con el pago de 55 millones de euros al Manchester City en cuatro plazos –el primero, en verano de 2022—y otros 10 millones en variables. Inicialmente, el Barça ofrecía 40 millones de euros y el club inglés pedía 70.

Ferran Torres, tras marcar su primer gol con el Barça ante el Athletic / EFE



Ferran Torres, tras marcar su primer gol con el Barça / EFE

Rebajas de enero

Alemany, condicionado por los números rojos del club y el fair play financiero de la Liga, no descarta nuevos refuerzos. El director de fútbol negocia el fichaje de Álvaro Morata con el Atlético de Madrid y la Juventus. Es el delantero que quiere Xavi para solucionar los problemas de pegada del equipo.

Las rebajas de enero han premiado el trabajo de Alemany, quien fue presidente del Mallorca en dos ocasiones y director general del Valencia entre 2017 y 2019. En su etapa como máximo responsable del club balear, Alemany cerró ventas muy importantes. Las más importantes fueron las de Eto'o (24 millones de euros), Diego Tristán (18), Albert Luque (15), Dani García (15) e Ibagaza (5). En Mestalla, logró reactivar a un equipo en crisis con los fichajes de Guedes (40), Kondogbia (22) Maxi Gómez (14,5) y Gameiro (14) antes de enfrentase con Peter Lim por el despido de Marcelino García Toral.

En el Barça, Alemany es el nuevo hombre de confianza de Laporta, aunque su modelo futbolístico poco o nada tenga de cruyffista. En verano y, sobre todo, en invierno ha aplicado la tijera para recortar gastos en un Barça con un futuro muy incierto.