Presidir un club como el FC Barcelona no es tarea fácil. Joan Laporta es el actual mandatario del club. Es una persona que presume de los valores de la entidad respetando los asuntos sociales, de raza, de igualdad. En definitiva, son una serie de asuntos clave propios del siglo XXI que marcan una relación directa con los derechos humanos. Es algo que choca con la última decisión de disputar un partido en Arabia Saudí. Tarjeta roja.
Laporta habla en la asamblea de socios compromisarios (parte II) / FCB
Con eso precisamente es con lo que el Barça ha jurado estar comprometido: con los Derechos Humanos. Se puede extraer de la última reforma de los estatutos del club que se aprobó en la última Asamblea de Compromisarios. En concreto, "el Club velará por la protección y promoción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos recogida en la Carta Internacional de los Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas, y en sus actuaciones, tanto de carácter público como privado, velará por la igualdad de derechos y la dignidad de todas las personas. En cumplimiento de estos objetivos, el Club promoverá los valores democráticos de la igualdad y la no discriminación y luchará por la erradicación de todas las actitudes machistas, homófobas y racistas en el ámbito social y del deporte".
Donde dije ‘digo’, digo ‘Diego’
Ahora bien, con lo que se predica no concuerda con los hechos. Eso es algo muy contradictorio por parte de Joan Laporta. Y es una más de sus tantas idas y venidas. La última está relacionada con Diego Armando Maradona, el mito argentino y el mejor jugador de la historia del fútbol para muchos.
Diego Armando Maradona
El FC Barcelona y Boca Juniors van a rendirle homenaje mediante la disputa de un partido de fútbol. Hasta ahí todo bien teóricamente. Eso sí, también es discutible ensalzar la figura de una persona que presuntamente ha tratado de forma deleznable a sus parejas (algo que existen pruebas visuales). Sin embargo, y para más inri, todo se tuerce cuando se da a conocer la sede que albergará el encuentro: Arabia Saudí. Es un país donde se vulneran los Derechos Humanos a diario fomentando la desigualdad, el machismo y la discriminación. Algo que debería hacer reflexionar a Joan Laporta si quiere seguir mostrando al mundo los famosos ‘Valors’ del Barça.
¿Por qué Arabia Saudí?
Solamente hay un interés y tiene un nombre: económico. El FC Barcelona y el Boca Juniors jugarán la 'Maradona Cup' el próximo 14 de diciembre en homenaje al mito argentino única y exclusivamente por dinero.
Es algo lícito que el club quiera salvaguardar la salud financiera, pero hay límites. ¿A costa de qué? De jugar un partido en un país en el que se veja a la mujer, se mata a los homosexuales y se discrimina a diario a cualquiera que no cumpla unas reglas dictatoriales propias de Franco. Ganar dinero proveniente de países autoritarios es algo inmoral e impermisible.
El jeque del Almería, Turki Al-Sheikh / EFE
¿Para qué modifica Laporta el artículo 4 de los estatutos para añadir un párrafo de la ONU y los derechos humanos? ¿No es inmoral conseguir beneficio de un país donde los derechos humanos se vulneran a diario de forma alarmante? Es toda una contradicción en toda regla y del todo alarmante. No existe justificación alguno si luego el club pretende ser ‘Més que un club’. Desde la cadena radiofónica catalán Rac1 han tachado estos hechos de “impresentables y cínicos”. Además, la Ser Deportes también se ha manifestado al decir lo siguiente: "Que Barça y Boca vayan a jugar el homenaje a Maradona en Riad suena más a ficción que los zombis". Son las reacciones más duras ante un evento que será organizado por Turki Al-Sheikh, propietario del Almería y presidente de la Autoridad General de Entretenimiento del mencionado país.
Los Derechos Humanos, Ronaldinho y la extrema derecha
Ronaldinho Gaúcho es conocido por ser uno de los artífices de la resurrección del FC Barcelona al fútbol de élite más allá de la Primera Copa de Europa de 1992. Joan Laporta le trajo del París Saint Germain y revolucionó el balompié, además de la segunda Champions de París.
La clásica celebración de Ronaldinho tras anotar de penal / FCB
Después de su marcha y de su retirada, Ronaldinho forma parte de la amplísima nómina de embajadores del club que van promocionando la ‘Marca Barça’ por todo el mundo. Ronaldinho cobra un millón de euros de la entidad, mientras que va alardeando de apoyar gobiernos de extrema derecha como el de su país de origen: Brasil. Nunca ha ocultado su simpatía con Bolsonaro (ya expresidente). Es algo que no coincide en absoluto con los valores del club, que siempre defienden la igualdad de los Derechos Humanos. Todos los miembros del club deben dar ejemplo en todos los sentidos. Es algo que fue reprochado a Joan Laporta por una socia compromisaria en la última Asamblea de Compromisarios.
La socia azulgrana preguntó al club que cómo podía ser que personas con esa ideología extremista podía estar en nómina por un club que dice defender todo lo contrario. Laporta y su junta se lo tienen que hacer mirar ya que la práctica no coincide con la teoría. Es decir, hay que cumplir con lo que se promete y/o alardea. Si el Barça es más que un club hay que demostrarlo a diario. Su imagen debe ser limpia, pulcra y transparente.