Si Joan Laporta hubiese querido, Messi seguiría en el Barça. Y Griezmann. Y no habría hecho falta desmontar el equipo de forma imprevista. Para que eso sucediera, sin embargo, era necesario suscribirse junto al resto de clubes de la Liga y la Liga Smartbank al acuerdo del presidente de la patronal, Javier Tebas, con el fondo de inversión CVC.
Una decisión que habría supuesto hipotecar, durante los próximos 50 años, alrededor del 10% de los derechos de televisión que ingresa el club. La elección debía tomarse además en un panorama de guerra fría entre Barça y Madrid con la Liga, debido a la controversia suscitada por el intento de estos clubes, junto con la Juventus (e inicialmente el Big Six de la Premier League) de crear una Superliga Europea que dejara a la competición nacional en segundo plano.
Por aquel entonces Laporta, días después de reunirse con Florentino Pérez y Andrea Agnelli en Barcelona, decidió rechazar a CVC y dar por perdido a Leo Messi, iniciando antes de lo previsto la revolución en la plantilla del primer equipo. A mediados de diciembre, sin embargo, volvió a especularse con que el Barça podía acabar sellando un acuerdo con CVC Capital Partners, siempre y cuando se dieran algunas condiciones especiales.
Joan Laporta y Florentino Pérez, en la previa de la Supercopa de España en Riad / EFE
Una negativa continuada
La respuesta de Laporta a dichas especulaciones fue contundente: "La operación de CVC no la contemplamos en los términos que se nos ha planteado, no queremos más deuda, trabajamos para reducirla", dijo entonces el presidente culé, zanjando de un portazo la colaboración con la Liga en este asunto.
En los últimos días había vuelto a ponerse sobre la mesa una posible alianza con el fondo de inversión, aludiendo a que el pacto serviría para resolver muchos del Barça problemas a corto y medio plazo: la inscripción de jugadores como Ferran Torres mientras se cumple con los límites salariales del Fair-Play, un aumento de la capacidad económica y financiera del club para fichar a Haaland en verano...
Una alternativa, en definitiva, para que la junta de Laporta no tenga necesidad de seguir tirando de una línea de crédito de 595 millones de euros, la que le brinda Goldman Sachs, para aportar la liquidez que ha permitido fichar, por ejemplo, a Ferran Torres a cambio de 55 millones más diez en variables.
Joan Laporta y Javier Tebas, ¿condenados a entenderse? / CULEMANIA
El Barça desoye los cantos de sirena
Por mucho que Mateu Alemany y compañía hayan logrado rebajar el valor salarial de la plantilla, los problemas del Barça actual son casi idénticos a los de hace unos meses. La supervivencia económica que está logrando el club para realizar sus movimientos en el mercado, paso a paso y día a día, sirve para consolidar el argumento de que Laporta y su directiva siguen sin plantearse ningún tipo de acuerdo con CVC.
Hay que recordar que, en cualquier caso, los ingresos que llegarían desde el proyecto LaLiga Impulso darían margen de maniobra al Barça en el mercado con un ingreso de 400 millones de euros. El 70% del monto total podría ser destinado a costear infraestructuras y nuevas inversiones, mientras que un 15% serviría para refinanciar la deuda y a afrontar las pérdidas sufridas por la pandemia. El 15% restante es el que sí se podría utilizar en la plantilla del primer equipo para incrementar el límite salarial. De momento, el presidente azulgrana está encontrando otras fórmulas. Y la negativa a la Liga y CVC sigue vigente.