Eva Parera ha cargado fuertemente con la presidencia de Joan Laporta. La hija de Antón Parera, que fue gerente y directivo durante el ciclo de Josep Lluís Núñez, habló abiertamente sobre algunos asuntos relacionados con el actual dirigente del club azulgrana. La presidenta del grupo de Barcelona pel Canvi fue entrevistada por El Periódico, en donde explicó que dejó de ser socia a partir del mandato de Laporta.
“Yo era de las que iba con la cara pintada al campo. Y viajaba con el equipo. Todavía tengo amigos que eran jugadores del Barça. Soy muy antilaporta. Desde la primera moción de censura que presentó. Desde El Elefant blau. En gran parte por culpa de Laporta y de todo ese movimiento yo tenía que ir con guardaespaldas cuando tenía 16 años. La gracia que me hacía. Todo aquel movimiento, una gran campaña. Mi padre estaba amenazado por los Boixos Nois”, detalló en la mencionada entrevista.
Anto Parera, padre de Eva, uno de los hombres de confianza de Josep Lluís Núñez / @AquiCuni
Del mismo modo, Parera también contó que “cuando Laporta denunció que le habían pintado el portal de su casa, dije bienvenido al club amigo mío. Yo lo viví de adolescente y del colegio tenía que irme a casa. Recibíamos llamadas amenazando mi vida o la de mi hermano. Y eso te marca. El grupo de la oposición lo encabezaba Ricard Huguet, que acabó siendo socio de Laporta. El Elefant blau apareció después (cuando tenía 24 años), pero era el instrumento de una oposición que venía de mucho antes”. Posteriormente añadió lo siguiente: “Era socia y dejé de serlo”.
Respuesta del Barça
Las duras críticas de Eva Parera no han pasado desapercibidas entre los más cercanos del máximo mandatario del FC Barcelona. El adjunto al presidente en asuntos institucionales, Jordi Finestres, compartió el enlace de la entrevista de El Periódico con el siguiente mensaje: “Buscar clics fáciles sin que el periodista haya tenido la mínima inquietud de contrastar datos e información y que nadie del diario se lo haya alertado, explica porqué el periodismo vive unos momentos tan bajos y porque cabeceras históricas tienden a la residualidad comunicativa”.