Ya ha terminado la fecha límite para presentar el nuevo aval de la junta directiva del FC Barcelona para la temporada 2021-22. La cifra exigida por la Liga es la misma que la temporada pasada debido a que el organismo que preside Javier Tebas tiene auditadas las cuentas de Joan Laporta porque no le cuadran los números. Mientras se analizan los balances del curso pasado, la junta directiva ha tenido que volver a avalar 124,6 millones de euros. Pero lo ha tenido que hacer con una estructura algo diferente.
Jaume Roures, que mantiene su apoyo a Laporta, ha pedido rebajar la cuantía del aval en 20 millones de euros. De los 30 que puso en el primero a solo 10 millones en este segundo y, además, exige cobrar todos los intereses o comisiones generados. El presidente del Barça, por tanto, ha tenido que suplir esa cantidad con otros directivos. Como avanzó este medio, los elegidos han sido Sisco Pujol –que no es directivo porque no cumple los requisitos de antigüedad–, Joan Soler y el tesorero del club, Ferran Olivé.
100 millones por la venta de Hestia
Este último ha tenido un papel clave que había pasado desapercibido en los demás medios de comunicación. Y la posibilidad de avalar una cifra de dinero mayor a la de marzo viene dada, principalmente, gracias a una potente operación económica que cerró durante el pasado verano. El empresario ha vendido su grupo de geriátricos, Hestia Alliance, al grupo francés Orpea por un total de unos 100 millones de euros.
Olivé facturaba con sus 14 residencias de ancianos unos 75 millones de euros anuales, con lo que ha conseguido ingresar un 25% más de lo que generaba anualmente con el negocio. La operación llega en un momento delicado, en plena pandemia del coronavirus, después de que su gestión con las residencias fuese muy criticada por los propios usuarios, llegando a perder varias demandas contra Crónica Global.
Ferran Olivé, en una imagen oficial del Barça / FCB
El citado medio denunció la situación y dio voz a las familias afectadas, que se quejaron de dos meses de olvido por parte de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Las víctimas de esta situación consideraban que la administración pública no acudió a tiempo para controlar una situación directamente vinculada con la sanidad, aunque fuese a través de residencias privadas. Un peso que Ferran Olivé ya se ha quitado en parte de encima.
El tesorero del Barça ya no es propietario de Hestia, sin embargo, el equipo directivo del grupo de residencias sigue siendo el mismo. Es una práctica frecuente en este tipo de operaciones. Los compradores piden al vendedor que se quede unos años al mando de la gestión para poder aprender a seguirla explotando debidamente sin poner en riesgo el negocio.
Aval, a la espera del CSD
Por su parte, Laporta está tranquilo con el tema del aval ya que confía en que en enero se aprobará un Real Decreto que permita bajar los avales. La intención del presidente es reducir la cifra a avalar del 15% del presupuesto de gastos que rige en la actualidad a un 2% o 3% solamente. Algo impensable en clubes como, por ejemplo, el Real Madrid y que en el caso del Barça podría abrir las puertas a muchos otros socios que quisieran obtener el control del club.
Para este nuevo aval, Laporta ha seguido contando con los miembros de su junta directiva y avalistas de fuera. Estos últimos son los citados Jaume Roures, Sisco Pujol y José Elías, que se mantiene como el principal avalista del club en estos momentos con unos 30 millones. Los que tienen más aportación dentro de la junta son Antonio Escudero, Juli Guiu, Jordi Llauradó, Joan Soler y el propio Ferran Olivé.