Alta tensión en el Camp Nou. Los motivos que llevaron a la dimisión de Jaume Giró cuando estaba a punto de ostentar el honor de ser nombrado vicepresidente económico del FC Barcelona sobrevuelan ahora al que terminó siendo su sucesor. Nueve meses después de ser investida la nueva junta directiva del club, Eduard Romeu ya se plantea seriamente presentar la dimisión.
Según ha podido saber Culemanía, el actual vicepresidente económico del Barça descarta tomar una decisión inmediata y en caliente. Por este motivo, se ha marcado una fecha límite para decidir: a final de temporada. Los meses que restan hasta que finalice el curso actual le servirán a Romeu para dilucidar si merece la pena seguir arriesgando su imagen y prestigio al lado de Joan Laporta. Mientras tanto, en enero se desvinculará su jefe y avalista del club, José Elías, que no seguirá en la comisión del Espai Barça.
Romeu sufre el mal de Giró
El director ejecutivo de Excelsior Times, holding desde el que Elías gestiona sus diferentes negocios como Audax Renovables, Ezentis, Atrys, La Sirena, Aspy, Eléctrica Nuriel y Orus, entre muchas otras empresas, no ve las cosas claras en el Barça. La falta de transparencia en algunas cuestiones y el escaso poder de decisión en su materia, la económica, le generan muchas dudas. Aunque Romeu mantiene oficialmente el apoyo a Laporta, no es un incondicional como su guardia pretoriana, compuesta por 10 miembros de la directiva entre los que destacan Rafa Yuste, Elena Fort, Josep Cubells, Xavi Puig, Josep-Ignasi Macià o Alfons Castro.
Jaume Giró, el primero en dimitir del equipo de Laporta / EFE
El vicepresidente económico está sufriendo en sus propias carnes lo que le pasó a Giró, del que en algunas cuestiones se siente profundamente alejado. Sin embargo, esa falta de control en la parcela económica, de la que es vicepresidente, y en la configuración del Espai Barça, donde ya se ha aprobado la financiación en base a un presupuesto de 1.500 millones que no se ha justificado --es el doble de los 815 millones presupuestados por la junta de Bartomeu-- le generan muchos recelos. No quisiera salir salpicado en caso de que se lleve a cabo alguna mala praxis de la que ni siquiera sea consciente. "Se ven muchas cosas que no son normales", aseguran desde dentro.
Reverter, la punta de lanza del proyecto
El aspecto que más seguridad confiere a Romeu es la presencia de dos grandes profesionales en la parcela ejecutiva. Por un lado, la figura de Mateu Alemany como director de fútbol, que se está volcando en la resolución del problema con el Fair Play Financiero y en las negociaciones con CVC y la Liga para poder mejorar la tesorería. Del otro lado, y, sobre todo, la presencia de Ferran Reverter como CEO del club. La profesionalidad que transmite el director general es el clavo ardiendo al que se agarra Romeu para seguir haciendo realidad el sueño de su vida: estar en la junta directiva del Barça y aspirar algún día a ser el presidente de la entidad.
Ferran Reverter en la asamblea de socios compromisarios / FCB
Fuentes consultadas por este medio aseguran que "si Laporta hubiese sabido que Reverter era tan estricto y meticuloso en algunas cuestiones, quizá se lo habría pensado dos veces antes de concederle el cargo de director general; la suerte es que no era un fichaje suyo". Lo que para Laporta puede acabar siendo un problema a medio plazo --el tiempo lo dirá-- es un gran alivio para Romeu y otros miembros de la junta directiva que han hecho fortuna como grandes empresarios y alucinan con la gestión del presidente.
El hábito de las dimisiones en la junta
Si se producen dimisiones a final de temporada no será una sorpresa para nadie, especialmente porque a partir de enero ya no será necesario el aval y los principales avalistas, como José Elías y Jaume Roures, se desvincularán completamente del club. No sería la primera vez que dimiten directivos de Laporta en un tiempo récord. Además de Giró, que hizo la campaña pero no llegó ni a ser investido, el abogado también sufrió la dimisión de Jaume Llopis tras la marcha de Messi. Su currículum del primer mandato es mucho más extenso: en 2005 se produjeron las dimisiones de Sandro Rosell, Bartomeu, Faus, Moix y Monés. En 2008 también dimitieron en bloque un grupo de directivos liderados por Ferran Soriano y Marc Ingla a raíz de la moción de censura de Oriol Giralt.
Rosell, Bartomeu y Faus dimitieron de la junta de Laporta en 2005 / REDES
Aunque no son cosa solamente de Laporta las dimisiones en juntas directivas de carácter presidencialista. Con Bartomeu también dimitieron directivos como Carles Vilarrubí y Jordi Monés, tras los incidentes del 1 de octubre y la disputa del partido contra Las Palmas, y, posteriormente, marcharon en bloque Emili Rousaud, Quique Tombas y Maria Teixidor, entre otros, a raíz del Barçagate y las discrepancias sobre la rebaja salarial a los jugadores cuando arreciaba la pandemia.