El 15 de diciembre del 2020 ocurrió un episodio que representó un punto de inflexión en el FC Barcelona. Durante aquel día del año pasado, el equipo electoral de Joan Laporta estaba preparando lo que iba a ser uno de los golpes comunicacionales más efectivos: una pancarta del entonces precandidato a la presidencia que exponía el mensaje “ganas de volver a veros”. Dicho anuncio fue más que suficiente para arrasar en las últimas elecciones presidenciales, aunque terminó por ser otra piedra en el camino del club, dirigido a la condena.
Clave en la victoria
Esa pancarta fue trabajada arduamente por el grupo de Laporta, encabezado por el jefe de campaña Lluís Carrasco. En la mente del publicista pasaron varios escenarios para compartir ese impactante mensaje, siendo la decisión final a unas pocas cuadras del Santiago Bernabéu. “Al final, dependíamos de que hubiera disponibilidad de andamios tan grandes en Madrid. Y de esa altura. No es tan fácil como parece. Por eso, antes de plantearle nada a Jan miré lo que había. Eran cinco o seis solo. Pero cuando vi que había uno libre a 75 metros del fondo sur del Bernabéu, dije: ‘’¡Madre de Dios!’”, declaró Carrasco a El Periódico, en donde también detalló que dicha publicidad costó aproximadamente 70.000 euros.
La pancarta que la candidatura de Jan Laporta ha instalado en Madrid / CG
No cabía duda que se trataba de una decisión acertada a nivel publicitario. El impacto mediático de ese anuncio representó una ventaja importante para el actual dirigente del FC Barcelona en esos meses de campaña. A pesar de no contar con una estructura deportiva definida (ausencia de nombres para los cargos de secretario técnico y entrenador y de posibles fichajes para el equipo), como el resto de los candidatos, logró sacar adelante las elecciones a partir de ese mensaje.
Condena azulgrana
Gracias en buena medida a esa baza electoral, Laporta comenzó su segundo ciclo como presidente del Barça. Esa improvisación en los meses previos a las elecciones se ha trasladado a sus más de nueve meses al mando de la entidad culé. El primer signo de esa improvisación se dio con la renuncia de Jaume Giró, que debió ser el vicepresidente económico del club. Ambas figuras fueron distanciándose con el pasar de las semanas, especialmente por las decisiones del mandatario en materia financiera, que no tenía en cuenta al elegido para llevar los números.
Posteriormente, el golpe más doloroso fue la marcha de Lionel Messi. Durante los meses de campaña, Laporta garantizó que contaba con la fórmula ideal para extender la vinculación contractual del argentino; sin embargo, la realidad fue totalmente diferente. Al final, el dirigente del FC Barcelona tuvo que dar la cara ante ese fracaso y la relación con La Pulga ha empeorado desde ese momento crítico, el cual ha afectado enormemente el andar del primer equipo en lo que llevamos de temporada.
Joan Laporta y Lionel Messi, en un fotomontaje / Culemanía
Rectificaciones por doquier
Otro de los aspectos que más ha definido la segunda etapa de Laporta como presidente del club azulgrana son las rectificaciones. Es cierto que rectificar es de sabios, pero denota que no existe una clara certeza en los movimientos que se están realizando en lo deportivo y económico. Empezando con la negativa de contar con José Elías y Eduard Romeu como avalistas, para posteriormente contar con ellos al ser la única vía para responder ante la importante cifra que tenía en frente.
Del mismo modo, una de las rectificaciones más reciente ha sido la del Espai Barça. En un principio la intención no era realizar un referéndum para la financiación de ese ambicioso proyecto, pero las dudas de algunos socios hizo despertar las alarmas de la directiva, que terminaron decidiendo abrir una votación con la masa social del FC Barcelona y así tratar de promover una campaña informativa sobre esos los enormes gastos que deben hacer para la construcción.
Joan Laporta presentando su modelo de Espai Barça en la campaña / 'Estimem el Barça'
A día de hoy, el Barça de Joan Laporta es más una incertidumbre que una certeza. La posibilidad de alcanzar un acuerdo con CVC Capital Partners representa otro paso en el extraño camino que quiere seguir el dirigente azulgrana. Las decisiones en un momento puntual pueden cambiar de manera radical en cuestiones de meses, o incluso semanas. Eso es ha causado un impacto negativo en la institución catalana desde que tomó posesión.